tag:blogger.com,1999:blog-182045842024-03-07T06:42:28.863+01:00De bat a batDonairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.comBlogger943125tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-74226913078213949452019-06-30T16:33:00.001+02:002019-06-30T20:43:43.341+02:00Los falsos mitos del turismo. Capítulo 2. La pobreza (y la riqueza)<div style="text-align: justify;">
La versión oficial hoy es que el turismo no es un gran invento. Nos explican (tan a menudo que parece verdad) que allá donde el turismo se instaló, llegó la pobreza. Que las regiones más pobres, las ciudades más pobres, las islas más pobres, los valles más pobres son los que han sucumbido al falso reclamo del turismo, como Ulises atraído por el canto de las sirenas. Y como las hipótesis siempre deben ser contrastadas, vamos a auscultar los datos y a constatar qué tiene de cierto esta afirmación.</div>
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<b>La escala internacional</b></div>
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Empecemos por la escala global. Intentaremos analizar si existe alguna relación entre la riqueza de las naciones (y por tanto, su pobreza) y su actividad turística. Para ello, estudiaremos la correlación entre el PIB per cápita de los países y el volumen de turistas internacionales, según los datos de la OMT. Decimos que dos fenómenos están relacionados si la nube de puntos que forman están muy cerca de una recta (o de una curva o de una parábola). Por ejemplo, sabemos que hay una correlación muy alta entre el PIB per cápita y la mortalidad infantil, de manera que un incremento del PIB suele ir acompañado de un descenso proporcional de las muertes infantiles. El coeficiente de correlación (R) mide cómo se aproxima la nube de puntos a la recta que mejor la explica. Cuanto más alto es el coeficiente, más relacionadas están las dos variables. Podríamos decir que un coeficiente por encima de 0,7 o 0,8 implica que los dos fenómenos están relacionados (es un poco más complicado, pero vamos a simplificar).</div>
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El gráfico muestra la nube de puntos entre los turistas internacionales y el PIB per cápita. Creo que no les sorprenderá saber que el R2 es de 0,07, esto es que el número de turistas no sirve en absoluto para explicar la pobreza ni la riqueza de un país. Hay países (como Suecia, Noruega, Omán, Nueva Zelanda o Corea del Sur) que tienen una renta muy alta pero pocos turistas; otros países de rentas altas (Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Canadá) tienen también muchos turistas. Algunos países de rentas medias y bajas (Thailandia, Vietnam, Ucrania, Indonesia, Turquía) tienen muchos turistas y otros (Sri Lanka, Senegal, Haití, Nicaragua) apenas tienen turistas. No hay forma de relacionar la riqueza de las naciones (ni su pobreza) con la actividad turística a escala internacional.</div>
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<b>La escala nacional</b></div>
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Puede que la escala internacional no sea la más adecuada para validar nuestra hipótesis, de manera que vamos a bajar un nivel. Qué es lo que ocurre si relacionamos la riqueza provincial por habitante con la actividad turística (medida a partir del total de pernoctaciones registradas, según el INE). Nuevamente, el valor de la R2 está muy lejos de la referencia de 0,7 o de 0,8. El índice es de 0,0054 que es una forma matemática de decir que la relación provincial entre actividad turística y riqueza es la misma que entre la forma de los pies y la orientación política. Así, provincias muy ricas son muy poco turísticas, otras muy ricas son también muy turísticas; y a la inversa, puedes ser muy pobre y no ver un turista ni por equivocación o tener pocos recursos y los hoteles de la provincia llenos de extranjeros. No, el turismo tampoco sirve para explicar la riqueza (ni la pobreza) de las regiones.</div>
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<b>La escala local</b></div>
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En este caso, he optado por los datos de Cataluña. Tengo la certeza que los resultados no variarán demasiado en otras comunidades autónomas, pero vamos a detenernos un momento en el turismo catalán a modo de ejemplo. En los últimos meses, se han sucedido los artículos periodísticos (y algún que otro libro) defendiendo el efecto pernicioso del turismo sobre la salud económica de los municipios con mayor capacidad de alojamiento. Y lo han hecho a partir de una constatación: Los malos resultados del PIB per cápita de Lloret de Mar, una de las capitales turísticas del país. Pero como una flor no hace verano, vamos a ver el comportamiento general de la relación turismo - riqueza a escala local. </div>
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Empiezo diciendo que este es un debate un poco tramposo. En una sociedad con una extrema movilidad, la renta media de los habitantes a menudo no está relacionada con la actividad turística del municipio sino con las estrategias residenciales. De hecho, si analizamos los municipios que se hallan en las primeras posiciones del ránquing de riqueza familiar en Cataluña no veremos localidades con una actividad económica frenética, sino zonas residenciales de clases altas que habitualmente no trabajan en el municipio en el que residen. No podemos inferir que los municipios con mayor renta son los que tienen una mejor estructura económica, porque obviamos la extrema movilidad obligada (desplazamientos residencia - trabajo) de la geografía catalana. Pero si hay que jugar, juguemos. Los datos sobre la riqueza familiar son fáciles de obtener, mientras que para medir la actividad turística me he basado en la liquidación del impuesto de estancias en alojamientos turísticos, concretamente el valor medio de los últimos seis años. Este es un proxy bastante bueno de la actividad turística, porque tiene en cuenta las pernoctaciones efectivas, integra todas las formas de alojamiento y discrimina según la calidad de la oferta. </div>
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Otra vez obtenemos una R2 que revela la ausencia absoluta de relación entre los dos fenómenos: 0,0064. Alguien puede pensar que Barcelona (el punto situado en el extremo derecho del gráfico) condiciona la correlación, porque tiene unas dimensiones totalmente diferentes al resto. Pues bien, si obviamos Barcelona la R2 es de 0,05, con un gráfico que pone de manifiesto de nuevo la no relación entre riqueza y turismo. Y tampoco hay relación entre turismo y riqueza si solo comparamos los municipios del litoral (R2 = 0,061).</div>
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<b>El turismo ni es un gran invento ni no lo es</b></div>
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Lo primero que debemos hacer es combatir los errores. Y es un error (que se extiende inexplicablemente) considerar que las regiones pobres son las regiones turísticas. No es una opinión o una percepción individual: Es un hecho empírico. No hay forma de correlacionar, de establecer una relación estadísticamente significativa, entre la actividad turística y riqueza en ninguna escala. También hay que decir que la afirmación opuesta tampoco es cierta: No es verdad que el turismo implica necesariamente una situación de ventaja económica sobre la población que la acoge. Como casi todo en economía, depende. </div>
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El turismo a veces crea riqueza y a veces no. Depende del grado de madurez, de la estructura de la oferta hotelera, de la competencia, depende de la estructura de intermediación, de la reputación de la marca, de los recursos humanos, de la formación de los cuadros superiores y de los trabajos elementales, de la adaptación al cambio. Esta no es una mala noticia. El turismo no es ningún salvoconducto hacia la opulencia; y tampoco una condena garantizada. El turismo es, creo que como casi todas las actividades económicas, una oportunidad y un riesgo. Y solo la gestión efectiva (territorial, ambiental, cultural, de recursos humanos) puede reducir los problemas y amplificar los beneficios. Ya sé que no es una conclusión muy sexy, y que no vende en los fórums turismofílicos ni turismofóbicos. Pero es muy realista. Los turismofóbicos plantean el escenario de no turismo que no se va a producir; y, por lo tanto, es un relato inocuo, que no tiene ningún efecto. Los turismofílicos plantean un escenario de <i>laissez faire</i>, amparados en el falso mito de una riqueza segura. Creo que es más sensato proponer un turismo planificado, basado en criterios de eficiencia, innovación, sostenibilidad, responsabilidad social y planificación a largo plazo. Pero de eso hablaremos en otra ocasión. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-48155409915791423302019-06-02T11:25:00.000+02:002019-06-02T23:11:30.005+02:00Los falsos mitos del turismo. Capítulo 1, la gentrificación. <div style="text-align: justify;">
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En el confuso debate sobre los impactos del turismo cabe casi todo. A un lado del ring, el turismo es como una vitamina sin efectos secundarios: Crea puestos de trabajo, compensa la balanza de pagos, sostiene la economía por el efecto multiplicador, abre las sociedades por el contacto con otras culturas y crea una Arcadia feliz donde todos comen perdiz. Al otro lado, el turismo maltrata a los trabajadores, desertiza los barrios, contamina las calles, barre la identidad local y crea una distopía que ríase usted de Huxley. Y en este combate de palabras, conviene ser preciso porque los diagnósticos equivocados casi siempre conducen a remedios equivocados, a veces homeopáticos a veces quirúrgicos.</div>
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Por eso es tan importante la precisión en las palabras. Porque las palabras tienen significados y los significados son los contenedores de las interpretaciones, de las estrategias y de las ideologías. No es un debate académico estéril. Es un antídoto contra el ruido. Así que abro una serie que no será corta sobre los falsos mitos del turismo. Y abrimos fuego con una de la constante en el debate turístico: La gentrificación. Spoiler: El turismo no es gentrificación.<br />
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<b>Gentrificar</b></div>
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Debemos a Ruth Glass el origen del término. Glass era una socióloga de origen alemán que estudió, entre otras cosas, los procesos sociales y urbanos del Londres de los años 50 y 60. Se dio cuenta que algunos de los barrios tradicionales de la capital sufrían un intenso proceso de sustitución residencial, de manera que los residentes tradicionales (y este punto es capital, como veremos) se desplazaban hacia nuevas áreas urbanas por la presión de las profesiones liberales con niveles adquisitivos medio alto. Glass advierte del nacimiento de una nueva clase social que valora los espacios tradicionales del centro de la ciudad y desea integrarse en esa atmósfera, sin darse cuenta que al desplazar a los habitantes 'tradicionales' en realidad desintegra la estructura social que le da sentido y crea un nuevo barrio. La selección del término 'gentry' no es gratuita: Designa a la baja nobleza inglesa, de manera que Glass no solo quiere identificar la transformación urbana y económica, sino que también intenta describir el trasfondo social y cultural. El origen de la gentrificación es el deseo de una determinada capa social (si se me permite el anacronismo, los <i>hipsters</i> de los 50) de integrarse en los barrios tradicionales de las ciudades inglesas y vivir la experiencia del modo de vida de ese mismo barrio.</div>
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Poco a poco se ha ido estirando el campo semántico del término, pero en esencia la gentrificación (para ser considerada como tal) es el resultado de la sustitución de las rentas bajas de un espacio urbano por las rentas altas. Por ejemplo, los procesos de renovación de espacios industriales o portuarios en desuso por operaciones residenciales no comportan gentrificación, porque no hay un sustrato residencial previo. Tampoco la creación de nuevas periferias urbanas destinadas a rentas muy altas, muy característico del crecimiento urbano de Madrid por ejemplo, es gentrificación porque no hay sustitución de rentas. Glass se sentiría muy incómoda con el uso de este término para describir procesos sociales que nada tienen que ver con la concepción original. Hay un debate intenso sobre la validez del concepto para los espacios rurales o para las ciudades del Tercer Mundo. Y no pocos autores prefieren sustituir el concepto de gentrificación por nuevos términos como elitización, renovación urbana o <i>embourgesoiment</i>, que permiten sustraer al término su carga semántica inicial.</div>
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<b>Residentes tradicionales</b></div>
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La gentrificación tiene una connotación que es muy relevante: Existen unos habitantes tradicionales, que forman parte de la estructura social y cultural del barrio, que al ser desplazados desnudan a este barrio de su vinculación histórica, de su identidad. Hay un tejido social que es el que da sentido a la comunidad, porque mantiene la conexión entre el presente y el pasado. Y es cierto que, aún hoy, en muchos procesos de desplazamiento, la clase social sustituida se corresponde con ese arquetipo. Pero en muchos otros casos, eso no es así. De hecho, en los centros urbanos de las ciudades españolas ya existió un precedente de gentrificación con la renovación de los centros históricos en los 80 y en los 90. Estas intervenciones públicas provocaron entonces la sustitución de las clases populares (en algunos casos, muy marginales) por nuevas clases medias y media alta, atraídas por la atmósfera tradicional de estos espacios. A menudo, esta concepción de los centros urbanos era una idealización porque los decenios de abandono habían acabado con la ocupación de este espacio por parte de las clases más marginales de la sociedad. Cercas describe muy bien en <i>Las leyes de la frontera</i> esa línea imaginaria que separa la marginación social de la <i>otra ciudad</i>.</div>
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En muchos casos, asistimos a procesos de <i>ultra-gentrificación</i>, que es el término que propone Atkinson. Ahora, las clases muy altas reemplazan no a los habitantes tradicionales de los espacios urbanos, sino a las clases medias que habían reemplazado a las clases populares o marginales. En otros casos, los procesos de gentrificación expulsan a los barrios de inmigrantes, que se habían instalado en espacios urbanos degradados. No son 'residentes tradicionales' en el sentido que le intentaba dar Glass, sino nuevas clases populares (inmigrantes) que habían desplazado a las clases populares locales. En los espacios metropolitanos, todos estos procesos pueden operar al mismo tiempo, de manera que los centros de las ciudades antes de la nueva oleada de gentrificación están ocupados por un <i>collage</i> de grupos sociales, antiguos inmigrantes, nuevos inmigrantes, residentes 'tradicionales', nuevos residentes, clases medias urbanas. Y, probablemente, la dinámica urbana más recomendable es esa alquimia inestable de agentes urbanos que conviven en un escenario de múltiples dinámicas: local - global, tradicional - innovador, nacional - internacional. </div>
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<b>Turismo</b></div>
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El turismo ha formado parte de las dinámicas urbanas de las grandes ciudades desde el siglo XIX. Ha sido un agente más de esta alquimia compleja en los espacios metropolitanos y ha estirado del eje internacional y global. Quiero decir que no es posible entender las ciudades europeas contemporáneas sin integrar en la ecuación sobre su identidad las dinámicas turísticas. Hay quien sostiene que cuando entra el turismo por la puerta la identidad de la ciudad sale por la ventana; en realidad, no es posible entender la identidad de París, de Londres, de Nueva York o de Roma sin el componente turístico. Pero de eso hablaremos en capítulos posteriores, no avancemos acontecimientos.</div>
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Vayamos al grano: El turismo no es gentrificación. Gentrificar es sustituir las rentas bajas de un barrio por rentas altas. Pero el turismo no sustituye unos residentes por otros residentes: Sustituye unos residentes por turistas, que por definición no son residentes. Y por más que la publicidad de Airbnb se esfuerza en convencer a los visitantes que pueden ser<i> turistas locales</i>, un turista no es un local. Por ejemplo, en Cartagena de Indias los residentes tradicionales han sido literalmente expulsados del bellísimo centro urbano, donde apenas quedan residentes. La mayor parte de los edificios de la ciudad delimitada por la vieja muralla tienen ahora un uso turístico. Este proceso no tiene nada que ver con la gentrificación, porque no hay sustitución de residentes sino refuncionalización del barrio viejo, que pierde su condición de espacio residencial y pasa a ser otra cosa. No, el turismo no gentrifica. El turismo turistifica. </div>
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<b>Nuevos conflictos urbanos</b></div>
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No se trata de un debate terminológico. Es muy importante entender que <i>turistificación</i> y <i>gentrificación</i> son dos procesos diferentes, que a menudo están en conflicto entre sí. Situémonos, por ejemplo, en uno de los epicentros de estas nuevas dinámicas urbanas: Viajemos al Raval. De entrada, el Raval es el resultado de la gentrificación propiciada por la intervención de Maragall en este barrio marginal. Las actuaciones urbanas de la Rambla del Raval, del MACBA, del CCCB, de la Universidad, propiciaron una sustitución parcial de una parte de los residentes 'tradicionales' por nuevas clases urbanas. Tampoco necesariamente esos residentes tradicionales marginales eran los herederos de una conexión histórica con la identidad del barrio; en muchos casos, eran desplazados sociales que habían sido empujados al lumpen urbano. En su momento, existió una crítica contra los procesos de sustitución y una cierta añoranza de la Barcelona canalla, que creo que los protagonistas del barrio no compartirían. En los años 90, el Raval es un mosaico inestable formado por algunos residentes tradicionales, por las clases marginales desplazadas al centro en los 70, por las nuevas clases medias atraídas por la renovación urbana de Maragall, importantes bolsas de inmigración y nuevas profesiones liberales, que son los promotores de una imagen post-bohemia según el feliz término de Russo y Quaglieri. Y en este fragmento urbano se han vertido toneladas de intervenciones públicas con resultados desiguales. </div>
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A partir de los años 90, el Raval se ve sometido a la tensión de dos procesos simultáneos. Por un lado, la demanda creciente por parte de nuevas clases altas, a menudo de origen internacional, atraídas por la estética post-bohemia del barrio. Es lo que podríamos denominar <i>ultra-gentrificación</i>, porque no desplaza a los residentes tradicionales del barrio, sino que a menudo afecta a los nuevos agentes como los residentes de clases medias, los estudiantes, los inmigrantes o los restos de la sociedad más marginal que aún persisten en el barrio. Al mismo tiempo, la proliferación de apartamentos turísticos crea una nueva demanda que tiene aparentemente los mismos efectos: Desplazar a los diversos residentes del barrio, pero ahora no por nuevos residentes, sino por turistas. Gentrificación y turistificación son dos procesos que operan simultáneamente y que, a su vez, compiten entre sí. Es verdad que a veces pueden confundirse, pero son dos procesos muy diferentes y conviene separarlos. Porque mezclarlos conduce a un diagnóstico equivocado, y por tanto a un remedio ineficaz.</div>
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Situémonos en un edificio del corazón del Raval, en la calle Joaquim Costa por ejemplo. El propietario del edificio puede optar por tres escenarios: El primero es mantener la situación actual; el segundo es expulsar a los inquilinos actuales y sustituirlos por nuevos residentes de mayor poder adquisitivo (ultra-gentrificación); y el tercero es expulsar a los inquilinos actuales y sustituirlos por turistas (turistificación). Aunque el segundo y el tercer escenario tiene el mismo efecto (expulsar a los residentes actuales, no necesariamente <i>tradicionales</i>) responden a dos procesos diferentes y, en cierta manera, enfrentados entre sí. El uso turístico masivo expulsa al uso residencial de clases muy altas y a la inversa; y ambos expulsan al uso residencial de clases medias y bajas. Y nada es tan sencillo como parece: La especulación urbana, intentando maximizar la inversión inmobiliaria, ha dado lugar a edificios con valor de cambio, pero no de uso, edificios vacíos esperando un contexto de venta lo más favorable posible. Y ese lapso de tiempo ha dado lugar a la ocupación de pisos abandonados y a una progresiva degradación, que está alterando las dinámicas existentes. </div>
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<b>Es la movilidad, idiota</b></div>
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La tensión en las ciudades contemporáneas no es la batalla entre residentes y turistas. O no solo es eso. Es la tensión motivada por el incremento de atracción de las ciudades, por la extensión de sus <i>hinterland</i>. Como muchos nuevos agentes quieren ocupar la ciudad (estudiantes, post-bohemios, nuevos trabajadores, turistas que sueñan con ser locales por un día, congresistas,...) y la ciudad tiene serios problemas para incrementar su volumen, el resultado será un incremento exponencial del precio de la vivienda, especialmente en los espacios socialmente más valorados. Si nos equivocamos de diagnóstico y confundimos gentrificación con turistificación, entonces creeremos que el problema se soluciona con un freno turístico. Y eso solo afecta a una parte de la ecuación. Por eso, ni el Pla del Raval ni el PEUAT han servido para frenar el ascenso de precios de alquiler en Ciutat Vella.</div>
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Gentrificación y turistificación son dos dinámicas diferentes en el espacio urbano. Son dos derivadas de un proceso más general, que es el incremento de la movilidad en una sociedad hiper-nómada. El turismo no gentrifica. Es más, en la mayor parte de casos, el turismo es un agente que actúa contra las dinámicas de gentrificación, como saben muy bien en Nueva York, donde el turismo ha desplazado a las nuevas clases urbanas que a su vez habían desplazado a las clases populares de Soho o Tribeca. Repitan conmigo: El turismo no gentrifica. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-85835315082701052132019-01-18T14:35:00.001+01:002019-01-18T20:13:25.402+01:00Carta a un diputado extremeño<div style="text-align: justify;">
Dicen que somos los recuerdos de nuestra infancia. Si fuera cierto, yo soy el olor a menta y a tierra mojada de la dehesa, los nidos de cigüena que coronan los campanarios, las callejuelas que suben hasta la Catedral de Coria, las tardes bajo la Torre del Bujaco, los veranos de bicicleta y mercromina, de melocotón y libélulas en Valrío. Recuerdo también las lágrimas de mi padre. Cada año, cuando regresábamos a casa en aquel angosto 124, mi padre lloraba en silencio, un poco porque sentía que se despedía para siempre de sus padres y un poco porque se alejaba de su tierra, que tanto quería. Lloraba en silencio como llorábamos todos, en aquel viaje infinito de escay, de olor a tabaco y de casette a pilas. Aunque nací en Salamanca, soy uno de esos extremeños que cruzó la meseta y desembarcó en Cataluña. Uno de tantos.</div>
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Tengo una identidad mestiza. Soy la adición de varios orígenes y de los vaivenes de mi biografía. Y eso no tiene nada que ver con la lógica política. Yo seré extremeño y catalán (y salmantino) sea Cataluña una comunidad autónoma, un país independiente o una región de Invernalia. Las identidades son corrientes profundas, instaladas en el subsuelo, ajenas a las lluvias torrenciales o a las largas sequías de la superficie. Se puede estar en desacuerdo con una determinada vía política y mantener el respeto con las identidades profundas que las integran. De hecho, debe ser así. Por eso, en medio de la tormenta perfecta del <i>procés</i>, he intentado explicar de todas las formas posibles que las discrepancias políticas no deben cruzar la frontera del respeto identitario. </div>
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Hoy leo abatido el acuerdo de la Asamblea de Extremadura, que usted, diputado ha tenido a bien votar. Hace tiempo que acumulo esa sensación. Recuerdo un día en Salamanca, mi tierra natal, a un señor mayor que solicitaba a gritos en una tienda un producto que no fuese catalán y he visto cómo el resto de los presentes se jactaba del chascarrillo. Recuerdo también un vídeo infausto que insultaba a los extremeños. Cada uno de esos escupitajos a un lado y al otro de la orilla los vivo como propios. Me duele el desprecio a los catalanes y me duele el desprecio a los españoles, no solo porque me duelen los desprecios gratuitos, sino también porque me agravian a mi y a los míos. Pero hoy es toda una Asamblea la que toma la palabra y nos escupe, sin que nadie en las calles de Trujillo o de Plasencia haya salido para quejarse.</div>
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Hay una tonelada de incompresión en el acuerdo extremeño, pero también un tufo catalanófobo escrito a pie de página. Empieza con la lengua, qué novedad. En ese texto se reitera la incapacidad para entender que el catalán es un patrimonio intangible, una catedral de palabras, un parque natural de sonetos. Y que de la misma forma que a nadie se le ocurre hoy instalar un aeropuerto en un bosque milenario, a nadie sensato se le ocurriría ir contra una lengua. Pero aún menos se le pasaría por la cabeza decirle a los demás cómo tienen que hablar. ¿Se imagina usted, diputado, que en Cataluña se aprobase que los extremeños se abstuvieran de hacer los diminutivos en 'ino', o usar la hache aspirada, o que no pudieran decir ni bolindres, ni farraguas?.</div>
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Y luego viene lo del 155. Una comunidad autónoma, orgullosa de su identidad y de su autogobierno, pide que otra comunidad no tenga ni identidad ni autogobierno. En vez de promover leyes, aprobar decretos y velar por la gestión del gobierno extremeño ustedes han ocupado el Parlamento con un acuerdo que niega el pan y la sal a Cataluña. Piden para el vecino lo que no admitirían en su patio. Lo peor no es la desvergüenza de lo que aprueban, ni tampoco el relato cuñadista de <i>naciones milenarias</i>. Lo peor de todo es que el acuerdo, lo sabemos todos, no tiene ningún valor, ningún efecto, es legalmente inútil. Y entonces, ¿por qué lo hacen?. Porque ustedes usan el desprecio a Cataluña como estrategia política. Ganan votos con escupitajos. </div>
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Y aquí estamos, en un páramo frío y desolado, los que siempre seremos extremeños y siempre seremos catalanes. Desolados ante el desprecio, el odio atávico. Un menosprecio que los catalanes viven con una indiferencia cotidiana, como quien oye llover. ¿Pero y yo?. ¿Cómo cree, diputado, que vivo yo ese acuerdo?. ¿Qué cree que sienten los que un día cruzaron la meseta y se instalaron aquí y perciben este odio sistemático, esa incomprensión hueca, esa inquina?. ¿Por qué dinamitan una y otra vez los puentes del respeto mutuo?. ¿Por qué, diputado, nos deja sin argumentos a los que necesitamos una entente cordial (sea cual se la derivada política), porque el muro entre unos y otros es en realidad un tajo interno?. ¿Por qué hoy me siento de nuevo como en aquel 124 conteniendo las lágrimas en silencio?. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-20250564300369056842019-01-11T20:20:00.001+01:002019-01-11T20:27:58.539+01:00Los nuevos debates del post-turismo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3JVJDwIod_j59Iu1nJyOKaQmiTssgSiWJis_oGh_BHibV6rjJhednuEDOat2qlvpBRUvKFnOpmtW7LzBe4lMnY79LWrha0hQyUPgkTt9pxUnMURMYjlPFwlnMThx7yr6GnCY3/s1600/Captura+de+pantalla+2019-01-11+a+las+20.20.15.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1372" data-original-width="1408" height="311" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3JVJDwIod_j59Iu1nJyOKaQmiTssgSiWJis_oGh_BHibV6rjJhednuEDOat2qlvpBRUvKFnOpmtW7LzBe4lMnY79LWrha0hQyUPgkTt9pxUnMURMYjlPFwlnMThx7yr6GnCY3/s320/Captura+de+pantalla+2019-01-11+a+las+20.20.15.png" width="320" /></a></div>
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Creo que cada semana hay un debate sobre el turismo. E inevitablemente, los argumentos empiezan a repetirse como si fueran ecos. Y ecos de ecos de ecos. Estamos llenando el auditorio (sí, yo también) de frases a 0,99: Sentencias que nadie ha demostrado y que actúan como el punto de partida de un debate que ya nace cojo. Además, mientras debatimos sobre los males y los bienes del turismo, se propaga un nuevo post-turismo, de manera que en unos años corremos el riesgo de hablar de algo que ya no existe.</div>
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Así que hoy no les voy a repetir todo lo que he intentado explicar en los años anteriores. Pretendo hacer otras cosa, situar el debate en un nuevo nivel, planteando nuevas preguntas y nuevos ejes de discusión. Lo que propongo es saltar una pantalla y situar la reflexión en un ring diferente. Estas son algunas de las tensiones del futuro inmediato; y del presente continuo.</div>
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<b>1. ¿Y si el coste - beneficio no fuese la lógica de análisis?</b></div>
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El debate turístico está contaminado por el modelo coste - beneficio, lo que conduce inexorablemente a una situación de apocalípticos vs integrados, de turismofílicos contra turismofóbicos. Los primeros nos glosan los beneficios del turismo, y nos hablan de empleo, de ingresos, de impacto directo e indirecto, de balanza comercial y de proyección internacional. Los segundos contrarrestan con los costes ambientales, la gentrificación, la pérdida de identidad, la congestión, la destrucción de los tejidos tradicionales y, a veces, diría que hasta la alopecia de los residentes.</div>
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Yo, en este debate, me siento incómodo. Porque no es verdad que podamos construir un algoritmo eficiente que nos permita establecer un resultado coherente. ¿Cuántos empleos equivalen a la destrucción de un bosque histórico?. ¿Cada cuántos miles de euros podemos restar el efecto de la pérdida de tejido comercial tradicional?. ¿Cuántos niveles de identidad equivalen al incremento de un punto en la balanza comercial?. En realidad, el modelo de coste - beneficio no es una herramienta útil para este debate (y creo que para muchos otros debates donde se recurre a él).</div>
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Hay diversas alternativas (modelos de simulación, capacidad de carga, umbrales máximos, modelos deliberativos...), y no tengo muy claro cuál es la mejor, pero sí tengo claro que debemos abandonar de una vez por todas este agujero negro. Este es, por tanto, el primer (nuevo) debate: ¿Cómo aproximarse al debate turístico sin recurrir a la lógica del coste - beneficio?.</div>
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<b>2. ¿Cuáles son las fronteras entre el turismo y el no turismo?. O casi mejor, ¿tiene sentido fijar estas fronteras?</b></div>
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Llamamos turismo a muchas cosas. A una persona que va a disparar a un rinoceronte indefenso en el corazón de África y a una pareja que veranea en un cámping de la Costa del Azahar, sí. Pero también a un estudiante que amplía su formación en impresión 3D en un curso de Atlanta, a un peregrino camino de La Meca, a un expositor en una feria de innovación téxtil a Varsovia, al asistente a un concierto de Eric Clapton en Dresden, al perito naval que evalúa los daños del accidente de un barco en el puerto de Le Havre o a la familia marroquí que vuelve a poblado del Atlas desde Bélgica, para visitar a los suyos y reconectar con la identidad perdida. Llevamos mucho tiempo intentando acotar los límites entre el turismo y el no turismo y cada vez tiene menos sentido este debate conceptual. Es más, me parece que el futuro del turismo tiene lugar en los espacios híbridos, en esos lugares que no son turísticos pero tampoco lo son.</div>
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Y en este debate, hemos aplazado <i>sine die</i> los límites de los excursionistas, esto es, los visitantes que no pernoctan. Ya les avanzo que todas las simulaciones sobre el número de excursionistas infravaloran el fenómeno porque comenten el error (como en el caso de Barcelona) de contar tan solo los desplazamientos de un día por motivos de ocio. Si un estudiante, un trabajador, un enfermo o un comercial que pernocta es un turista, un estudiante, un trabajador un enfermo o un comercial que no pernocta es un excursionista. Hay cientos de miles de usuarios diarios de la ciudad que no son turistas (porque no pernoctan), pero sí son visitantes. Y esforzarse en delimitar quién es quién no nos llevará a ningún lugar útil. </div>
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Debemos redefinir el debate. No se trata de <i>overtourism</i>, sino de <i>overmobility</i>. Como he explicado <a href="http://www.urbanlivinglab.net/its-mobility/" target="_blank">en otras ocasiones</a>, el turismo es una derivada más de un fenómeno más amplio, que es el de la movilidad. Crece exponencialmente el turismo porque crece exponencialmente la movilidad y cada vez tiene menos sentido delimitar las fronteras entre uno y otro. ¿Debemos crear nuevas categorías conceptuales?. Probablemente. </div>
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<b>3. ¿Existe un derecho a la movilidad?. ¿Y a la quietud?</b></div>
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¿Existe el derecho al turismo?. Esta es una de las preguntas que planteaba Albert Arias en <a href="http://symposium.uoc.edu/26259/detail/quin-turisme-volem-articulant-les-narratives-i-alternatives-davant-els-impactes-del-turisme-a-barce.html" target="_blank">un debate reciente</a> sobre el turismo. Y me parece una pregunta muy pertinente. El turismo industrial nació en los años 30 como una conquista de las clases populares, como una consecuencia del derecho al ocio. No en vano, las <i>congés payés</i> son una pieza central de los célebres <a href="https://www.gouvernement.fr/partage/8727-les-accords-matignon-du-7-juin-1936" target="_blank">Accords Matignon</a> del 1936 y era también una estrategia populista del fascismo, como el <i><a href="http://siba-ese.unisalento.it/index.php/eunomia/article/viewFile/17554/14979" target="_blank">Dopolavoro</a></i> italiano o el <i>Krapft durch Freude</i> alemán. Y los espacios de vacaciones fueron centrales en la estrategia social de la URSS, como por ejemplo los <i><a href="https://www.kickstarter.com/projects/1890976381/the-last-resort-the-strange-beauty-of-soviet-sanat" target="_blank">sanatoriums</a></i>, el contrapunto a los terribles <i>gulags</i>. Tras la crisis del turismo fordista, ¿cuál es nuestra posición sobre el derecho al turismo?. </div>
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De hecho, esta pregunta no puede formularse si no planteamos otra inmediatamente: ¿Existe el derecho a la movilidad?. ¿Es la movilidad un derecho?. ¿O es un privilegio?. No sabemos resolver esta pregunta y todas las que se derivan de ella: ¿Debemos acoger refugiados?. ¿Es bueno que las universidades se llenen de estudiantes internacionales?. ¿Existen límites a la movilidad en las fronteras internas?. ¿Tiene derecho un trabajador a buscar fortuna en otro lugar?. ¿Podemos impedir que una familia se reúna al menos una vez al año?. Naturalmente, no todas las preguntas tienen las mismas connotaciones éticas, políticas y jurídicas, pero no sabemos responder de forma global y particular a la mayor parte de estas cuestiones.</div>
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Tampoco deberíamos olvidar la pregunta inversa, como replicaba Marina Garcés en el debate al que aludía anteriormente: ¿Tenemos derecho a no movernos?. ¿Podemos reivindicar ser de un lugar y resistirnos a ser desplazados por la presión laboral, por la gentrificación, por la presión mediática del turismo y el ocio?. ¿Será la quietud una forma más de la resistencia contra la globalización?. </div>
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<b>4. ¿Qué es identidad en un escenario de neo-nomadismo?</b></div>
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Otra de las falsas dicotomías contemporáneas tiene que ver con la tensión entre turistas y residentes y, por extensión, entre la identidad local <i>auténtica</i> y la identidad sobrevenida de los visitantes. Este es un debate propio del fordismo, donde estas categorías estaban cargadas de significado. Pero sabemos desde el <i>Mobilities</i> de Urry que hemos entrado en una era de híper-movilidad en la que todo está en movimiento: Las personas, las mercancías y las ideas. Si cambiamos con mucha frecuencia de residencia, de lugar de trabajo, de espacio de formación, de lugares simbólicos que configuran nuestra identidad, ¿de dónde somos exactamente?. Es más, ¿qué sentido tiene fijar las identidades a los lugares?. ¿Qué quiere decir residente en el Londres contemporáneo?. ¿De quién es la ciudad?. </div>
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Y si las ideas y las mercancías se mueven aún con más facilidad que las propias personas, ¿qué es de un lugar?. Los hábitos de compra, los referentes culturales, los gustos musicales, las prácticas gastronómicas, la organización simbólica del año, los objetos que adquirimos y las novedades editoriales se han desprendido poco a poco de los lugares que los crean. Esto no quiere decir que todos hagamos lo mismo. La globalización cultural no quiere decir hegemonía, sino más bien deslocalización. Así, ¿qué debería visitar un turista a la búsqueda de la identidad del lugar?: ¿La imagen artificial de un pasado que ya no es o las múltiples formas que toma la globalización junto a los residuos de la cultura local?. </div>
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Y ya que hablamos de identidades, ¿cómo ignorar lo turístico en la identidad de las ciudades contemporáneas?. El turismo es un fenómeno global y los historiadores del año 3000 lo necesitarán para explicar cómo eran las ciudades del 2020. La arquitectura de la ciudad, el urbanismo, la organización comercial, el uso del espacio, la tensión entre lo público y lo privado en Barcelona es (también) fruto del turismo. ¿Cómo excluir el turismo de la ecuación sobre la identidad de la ciudad?. Si un turista visita la ciudad y quiere conocer su identidad, ¿no deberíamos llevarlo a las Ramblas saturadas de turistas?. </div>
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<b>5. ¿Cuáles son los límites de las ciudades?</b></div>
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Hemos aceptado sin demasiada reflexión que las ciudades turísticas están <i>saturadas</i>. Y cuando hablo de saturación me refiero a exceso físico, a colmatación. Hay demasiados turistas en las ciudades, se oye decir. Ha contribuído a ello un error muy frecuente, que es el de comparar turistas con residentes: Hay 10 millones de turistas en Barcelona y 'solo' millón y medio de barceloneses, critican algunos. Deberíamos añadir que un residente pernocta unas 350 veces al año en su ciudad y un turista solo dos, de manera que en realidad hay 20 millones de pernoctaciones turísticas por más de 500 residenciales, por no incluir la pléyade de usuarios de la ciudad que no pernoctan (los commuters, los estudiantes, los excursionistas o los seguidores del Barça que abarrotan el Camp Nou cada partido). </div>
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Pero al margen de ello, si hablamos de saturación, ¿cómo fijamos el umbral?. ¿Hasta qué punto las concentraciones de personas forman parte o no de la idiosincracia de la ciudad, tanto de las turísticas como de las que no lo son?. Que 3.000 personas atraviesen el cruce de Shibuya en Tokio, aunque la mayoría no son residentes, ¿es saturación?. ¿Está saturado Manhattan con una densidad de casi 30.000 habitantes por kilómetro cuadrado?. Estamos en la primera civilización que es más urbana que rural (aunque Oriol Nel·lo nos alerta que ya no sabemos qué es una ciudad) y en 2030 dos tercios de la humanidad será urbana. Entonces, Shangai, Delhi o Tokyo habrán superado los 30 millones de habitantes. ¿Qué parámetros debemos incorporar a la planificación urbana para delimitar la saturación y, por tanto, combatirla?. ¿Cuánto es demasiado?. </div>
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<b>6. ¿Cómo será el turismo con la irrupción de la automatización?</b></div>
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Ya disponemos de máquinas que limpian, que sirven mesas, que pueden hacer una reserva, que gestionan la recepción de un hotel, que permiten hacer el servicio de habitaciones, que trasladan personas y mercancías sin conductor o que programan una excursión a partir de los patrones de uso de un individuo. Es muy difícil saber cuál será el alcance efectivo de la automatización en el sector turístico, pero de forma intuitiva podemos suponer que muchas de las profesiones turístico que ahora acumulan trabajo de bajo valor añadido están en vías de extinción. ¿Existirán los vigilantes de museo en 2040?. ¿Y cómo serán las recepciones de los hoteles?. </div>
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Es posible que el turismo pierda una parte importante de la mano de obra no cualificada que ahora integra la industria. Eso quiere decir que el turismo perderá poco a poco su condición de relación interpersonal entre prestadores de servicios y usuarios y necesitará reforzar nuevas formas de relaciones, especialmente entre los propios turistas. Por otro lado, poco a poco el turismo dejará de ser una de las últimas fronteras de la contratación masiva, junto con otros grandes ámbitos económicos del sector servicio. De hecho, si el escenario de la reducción de la demanda laboral se produce (<a href="https://www.marcvidal.net/blog/2017/2/27/no-temas-a-los-robots-por-suerte-no-son-humanos" target="_blank">cosa que no está nada claro</a>), ¿cómo gestionaremos el ocio en una sociedad con mucho menos trabajo?. </div>
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Tengo otras cuantas preguntas en el tintero. En todo caso, tengo muchas más preguntas que respuestas. También tengo la sensación, como les explicaba al inicio de este post, que estamos dedicando muy poco tiempo a las preguntas estructurales que van a marcar la agenda en los próximos decenios y demasiado tiempo a debates que suenan a antiguos antes de los que planteemos. </div>
<br />Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-68760853908828455052018-04-20T09:16:00.003+02:002018-04-22T18:34:00.308+02:00Entomología de los independentistas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYpGnNpUCuY233wOUZLGTAZIYfFfouOyV36Ejld83sJD0XNFzjJIBXJhDgxUn-XcW5jOuQ5FNb3OF83-xOalcFbonr-isYdenfUpfiG34R7WMUMYS9LszRfN-9fp8WtU9SZaUm/s1600/1476744846950.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="435" data-original-width="1160" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYpGnNpUCuY233wOUZLGTAZIYfFfouOyV36Ejld83sJD0XNFzjJIBXJhDgxUn-XcW5jOuQ5FNb3OF83-xOalcFbonr-isYdenfUpfiG34R7WMUMYS9LszRfN-9fp8WtU9SZaUm/s400/1476744846950.jpg" width="400" /></a></div>
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Si le preguntan a diez politólogos cuál es su diagnóstico sobre la situación en Cataluña, al menos nueve (siempre hay un disidente, como el dentista que no recomendaba chicles sin azúcar) llegarán a la conclusión que Cataluña está partida en dos. Si eso fuera cierto, no habría solución posible. Cualquier escenario disgustaría a la mitad de la sociedad y no hay forma de construir un país contra la voluntad del 50% (o del 47%, que viene a ser lo mismo).
Pero imaginemos que el país no está dividido en dos partes. Que la imagen que mejor define la realidad del país no es una naranja partida en dos, sino los mosaicos que tanto le gustaban a Antoni Gaudí. ¿Y si en realidad Cataluña fuese mucho más complicada que la simplificación de independentistas versus constitucionalistas, algo más que una versión moderna de montescos y capuletos?. Para intentar defender esta tesis, inicio aquí una serie de posts (lo que en twitter vendría ser un hilo) que presentan la hipótesis siguiente: La sociedad catalana está formada por grupos inestables de intereses diversos, que reaccionan de forma desigual a la evolución del ‘procés’. Y el futuro del país depende en parte de las alianzas internas y externas de cada grupo. </div>
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Empezaremos esta serie con un intento de clusterización de los independentistas. Porque, ¿qué ocurriría si hay diversos tipos de independentistas, con orígenes, intereses, sentimientos y estrategias diferentes entre sí?. Vamos a ello. Estos son los cinco tipos de independentistas que usted se puede encontrar un día soleado de un once de septiembre cualquiera entre la calle Aragó y la calle Provença. </div>
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<b>El indepentista antiespañol </b></div>
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Hay un tipo de independentista que ante todo, y por encima de todo, desprecia a España. No solo al gobierno de España, sino al concepto mismo de España y, por extensión, a los propios españoles. Es alguien que celebra las derrotas de España como victorias propias e inversamente, lee una victoria de España como un fracaso personal. Esta visión caricaturiza todo lo español, lo deforma y lo convierte en grotesco y repulsilvo. España es un país de gañanes, perezosos, de tricornios y monteras. </div>
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Al otro lado del espejo, están los anticatalanes. Son personas que aborrecen todo lo catalán, que lo detestan. Cualquier objeto, personaje, símbolo o elemento cultural catalán es despreciado. Hay un odio visceral a lo catalán en una parte de España, de la misma manera que hay un desprecio profundo a lo español en una parte de Cataluña. Y aunque parecen antitéticos, ambos comparten la misma raíz, tan presente en todos los rincones del planeta, de repulsa al vecino. No es algo nuevo. Conviene leer la obra de García Cárcel para percatarse que esta rivalidad tiene unos antecedentes históricos tan lejanos que configuran un elemento estructural. </div>
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Es así de simple. Una parte del independentismo es la forma local del desprecio al otro, esa reacción atávica que encontramos en todas las escalas, desde la rivalidad entre Villaarriba y Villaabajo al conflicto entre bloques geopolíticos. Y no hace falta ser sociólogo para advertir que a una persona que desprecia lo español, no que le es indiferente o que siente una estima débil (solo como amigos, pero sin derecho a roce), sino que lo aborrece, a una persona así cualquier escenario que no sea una ruptura le parecerá un escenario indeseable. </div>
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<b>El independentista ilustrado</b> </div>
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Al segundo grupo de independentistas les mueve sobre todo un aprecio por la cultura catalana. Son los que leen los clásicos, los que recitan a Carner, que puntean sardanas o que van a visitar la restauración de la Cartoixa d’Escaladei. Y, por encima de todo, que ven en la lengua el eje sobre el que gira todo el proyecto nacional. No es solo que recorran kilómetros para ver una versión en catalán del éxito del momento; es que asocian la lengua catalana a la cultura catalana, en el sentido herderiano del término. Según esta interpretación, hay una forma catalana de ver el mundo, hay un humor catalán, una ética catalana, una actitud catalana hacia la vida o hacia la muerte. </div>
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Hay una filiación histórica muy clara entre esta visión y el proyecto noucentista. En la Cataluña ilustrada y burguesa de finales del XIX, había un proyecto cultural y político que explica desde las agrupaciones excursionistas a los Juegos Florales. La Guerra Civil y el franquismo seccionó esta evolución y, por eso, tras la restitución democrática de alguna manera se invocó al ideal de la Renaixença o, casi mejor, a una versión idealizada del proyecto ilustrado burgués. Así, entre los 70 y los 80 la contracultura hippie y la apertura del postfranquismo convivió con una recuperación del ideal noucentista, siempre con el hilo conductor de la lengua. </div>
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¿Cómo son estos independentistas?. La principal característica es que perciben una identidad cultural diferenciada. No mejor ni peor, sino esencialmente diferente. La afirmación de lo catalán no se basa en la negación de lo español. Pero en todo caso, ven en la independencia la solución natural a un ‘hecho diferencial’, la respuesta lógica a una cultura propia en el sentido ‘herderiano’. Es lógico que Cataluña sea un estado, porque esta es la forma política del sustrato cultural catalán. En principio, para un independentista ilustrado, España es otra forma cultural, que es respetada y que en algunos de sus elementos puede ser incluso admirada. Pero no es su cultura y entonces no puede ser su país. </div>
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Una de las debilidades más evidentes del ‘procés’ es la ausencia de un proyecto cultural potente asociado al proyecto político. A diferencia de finales del XIX y principios del XX (Gaudí, Fabra, Dalí, Víctor Català, Puig i Cadafalch, Picasso, Sert, Foix, Pla…) no hay una nueva ‘renaixença’ cultural que acompañe el movimiento político, más allá de la arquitectura. No hay una nueva literatura catalana ni una nueva pintura o un nuevo cine que dé forma al eje cultural de esta versión del independentismo. Hay, creo, un punto de nostalgia, una invocación idealizada de los clásicos, pero no una propuesta cultural renovada de país. </div>
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<b>El independentista derrotado </b></div>
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‘De derrota en derrota hasta la victoria final’. Este sería el credo de una parte de los independentistas. Cataluña sería un proyecto truncado históricamente por la victoria (militar) del otro bando, de la Guerra de Sucesión (y antes, de 1640) al totémico 1714, la dictadura de Primo de Rivera o, por supuesto, la Guerra Civil. No es casual que el himno catalán sea la celebración de una derrota, como si se hubiera perdido un episodio de la historia pero no la batalla futura. Como en todos los nacionalismos, esta visión es historicista y crea una suerte de compromiso, de obligación moral. Cataluña debe ser una nación, no porque ganó ese derecho en una batalla histórica, sino por todo lo contrario: En memoria de los que lo perdieron. </div>
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Todas las construcciones nacionales deforman la historia. España, Francia, Rusia y Tuvalu. También Cataluña, claro. Por un lado, porque reclama una filiación histórica casi milenaria aunque las naciones son una construcción social de la historia moderna. Y por otro, porque reduce la complejidad de los procesos sociales a un guion a conveniencia. Por ejemplo, la Guerra Civil sería casi un enfrentamiento entre catalanes y españoles, sin referencias al fascismo en Cataluña ni al bando republicano de Madrid, Andalucía o Asturias, pongamos por caso. Y esta versión ha logrado fijar un relato muy extendido entre el independentismo, que es el neofranquismo de la España actual, o sea una nueva forma de una vieja batalla. </div>
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La mayor parte de estos independentistas apuestan por una respuesta combativa. No se trata de violencia, porque no hay el más mínimo rastro de ella en los años de ‘procés’. Pero sí abogan por una confrontación, una tensión permanente, que haga inviable el laissez faire del gobierno de España. Este eje ha conectado con reivindaciones populares de corte radical y han ejercido un papel fundamental en la movilización ciudadana. Nuevamente, no hay escenario posible que no sea la victoria; hay una obligación moral, casi ética, que quiere recuperar el país de las derrotas que, según esta perspectiva, se han acumulado desde el siglo XVII. </div>
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<b>Balance inicial: Los tres ingredientes básicos</b> </div>
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Resumamos. En la lucha contra el franquismo y en el inmediato postfranquismo, conviven tres elementos que configuran la base de un movimiento latente. Por un lado, la pervivencia casi atávica del desprecio al vecino que se alimenta de un desprecio recíproco; es probablemente minoritario en este momento porque sobresale el proyecto colectivo democrático. En segundo lugar, la recuperación del proyecto noucentista, ilustrado, que proyecta la cultura y la lengua catalana, y sobre ellos imagina un ideal de nuevo país. Y, finalmente, un trasfondo de carácter más radical, que propugna un cambio social y económico, y que conecta esta aspiración con la historia de derrotas del país, y la necesidad de una compensación histórica. Fijémonos que son tres proyectos que tienen muy pocas posibilidades de conectar porque responden a lógicas diferentes. </div>
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Es importante retener tres ideas. La primera es que el independentismo está latente desde finales de los 70 y posee una base social amplia mucho antes del cambio de siglo. En segundo lugar, el proyecto constitucional (la transición y su consolidación) diluyen una parte de la capacidad de crecimiento de esta base social. No la elimina, pero sí la aplaza. Y finalmente, no creo que el factor que hace cambiar la alquimia del ‘procés’ sea el rechazo que hace el Tribunal Constitucional de la reforma del Estatut. Eso fue la espoleta. Pero si no hubiera sido la sentencia del TC, unos pocos años después cualquier otra mecha habría desencadenado una serie de acontecimientos bastante similares. En realidad, lo que ocurre con el cambio de milenio es la irrupción de dos nuevos grupos, que van a convertir la aparente minoría en al menos la mitad del país. </div>
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<b>El independentista pragmático </b></div>
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La definición es de Santi Vila e hizo fortuna. Creo que describe bastante bien la progresiva aparición de una nueva especie que plantea el dilema Cataluña - España en unas nuevas coordenadas: Las de la hoja de cálculo. Una nueva generación de ciudadanos ven el debate en términos de coste - beneficio y empiezan a intuir que los números no cuadran. Crece la percepción que la situación económica del país y también la gestión de los recursos sería mucho más favorable con un gobierno propio. Y se suman a esta visión una parte creciente de los empresarios de las pymes, que hasta ese momento habían mantenido una visión más bien contraria. </div>
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Pero es muy importante constatar que esta visión pragmática no solo hace referencia al debate económico. Es también social, cultural o incluso ambiental. Para ello, es esencial incorporar la progresiva erosión del mito de la transición modélica y del pacto de estado. Desde el cambio de siglo (sumen la crisis, el 15M, la corrupción), una parte creciente de Cataluña asume que el pacto no es posible, que no habrá una respuesta política a una demanda latente y que en realidad España no es capaz de entender ni de integrar a Cataluña. Digamos que un día alguien mira a su pareja y admite lo que llevaba tiempo sospechando: que estaría mejor sin ella. En este momento, lo más relevante no es si tiene o no razón; lo que importa es la percepción. Y el pragmático percibe (sea o no cierto) que el plan B de la independencia es el mejor plan posible. </div>
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¿Cómo son estos independentistas?. En primer lugar, recien llegados. Algunos derivan a algunas de las tipologías precedentes y se tornan anti (la fe del converso) o abiertamente radicales. Pero en general, creo que el grueso de ellos mantienen una distancia con los ideales historicistas, culturalistas o negacionistas. No es una cuestión sentimental, ni ética, ni simbólica. Es simplemente, una decisión práctica. Y aunque son un colectivo muy importante, no es suficiente para explicar la expansión. Por eso necesitamos un nuevo ingrediente. Y nos tenemos que situar en el Passeig de Gràcia, en la manifestación que muestra su rechazo a la sentencia del Tribunal Constitucional. Nos vamos al 10 de julio de 2010. </div>
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<b>El independentista socializado </b></div>
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La sentencia del TC provocó la que hasta ese momento había sido la mayor manifestación en Cataluña. Estaban casi todos allí, de los socialistas a los votantes de Unió, pasando por convergentes y por supuesto republicanos. La manifestación que inicialmente fue concebida como una reacción contra la decisión judicial pronto se transformó en un acto de afirmación del independentismo. Salieron a la calle y advirtieron que eran muchos. Puede que en ese momento menos de lo que llegaron a imaginar, pero sin duda alguna, eran muchos. Digamos que el 10 de julio de 2010 el independentismo sale del armario. Y crea su propia ‘parade’. </div>
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Es ante todo una actividad social, un ritual colectivo, especialmente en los impresionantes actos del 11 de septiembre. Se consigue unir el país de una punta o otra con personas que se dan la mano. Pero es mucho más que eso. El independentismo aparece en las tertulias, en las universidades, en los movimientos sociales, en la vida cotidiana. Ser independentista es ‘cool’, es una extraordinaria herramienta de socialización. Y es, por tanto, una vía que toman algunos no necesariamente por la convicción profunda de la reivindicación, sino porque de repente (y contrariamente a lo que ocurría un par de décadas antes) expresar abiertamente un ideal independentista pasa a ser socialmente bien visto. No defiendo en absoluto que estos nuevos acólitos mientan o disimulen; creo firmemente que piensan como se expresan. Lo que intento decir es que el verdadero estímulo para su afiliación es el valor social de la condición de independentista. </div>
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Aquí se incuyen por ejemplo los jóvenes, mileniales y generación z, que entran en la madurez en medio del conflicto, y que repiten las pautas que ven en la calle y entre sus compañeros. Ser independentista es mucho más ‘cool’ que no serlo, y no solo en Vic u Olot, sino incluso en el Área Metropolitana de Barcelona. O de los inmigrantes que se sienten atraídos (y no es para menos) por la impresionante capacidad de movilización y el ambiente cívico y lúdico de las reivindicaciones. De repente, disponen de una herramienta que les permite ‘entrar a formar parte de’.</div>
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En este último ingrediente empieza a manifestarse un subconjunto, que puede ser una de las claves de todo el proceso, que es el de los independentistas reactivos. Son catalanes que han mantenido una distancia, cuando no una oposición al ‘procés’, pero que se han sentido desarmados ante las reacciones del gobierno español. Son personas incapaces de entender, por ejemplo, el uso de la fuerza el uno de octubre o el encarcelamiento de los líderes o la aplicación sistemática del 155. Como no se sienten identificados con la reacción de un lado, se acercan poco a poco a la versión del otro lado. </div>
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<b>En resumen</b> </div>
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En realidad, el independentismo es la suma compleja de sensibilidades muy diversas y de matices lleno de tonalidades. Pero simplificando, podríamos admitir que existen cinco grandes grupos. Los tres ingredientes básicos del independentismo clásico, los negacionistas, los culturalistas y los historicistas, han conseguido atraer hacia sí dos grandes grupos que han ampliado y mucho la base inicial: Por un lado, los pragmáticos y por otro los socializados. Por supuesto existen combinaciones de diversos grupos y hay constantes trasvases desde uno a otro grupo. Pero, como veremos, una visión más atomizada del independentismo nos ofrece más claves sobre la posible evolución futura y sobre las vías de resolución del conflicto. Mientras deciden en qué grupo se hallan ustedes o su primo de Berga, pueden comentar cuanto quieran. En la próxima entrega, intentaré mostrar que tampoco existe un bloque ‘unionista’, sino una amalgama bastante diversa de actores.</div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-31913199636477201672017-12-27T07:53:00.000+01:002017-12-27T08:00:47.866+01:00El plan B<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmPHj02im-ndoo_JC50Tl5OO2CQkcJ6WipxCC_215KO9XhleQBW6dmN0bVwFrw3zJskPDukEFSUB04F-jmXN7hiHJb1uvi0qpVrRej5rBosn1A62IQhYLd2JwwOQ0NYMMbDzsJ/s1600/Captura+de+pantalla+2017-12-27+a+las+7.52.57.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="678" data-original-width="1600" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmPHj02im-ndoo_JC50Tl5OO2CQkcJ6WipxCC_215KO9XhleQBW6dmN0bVwFrw3zJskPDukEFSUB04F-jmXN7hiHJb1uvi0qpVrRej5rBosn1A62IQhYLd2JwwOQ0NYMMbDzsJ/s400/Captura+de+pantalla+2017-12-27+a+las+7.52.57.png" width="400" /></a></div>
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Si usted es catalán y está leyendo esto, hay un 50% de probabilidades que sea de los unos y otro tanto que sea de los otros. El país se ha partido en dos mitades y no son medias naranjas, sino dos hemisferios, con sus antípodas y sus estaciones invertidas. Por eso, en los resultados del 21D perdieron todos y no ganó ninguno. Porque esto es una ecuación de suma cero. </div>
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Llegados a este punto, se abren dos escenarios. El primero es más de lo mismo. Si usted es de los del hemisferio norte, anhela una república que está a punto de llegar o ya ha llegado, y confía que los del sur se sumen a la fiesta cuando comprueben las prebendas de la Arcadia. Si usted es de los del hemisferio sur, espera que todo vuelva a ser como antes y que los del norte abandonen su travesía y rompan para siempre sus mapas. Ninguna de las dos cosas va a pasar. Y, de alguna manera, los dos lo saben pero no pueden admitirlo. Este pulso entre gemelos no lo va a ganar nadie y lo van a perder todos.</div>
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Los efectos secundarios de la batalla son mucho más que económicos o políticos. Son sociales. Tenemos el país seccionado en dos, partido por la mitad. Y no hay forma de construir nada con la mitad de nosotros. Somos un país demasiado pequeño, en la periferia de un continente que se difumina, como para prescindir de media sociedad. Lo que quiero decirles es que más de lo mismo es una grieta, un foso, un precipicio. Llegó el momento de construir un nuevo itinerario. Y aunque hay varios planes B posibles, yo les propongo el mío. Una alternativa basada en cuatro pasos. </div>
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<b>Paso 1. Asumir los errores propios</b></div>
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Hemos llegado a este punto por la imprudente acumulación de errores a un lado y al otro. Ya sé. Si usted es del hemisferio norte me va a enumerar todas las tropelías del sur. Y a la inversa, si usted habita en el sur, leerá todo lo ocurrido como un atropello del norte. Lo relevante es que ambos tienen razón. Y la única forma de superar este círculo vicioso es desplazar el foco y orientarlo hacia los errores propios. Necesitamos grandes dosis de autocrítica. Admitir lo que hemos hecho mal (arriba y abajo) es un principio ineludible, una condición sine qua non, el único punto de partida posible.</div>
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Si no les incomoda el término, lo que deben hacer en el norte y en el sur es pedir perdón. Disculparse. E inversamente, lo que deben hacer en el sur y en el norte es perdonar. No digo olvidar ni justificar. Pero hemos vivido escenas que solo pueden ser superadas con un principio básico de la convivencia, que es aceptar el error. Ha habido muchas cosas que nunca debieron pasar y la única forma de afrontar el estrés post-traumático es con una disculpa sincera. Hay que abrir una nueva etapa no amnésica ni condescendiente, pero de alguna manera basada en la concordia, en pasar página.</div>
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<b>Paso 2. Asumir la dimensión política del conflicto</b></div>
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Esto es un problema político, que precisa de una solución política. No podemos usar el comodín de la justicia para que resuelva una tensión que es a todas luces una tensión política. Tenemos que dar una salida no judicial a un conflicto que no tiene que ver con las leyes ni con los tratados. No puede haber una nueva etapa con personas en la cárcel y con los procesos judiciales abiertos. Hay que encontrar el mecanismo que evite que una de las partes se siente a la mesa con la sombra de los barrotes sobre su espalda. </div>
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No soy jurista e ignoro las salidas de emergencia de este proceso. Pero me niego a aceptar que el mecanismo judicial es irreversible y que solo podemos esperar que las cárceles se llenen de políticos, de una parte de los actores de esta historia. Si no liberamos a los presos, volvemos a la casilla de salida y estaremos veinte años más votándonos los unos a los otros sin ningún resultado posible. Y con unas heridas que, entonces sí, no podrán cicatrizar.</div>
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<b>Paso 3. Aceptar la gran renuncia</b></div>
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Los dos hemisferios tienen que asumir una gran renuncia, muy dolorosa en cada caso. En estos momentos, probablemente inaceptable. El hemisferio sur tiene que admitir que la indepencia es posible. Quiero decir que tiene que trazar un plan que concluya que la opción independencia es una opción. Aquélla contra la que se opondrán con todas sus fuerzas, claro, que harán lo posible (lo democráticamente posible) para impedirla. Pero debe existir un horizonte medio en el que exista un compromiso de respuesta política.</div>
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El hemisferio norte tiene que ofrecer tiempo. Debe renunciar a la república durante un período que permita dos cosas. La primera es coser las heridas y reconstruir los puentes que nos separan. La segunda es evaluar el plan B del Estado que. ahora o nunca, debe ofrecer una respuesta atractiva que disuada a una parte significativa de los catalanes de la desconexión. Parece razonable que unos y otros se den una nueva oportunidad y propongan una forma alternativa de relación, que la valoren (que la voten) y esperar que el plan funcione. Pero si el nuevo camino conduce a ninguna parte, entonces debe existir el compromiso de activar la vía independentista. En esta propuesta, todos pierden mucho y nadie gana demasiado. Es un sapo enorme, viscoso y sin depilar. Pero debemos dejar de decirnos que hay una salida facil e indolora para este laberinto. </div>
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<b>Paso 4. Crear una alternativa transversal</b></div>
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Mientras en Madrid se activa una respuesta a la crisis, aquí debemos abandonar el frentismo. Y la única forma que se me ocurre es crear una coalición contra natura entre el norte y el sur, entre partidos de arriba y abajo, y trabajar durante un tiempo con intereses comunes. Tenemos que desactivar el mecanismo del "y tú más", creando una alianza amplia entre partes que en estos momentos se consideran antagónicas. Debemos reactivar las legislaturas que trabajan por los intereses colectivos y esforzarnos por abandonar la guerra de guerrillas.</div>
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No es solo una respuesta política. Debe ser sobre todo una respuesta cívica. Hay que crear nuevas fórmulas de integración en las que los unos y los otros se sientan habitantes del mismo país. Hay que volver a construir puentes sobre el río Kwai. Y reintegrar al primo aquél en el grupo de whats app de la familia. Y volver a cenar con aquel amigo a quien hemos olvidado porque es del sur o del norte, que tanto monta o monta tanto. No veo otro destino que éste: Convertir las dos mitades en dos medias naranjas. Y volver a trabajar juntos por lo que nos une, que es casi todo.</div>
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Este es mi plan B. Sé que no le gusta un pimiento y sé además que lo considera inviable. Pero por un momento admitamos que la alternativa del frentismo nos lleva a un agujero negro. Y que ha llegado el instante de construir una alternativa. Y no exageren. En peores plazas de la historia hemos toreado.</div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-2220531759993079812017-12-03T18:09:00.000+01:002017-12-03T18:09:50.279+01:00El futuro del turismo: Blades Runners contra replicantes<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbgbuQThGYU-MhI54sGC3BKQheK7-YFkw7rkpQ7Mb8F0kJApJCDgtNjLeuQVuy4Y6egFXKUwQu8q67b56FC1X-caAohFhH4ysWC0d7vk9IE-fM22nTmrV-MFrbj7YvD-3xx3vo/s1600/blade-runner-replicante.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="1600" height="166" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbgbuQThGYU-MhI54sGC3BKQheK7-YFkw7rkpQ7Mb8F0kJApJCDgtNjLeuQVuy4Y6egFXKUwQu8q67b56FC1X-caAohFhH4ysWC0d7vk9IE-fM22nTmrV-MFrbj7YvD-3xx3vo/s400/blade-runner-replicante.jpg" width="400" /></a></div>
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La historia había empezado muy bien. La red estaba conectando los post-turistas con los pre-turistas y estaban compartiendo experiencias, valoraciones y críticas. Si un hotel estaba sucio o un destino era demasiado caro, los turistas escarmentados advertían a los posibles usuarios del problema. Se empezó a crear una especie de control de calidad colectivo, en el que los usuarios valoraban de forma espontánea y desinteresada. La mejor estrategia de márqueting era hacer muy bien las cosas y dejar que el boca - oreja digital propagase tus resutados. Pero la historia empezó a desviarse.</div>
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<b>Fakes y otras especies</b></div>
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Al constatar el valor estratégico de las opiniones, algunos gestores decidieron intervenir no en la calidad del producto sino en las propias opiniones. Al principio eran solo valoraciones del propietario del hotel de al lado, que intentaba aupar el establecimiento repartiendo falsas críticas entre los vecinos. Esto empezó a erosionar la validez del sistema que se protegía con la ley de los grandes números: Aunque haya algún comentario tramposo, habrá tantos comentarios sinceros que su efecto será invisible.</div>
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Eso hizo crecer una guerra de guerrillas. Algunos establecimientos se rebelaron contra la tiranía de la crítica no contrastada y eso dio lugar a reacciones como las del restaurante Capritx</div>
<blockquote class="twitter-tweet" data-lang="ca">
<div dir="ltr" lang="es">
Cuelga tu relato ficticeo-cachondo sobre <a href="https://twitter.com/hashtag/capritx?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw">#capritx</a> en TripAdvisor y riámonos un rato. Primera crítica inverosímil... <a href="https://t.co/L9VKqdxis8">pic.twitter.com/L9VKqdxis8</a></div>
— CAPRITX (@artur_martinez) <a href="https://twitter.com/artur_martinez/status/870025038149419009?ref_src=twsrc%5Etfw">31 de maig de 2017</a></blockquote>
<script async="" charset="utf-8" src="https://platform.twitter.com/widgets.js"></script>
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También se ha viralizado la respuesta del director de un hotel que tuvo que hacer frente a una crítica sobre la calidad del colchón, antes de que el hotel fuera inaugurado. La irónica valoración corrió por la red como la pólvora.</div>
<blockquote class="twitter-tweet" data-lang="ca">
<div dir="ltr" lang="es">
La respuesta del Hotel Landaben <a href="https://t.co/5ilEWpkT1g">pic.twitter.com/5ilEWpkT1g</a></div>
— FRANZISKA (@FranziskaStudio) <a href="https://twitter.com/FranziskaStudio/status/902587114570866689?ref_src=twsrc%5Etfw">29 d’agost de 2017</a></blockquote>
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De todas formas, los usuarios han continuado valorando las opiniones en las redes porque los falsos comentaristas apenas pueden (en apariencia) alterar el volumen de valoraciones reales.</div>
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<b>La implosión de las falsas críticas</b></div>
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En los últimos años, las empresas y destinos turísticos han advertido que en el negocio de las críticas se podían corregir errores con inversión. Esto es, que con una adecuada estrategia un destino mediocre o una empresa deficiente podía sobresalir en el océano de las valoraciones turísticas. Y lógicamente, los turistas han empezado a sospechar de la neutralidad de la red.</div>
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El primer indicio ha sido el boom de los blogger trips. Tras el éxito de los primeros esfuerzos honestos (pienso, por ejemplo, en los primeros blogger trips de la Costa Brava), los destinos han invertido tanto en esta estrategia que han contribuido a la emergencia de una profesión: Bloggers a sueldo. Por supuesto que aún hoy existen muchísimos blogs de viajes realizados con sentido crítico. Pero a su lado han emergido nuevos relatores que cobran las alabanzas a tanto el kilo.</div>
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Es un secreto a voces que en la red han proliferado también las empresas de falsos cometarios. Por menos de 100 euros, puedes tener más de un centenar de nuevas críticas que van a ensalzar todo lo que tú quieras: del buen servicio a las tostadas del desayuno. Es verdad que los portales han iniciado una batalla contra los falsos testimonios, pero a las empresas de comentarios les es relativamente fácil burlar los primeros filtros con un poco de paciencia y creatividad.</div>
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<b>La era de los Blade Runners</b></div>
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Lo que le pasa al turismo es algo que también sufre el periodismo o la política. Si la conversación se ha hecho global, pero también anónima, es relativamente fácil crear un ejército de voces digitales que puedan interferir en la valoración de un atentado, en una carrera política o en el ránquing de los mejores hoteles de un destino. Y todo eso ahora, que estamos en la prehistoria de la inteligencia artificial. En el futuro será relativamente fácil crear comentarios sofisticados en los que no habrá captcha que pueda identificar su origen digital.</div>
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Esta tendencia nos da dos escenarios. El primero es la muerte de la red turística. Si es imposible distinguir un comentario efectivo de un comentario motivado, los turistas no tienen el más mínimo incentivo para consultar en la red cuál es el hotel más confortable o qué destino ofrece los mejores productos de turismo rural. Volveremos a la intermediación clásica y a la confianza solo en el prescriptor profesional, que se juega su reputación. El segundo es la creación de sistemas de 'blade runners' capaces de detectar tras una conversación sobre tortugas en el desierto que las pupilas no se dilatan y que, en realidad, los comentarios han sido creados por replicantes. O el sistema descubre, persigue y castiga el fraude digital, o el sistema desaparecerá como las lágrimas en la lluvia, más allá de las puertas de Tanhauser, claro.</div>
<script async="" charset="utf-8" src="https://platform.twitter.com/widgets.js"></script>
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Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-27825051398225517642017-10-30T11:21:00.000+01:002019-01-20T18:25:45.742+01:00Els 7 pecats capitals del procés<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-u1nijVgl3FdNf1UtW2lUVenIq6Am68v6rwTS90cwgvPwdrEePzZm2LBGrxbu-l33FiVpkDQlArN2ICU9U24XLhizStrb2H0uoLR_sk6kSAVQczb0dU52WoBcpwbmsC6lSmGc/s1600/Captura+de+pantalla+2017-10-30+a+las+11.19.33.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1212" data-original-width="1600" height="483" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-u1nijVgl3FdNf1UtW2lUVenIq6Am68v6rwTS90cwgvPwdrEePzZm2LBGrxbu-l33FiVpkDQlArN2ICU9U24XLhizStrb2H0uoLR_sk6kSAVQczb0dU52WoBcpwbmsC6lSmGc/s640/Captura+de+pantalla+2017-10-30+a+las+11.19.33.png" width="640" /></a></div>
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Hi ha un punt en tot viatge (a Ítaca o a la Riviera Maya), on ets massa lluny de l'origen però també massa lluny de la destinació. Quan et trobes en aquell punt mig en què no hi ets enlloc, saps que necessites el mateix esforç per tornar-hi que per arribar-hi. A l'avió, quan el minúscul mapa interactiu em recorda que ja han passat tantes hores de vol com les que tens per davant, sempre acabo fent balanç. On soc. Què vull. Què he de fer. Per què carai no m'aprimo.</div>
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El procés és en aquell punt intermig exacte. Molt més lluny del que mai hauria imaginat. Massa lluny encara per veure al fons la Terra Promesa. El millor moment per mirar fer la finestra de l'avió el vol pausat dels núvols a l'horitzó i fer inventari. I, ja que hi som, el millor moment per a fer autocrítica. I a 10.000 metres d'alçada, ara que la història ens regala una treva, deixeu-me dibuixar els set pecats capitals del procés. Sí, aquest és aquell pot repel·lent que ningú no vol llegir. </div>
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<b>L'enveja</b></div>
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Catalunya no és Eslovènia ni Letònia. No som a la Guerra Freda i la Unió Soviètica és ja només una entrada de la wikipèdia. No som en el procés de descolonització del segle XIX, ni en la construcció de l'Europa contemporània. Ni Cuba, ni Finlàndia, ni Estònia, ni Croàcia. Catalunya ha volgut ser altres països en altres contextos històrics que ara son només això: història. Som en el mon del segle XXI, en una era nova, post-moderna. De fronteres toves i estats nació en crisi, d'aliances globals per a problemes col·lectius, de globalització cultural i fluxos intercontinentals. </div>
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No es pot seguir la via eslovena. Ni l'estratègia letona. L'escenari és un altre. La independència de Catalunya només serà possible seguint el model català, un model que encara no existeix i que s'ha de crear de nou. Sense referències. </div>
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<b>La ira</b></div>
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Els processos nacionals són la construcció col·lectiva d'una societat. Això vol dir que és integrador i vinculant. Accepta l'ambigüitat, és comprensiu amb el dubte, integra la dualitat i s'eixampla pels límits. La creació de nacions és, per sobre de qualsevol altra estratègia, la creació de complicitats. El procés ha estat una dinàmica centrifugadora. Ha anat devorant totes les ambigüitats i ha anat assenyalant amb el dit qualsevol espai d'aiguabarreig. Aquest intent per preservar el 'nucli irradiador' ha despenjat del viatge a una part de la caravana, que s'ha quedat en els oasis del camí.</div>
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Per això, el procés ha estat implacable amb els dubtes dels comuns, amb les posicions dels socialistes a mig camí i fins i tot amb els propis que alçaven la veu, dels santiviles als baigets. I per això també els herois esdevenen traïdors en pocs minuts. </div>
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<b>L'accídia</b></div>
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Els processos es construeixen amb molta paciència. I amb molta feina. Les complicitats s'han de teixir amb tenacitat i esforç, amb moltes hores de treball. La declaració ha evidenciat que darrera de l'escenari no hi havia profunditat, que tot plegat era una mica un <i>tromp d'oeil</i>, que el decorat era de cartó pedra. Sense una feina persistent (probablement a mig termini) no hi haurà cap fruit. Ha arribat el moment d'admetre que la feina més important del procés, els reconeixements internacionals, no s'ha fet. Ni estructures d'estat ni complicitats internacionals. </div>
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<b>La luxúria</b></div>
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Aquest ha estat un moviment excessiu (luxuriós) en els carrers i en les places. Ha estat una <i>performance</i> espectacular, el selfie més gran del mon. I sí, els processos necessiten de la mobilització de molta gent. Els diaris del mon s'han omplert de fotografies tan grans que no cabien en els límits del paper. I hi hagut música, somriures, trobades, banderes, himnes i constància. Res a dir. Però la mobilització excessiva (luxuriosa) només pot ser el principi d'una dinàmica també política, econòmica i diplomàtica. Si l'<i>Omplim els carrers </i>és el principi i el fi de l'estratègia, tot plegat és tan festiu com intrascendent. </div>
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<b>La supèrbia</b></div>
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El dubte és un mecanisme dual. Portat a l'extrem paralitza i desactiva. Però l'absència de dubte, crea un relat en un sol acord que acaba despenjant-se de la realitat. Hem d'aprendre a dubtar, hem de considerar la humilitat del 'potser no'. Si es guarda al sac de l'estratègia de la por qualsevol nota a peu de pàgina respecte del relat oficial, s'acabarà creant grups de whats app (i missatges de telegram) que s'accepten com la veritat revelada. S'ha menystingut l'autocrítica, la dissonància i el dubte metòdic. </div>
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Sempre hi havia un pla ocult, un gest audaç, un cosí que sap de bona tinta que hi ha una estratègia ben teixida que s'activarà en hores. I quan la profecia no es complia, sempre hi havia una segona versió, més il·lusionant, més desconnectada de la realitat. Aquesta és una gran lliçó: No hi haurà procés sense autocrítica ni dubte. Només hi haurà procés si en els grups de whats app, s'integren totes les veus, del cunyat apocalíptic a l'adolescent integrat.</div>
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<b>La gula</b></div>
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La digestió del procés hauria de ser la d'un remugant. Es menja una mica i es paeix molt. Amb una digestió lenta, que ajudi a metabolitzar-ho tot. El procés ha estat l'àpat de Carpanta en el Set Portes. Hem passat de l'assortiment de mariscos a l'entrecotte i després al llubarro, sense solució de continuïtat. I no havíem escurat el plat d'escopinyes i ja demanàvem el carro de postres. Hem menjat amb pressa, com si no hi hagués demà, cremant etapes històriques en unes poques hores. Hem esprintat a mitja marató. Aquesta és una altra lliçó: Res ha fet més mal que aquell #TenimPressa accelerat. Entre el temps geològic i el <i>time lapse</i> deu haver-hi un punt intermig que no provoqui indigestions.</div>
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<b>L'avarícia</b></div>
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El relat del procés ha quedat atrapat en el discurs equivocat de l'<i>Espanya ens roba</i>. Si es projecta la visió antipàtica que tot plegat és una qüestió de més recursos (i res més que això), el procés serà catalogat en l'inventari de nacions insolidàries, com el Veneto, com la Padània, com Bavària. De fet, un altres dels grans gaps del procés ha estat la manca de relat que descrigui les condicions del nou estat. La suma inestable de visions molt diferents ha aparcat el debat sobre com seria el nou estat. És difícil l'aventura nacional si no està unida a un relat econòmic, polític, social i cultural concret.</div>
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Som a mig camí d'una travessia molt llarga. A temps encara de retornar al port de partida o amb queviures per aguantar un temps més. És un bon moment per admetre els errors del procés. Probablement, només serà viable l'opció inversa: Un moviment basat en una via pròpia, de caràcter integrador, amb una tasca persistent a mig termini, amb més política que carrer, oberta a la crítica externa i interna, de digestió lenta i capaç de construir un relat vinculant. Més o menys. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-30871934735036988352017-10-16T14:51:00.002+02:002017-10-16T14:54:38.618+02:00Riure<div style="text-align: justify;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmB3HVwOoOtI_E0TYev-1Uo6eXRN_IJOLcZt5WD5Z7QQIhNaDAZ7loke7plodgvw2D9LpECcQft1a24fr2_w6fMW-Whc3RNJthBw21-VqeudacQi0wxxTRQGRcGiWHUkm3PXfv/s1600/Risas-carcajadas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmB3HVwOoOtI_E0TYev-1Uo6eXRN_IJOLcZt5WD5Z7QQIhNaDAZ7loke7plodgvw2D9LpECcQft1a24fr2_w6fMW-Whc3RNJthBw21-VqeudacQi0wxxTRQGRcGiWHUkm3PXfv/s400/Risas-carcajadas.jpg" width="400" /></a></div>
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Tenim un excés de solemnitat. Patim sobredosi de moments històrics. Obres el twitter i sents de fons una fuga de Bach. Mires les notícies i tothom té cara de pomes agres i mira l’infinit i més enllà. Un dels indicadors més fiables de la gravetat de la situació és la quantitat d’esdrúixoles que s’empren. Tantes que aviat començarem a dir Catàlunya, Júnqueras o Fòrcadell (Fòrradell si ets en Vargas Llosa). </div>
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Diu l’S<a href="http://www.scottweems.com/" target="_blank">cott Weems</a> que l’única manera d’afrontar la tensió de l’existència és amb l’humor. De fet, l’humor és la resposta natural al conflicte. Riure és un procés que esdevé de la batalla entre els sentiments i els pensaments. També diu, per cert, que els acudits més divertits tenen exactament 103 paraules (en anglès), que l’animal més graciós és l’ànec o que el dia més divertit del mes és el dia 15. Hem de saber riure’ns primer de nosaltres mateixos i, després, de tot una mica. Som un breu lapse de temps en el rellotge de la humanitat, que és un segon en la història de l’Univers. Som una nota a peu de pàgina. No ens prenem res, ni a nosaltres mateixos, massa seriosament. </div>
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Ens hem de riure més de tot això. Riure’ns per exemple de les cares dels consellers que acompanyen el President en una declaració solemne i especialment de les seves mans. No saben què fer-ne i els veus allà com dos braços orfes enganxats a un cos. Riure’ns també de <a href="http://www.lasexta.com/programas/zapeando/mejores-momentos/la-sorprendente-desaparicion-en-television-de-soraya-saenz-de-santamaria-normal-que-luego-digan-que-los-del-pp-son-unos-fantasmas_2017100559d643e70cf2304a273c7146.html" target="_blank">la desaparició de Soraya</a> després d’una declaració, com si fos <a href="http://bladerunner.wikia.com/wiki/Joi_(character)" target="_blank">Joi a Blade Runner 2049</a>. Riure’ns de les espardenyes dels mossos d’esquadra, del pentinat del President, de les celles del Millo, dels tweets del Rufian o de l’estètica hípster de Rajoy. Riure’ns del whats app que m’ha passat l’amiga d’una cunyada que em diu que el cosí de Merckel creu que la independència esdevindrà un dimarts. I dels cops de porra dels policies?, em direu. Doncs més que amb cap altra cosa: L’humor és l’antídot més eficaç contra la violència. </div>
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Així que aquest és el meu prec. Sigueu solemnes, remarqueu el sentit històric de cada cinc minuts, emprenyeu-vos i mireu a l’infinit i més enllà. D’acord. Però de tant en tant, recordeu que tot plegat és un xic absurd, un punt graciós, un pèl grotesc. I no deixeu d’omplir els vostres murs d’ànecs, com a mínim cada dia 15 dia de mes. Igual un dia obro el twitter i ja no sento més bachs, sinó aquella banda sonora eterna d’en Benny Hill donant calbots a qui li envolta.
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Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-58461620400122501502017-09-27T11:29:00.002+02:002017-09-27T12:50:24.020+02:00España no existe. Y Cataluña, tampoco. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGLFxV9KCDhVq32Ze4UqVQO3449jeINxuNz3k_Xv56zcFeKKzsxGaPLyi2wEogNDtxncEHKZ-cfduzsuh9CttN1SANXYy8i0bGKicQEzMVLKwoORa68QqGruLIm20c2NBQftyS/s1600/elisa+munso%25CC%2581.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1009" data-original-width="1350" height="297" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGLFxV9KCDhVq32Ze4UqVQO3449jeINxuNz3k_Xv56zcFeKKzsxGaPLyi2wEogNDtxncEHKZ-cfduzsuh9CttN1SANXYy8i0bGKicQEzMVLKwoORa68QqGruLIm20c2NBQftyS/s400/elisa+munso%25CC%2581.png" width="400" /></a></div>
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Me hubiera gustado escribir un texto con el que todos estuvieran de acuerdo. El taxidermista de Cuenca y la viuda octogenaria de Cardona. Y escribirlo antes de la tormenta perfecta. Pero creo que voy a optar por el camino contrario: Voy a escribir un texto con el que nadie esté de acuerdo. Ni yo mismo, me parece.</div>
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Llevamos semanas hablando de España y de Cataluña. Y, me van a perdonar, España no existe. Sí, ya lo sé, existe un estado, unos límites, una geografía, el DNI, bla, bla, bla. Pero España no es un sujeto. No se puede hablar con España, ni se puede negociar con España, ni se puede uno ir de copas con España. Eso es una prosopopeya y funciona como figura retórica, pero en la vida real no tiene ningún sentido. </div>
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Tampoco hay nada parecido a los españoles. Crecí en una familia numerosa (de las de antes, que ahora ya llamamos numerosa a cualquier cosa) y allí en medio aprendí muchas cosas, pero tal vez la más importante es que los seres humanos somos muy diferentes. Deliciosamente diferentes, diría. En mi familia, seis individuos que compartían el mismo código genético, que habían recibido la misma educación, habían ido a las mismas escuelas y además se pasaban el día interactuando entre sí éramos más dispares que los copos de nieve al microscopio. A donde quiero ir a parar es a este punto inicial: Somos extraordinariamente diferentes, complejos y cambiantes. Cada individuo es una sopa de bacterias andante llena de matices, singularidades y sueños. Imagínense más de 40 millones de individuos.</div>
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Los españoles no son de ninguna manera, ni piensan de ninguna manera. La taxista lesbiana del centro de Sevilla con ganas de retirarse e irse a vivir a su casita de Estepona no es el abuelo de Béjar que empieza a perder la memoria, pero ha decidido ocultárselo a sus hijos. Cada persona piensa de una forma personal e intrasnferible; y además, cambia de opinión si está enfadado porque la grúa se llevó su coche o exultante porque la hija menor encontró trabajo. Las personas dudan, sueñan y mutan cada hora por más que quieran mantener la ficción de unas ideas inamovibles. Somos un barco de papel a la deriva, pero nos gusta creer que manejamos el timón.</div>
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Tampoco existe Cataluña, así majestática. Ni los catalanes. Los catalanes no somos de ninguna manera, porque no hay ninguna frase por larga que la queramos hacer que nos resuma. No cabemos en ninguna sentencia. Tomas veinte catalanes al azar y te encuentras de todo, del payaso amateur que pasa sus tardes en el hospital infantil y llora en silencio cuando se despide de Arnau para siempre, al farmacéutico huraño que odia a todo el vecindario. No hay formar de contener tantas biografías, tantos sueños rotos, tantas despedidas en el tren en una frase ingeniosa. Somos, sospecho que como los uzbekos, como los tasmanos o como los porteños, escandalosamente diferentes. </div>
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Por eso, no es posible amar a España ni odiar a Cataluña. Me cuesta sentir simpatía por ese jefe que nunca paga un salario justo y que cruza a diario la frontera del respeto, ya sabéis a quién me refiero. Y, en cambio, admiro profundamente al viejo profesor que está enseñando a leer y a escribir a los senegales del barrio. Sé que de tan obvio suena naíf, incluso demagógico. Pero por más que me esfuerce no puedo querer un país entero; ni odiar a su vecino. De hecho, cuando los sujetos anónimos cobran forma y nos acercamos a su biografía, a su vida cotidiana, a su miedo permanente, nos cuesta mucho más sentir desprecio. Ponga dos antagonistas en una cena larga, de asado y vino tinto, y sin poder evitarlo a las dos horas empezarán a construir puentes invisibles. </div>
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Acabo. No tengo ninguna receta, ni tengo la más mínima idea de dónde acabaremos. Y por supuesto me voy a abstener de recomendarles nada. Pero puestos a pedir, déjenme pedir una cosa. Dejen de insultar a los catalanes, y no solo porque insultan si saberlo a mis hijos, a mis amigos, a mis compañeros, a mi familia, y a mi mismo, que también. Dejen de hacerlo porque es absurdo, simplista y un tanto xenófobo, reducir más de siete millones de almas a un idea concreta. Y si no es mucho pedir, dejen de insultar a los españoles, y no solo porque insultan sin saberlo a mis primos, a mis tíos, a la memoria de mi infancia, o a mis amigos, que también. Dejen de hacerlo porque ignoran la diversidad casi caleodoscópica de más de cuarenta millones de personas. </div>
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Esto es un encontronazo brusco, infame, entre gobiernos. Una terrible colisión de legitimidades. Ni quiero ni puedo restar un ápice de dramatismo y de indignación por esta batalla mezquina. Y, es verdad, ya no cabe la equidistancia. Pero varados cada uno en su posición, quiero recordar que no es posible construir un país sobre la base del desprecio a los otros, y aún menos posible intentar mantener la cohesión de un país a partir del desprecio a los que desean partir. Sea cual sea el resultado, recuerden que al final España no existe. Y Cataluña, tampoco. </div>
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<span style="font-size: x-small;">*Ilustración de Elisa Munsó</span></div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-6562069228669678222017-08-26T11:46:00.001+02:002017-08-26T11:46:05.523+02:00Entreguen las freidoras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8P1zIjqjqcTJZtfXEThN5xkDgmI1Aj365dpwrCkGRaPbU8GJVhDiRZplknSCFV4MIKf2hZX80FST4-SdHtv9_A8ZrA_fWLOzY8N1JQE10KC583FbN-5V50IehdyAlIftMk_N/s1600/11392335.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8P1zIjqjqcTJZtfXEThN5xkDgmI1Aj365dpwrCkGRaPbU8GJVhDiRZplknSCFV4MIKf2hZX80FST4-SdHtv9_A8ZrA_fWLOzY8N1JQE10KC583FbN-5V50IehdyAlIftMk_N/s400/11392335.jpg" width="400" /></a></div>
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Port Aventura es un prodigioso artefacto de ocio. Admito todas las críticas que quieran incorporar: el kistch, la banalidad, la masificación... Pero por más que uno quiera agudizar el sentido crítico, no puede evitar la fascinación por este complejo de diversión, creado con una intención muy loable: Que los visitantes se lo pasen bien. Y si hubieran seguido la carrera exultante de Francesco durante horas, habrían concluído que el parque logró sin ningún género de dudas hacerle muy feliz. Hago este preámbulo para que no malinterpreten mi crítica. Me gustan los parques temáticos y me gusta Port Aventura.</div>
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Las atracciones de Port Aventura son excepcionales y la ambientación es sobresaliente. Es verdad que el tono decae con los espectáculos, pero aún es posible encontrar alguna obra más que digna. Sin embargo, todo se tiñe de negro cuando vamos a comer. El menú infantil son unos macarrones demasiado cocidos y nada escurridos con una salsa de tomate en conserva a granel. Mi plato es una mezcla imposible de verduras mal cocinadas y carne plastificada. Creo que hay cárceles en Bolivia donde se come mejor que en el parque. No se salvó nada. Los bocadillos, los postres, las bebidas tenían la dignidad de un compejo turístico soviético antes de la caída del muro. Bueno, y después también. Y no puedo entender cómo un espacio que logra niveles de excelencia en el diseño del ocio puede caer tan bajo en algo tan simple como es la cocina.</div>
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Port Aventura no es un caso aislado. Hay parques acuáticos, centros comerciales, paseos marítimos, estaciones de Renfe y ciudades turísticas enteras que se esfuerzan por hacerlo mal. Canelones congelados, ensaladas de bolsa, carne con sabor a neumático usado, pan que no es pan, pizzas como los relojes de Dalí, zumos de naranja que huelen a detergente, cafés que tumbarían al mismísimo Chuck Norris, medallones de merluza enharinados para disimular su triste condición... Hay un catálogo casi infinito de menús que tendrían que estar tipificados en el código penal. De hecho, deberían estar prohibidos por la Convención de Ginebra. </div>
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¿Qué nos está pasando?. Además de los grandes restaurantes, el país está lleno de restaurantes medios de una calidad indudable. Son profesionales que quieren a su profesión. Y les gusta que guste lo que hacen, como a casi todo el mundo. Los hay que innovan, que se arriesgan, y los hay que juegan sobre seguro. Pero justo al otro lado de la calle, la hilera de restaurantes turísticos odian su profesión, odian la cocina y es posible que odien a la humanidad. No es una cuestión de costes. Se puede hacer un gazpacho, un arroz de verduras, unas lentejas, unas alubias con almejas, una escalivada, un empedrat, un salmorejo, un cocido o una coca de recapta por casi nada. Eso sí: Hay que escoger buenas materias primas, hay que saber cocinar y hay que dedicar un cierto tiempo. No digo que cocinen como mi madre, pero vaya, que sepan hacer unos canelones con gusto a canelones. </div>
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En ningún otro servicio toleraríamos este infranivel. No admitiríamos que el peluquero nos dejase el pelo como una mofeta en celo; a no ser que fuéramos un jugador de fútbol, claro. Los conductores de autobuses no se equivocan de recorrido y te dejan en Ciudad Real cuando querías ir a Murcia. El quiosquero te guarda el periódico cada sábado. Y el profesor de salsa no logra que bailes salsa, pero consigue que creas que bailas salsa, lo cual tiene mucho más mérito. En general, los pintores pintan, los instructores instruyen, los médicos medican y los arponeros arponean. ¿Por qué hay cocineros que no cocinan?. ¿Por qué existen restaurantes con peor comida que un piso de estudiantes de ingeniería informática?. ¿Cuándo dejamos que pasara esto?.</div>
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Afrontémoslo: El rey está desnudo. Lo de Port Aventura no es una excepción. Hay demasiados restaurantes en lugares concurridos, hay demasiados restaurantes en lugares turísticos, que son excepcionalmente malos. Que son malos con nocturnidad y alevosía, señoría. Sin atenuantes, pero con muchos conservantes y colorantes. Son tan malos que debe haber algo sitio clandestino donde les enseñan a hacerlo tan mal, porque eso de forma espontánea no sale así. Hay demasiados restaurantes que dañan irreversiblemente la imagen del lugar donde se ubican. Y dañan también el hígado y el intestino delgado. Hay países donde en casi todos los lugares se come razonablemente bien. Aquí, llegó el momento de decirlo, se come muy bien y también se come muy mal. Y en la vida llega un momento en que tienes que escoger. Todos a una: Restaurantes pésimos, ríndanse. Y entreguen las freidoras y la harina de rebozar. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-61303753465468534782017-08-14T23:22:00.000+02:002017-08-16T09:04:26.245+02:00Estrategia II. Contra la ciudad dual<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6H1vvi0VTShJT3CW558-EQanKuGEN_w_wkNv9G5pckUGIzMLDajeOX9K9hQREWdWFca7JVi_ggGvoi3NYG3Kt-1aULWV-M7e4l7GlfPb4rAmYBfGYY7_1AGdmoFJFLcaoKblc/s1600/69de6a96-05b7-416c-a04c-e30840a1a59d.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="879" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6H1vvi0VTShJT3CW558-EQanKuGEN_w_wkNv9G5pckUGIzMLDajeOX9K9hQREWdWFca7JVi_ggGvoi3NYG3Kt-1aULWV-M7e4l7GlfPb4rAmYBfGYY7_1AGdmoFJFLcaoKblc/s400/69de6a96-05b7-416c-a04c-e30840a1a59d.png" width="400" /></a></div>
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Toca hacer balance. El turismo no es el mecanismo que ha desencadenado la muerte de la ciudad. Por eso, los mismos problemas que tiene Barcelona los tienen ciudades con turistas y sin turistas.<a href="http://don-aire.blogspot.com.es/2017/08/its-mobility-stupid-and-it-is-not.html" target="_blank"> Es la movilidad de personas hacia las ciudades globales</a> lo que tensiona las ciudades diseñadas para un <i>hinterland</i> mucho menor. La respuesta más aparente en <a href="http://don-aire.blogspot.com.es/2017/08/estrategia-i-la-dimension-metropolitana.html" target="_blank">la extensión de la ciudad hacia la corona metropolitana</a>. Solo una gestión inteligente podrá evitar que la ampliación de la geografía del turismo de Barcelona no acabe en una expulsión hacia la periferia de la oferta de bajo precio, mientras que el centro se colapsa por la ausencia de competencia. Lo bueno de este escenario es que ni promete una solución mágica ni se rinde ante un apocalipsis inevitable: Traslada a la gestión la responsabilidad del éxito de la ciudad.</div>
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Hoy les propongo la segunda vía estratégica para la ciudad global: El combate contra la ciudad dual. El principal problema de las ciudades contemporáneas no es la congestión. Vamos hacia un mundo de megalópolis, de barrios gigantescos y de extrema movilidad interna. Las grandes ciudades son enormes imanes de personas y ello va a crear polaridades. Lo lógico en las ciudades globales será su densidad. Y por eso, las ciudades globales deben poner en el primer lugar de su agenda la gestión del transporte interno: La expulsión de los coches, la apuesta radical por el sistema de transporte público, el uso masivo de la bicicleta y los desplazamientos a pie, la creación de modelos intermodales... Pero eso es otra historia. Déjenme tan solo reiterar que las ciudades globales se llenan de personas que acuden a festivales, que se manifiestan por un mundo mejor, que disfrutan de grandes acontecimientos deportivos, que acuden al reclamo de grandes ofertas de ocio, que cierran un acuerdo de compra - venta o que reclaman la independencia en la Diagonal. </div>
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<b>La ciudad mediterránea</b></div>
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Simplificando (simplificando mucho, lo admito), la planificación urbana se mueve entre dos tensiones: A un extremo, la especialización y al otro lado, la superposición. En ese juego, hay quien propone que la ciudad funciona mejor si organizamos los usos en áreas: Aquí la industria pesada; allá el espacio urbano de rentas medias; por aquí, la calle comercial; y al fondo, los equipamientos culturales. Al otro lado del péndulo, otros proponen que en cada barrio haya un poco de todo, que se mezclen usos, actividades y (atención) niveles de renta. La ciudad mediterránea es, en buena manera, un artefacto de convivencias entre actividades muy diversas. Que usos diferentes convivan en un mismo espacio crea problemas: La pequeña fábrica emite ruidos, los bajos comerciales impiden su uso residencial, los hipsters del teatro asustan a las señoras que se reúnen para jugar al cinquillo y las familias paquistaníes rezan en un garaje, mientras la iglesia del barrio casi está vacía. </div>
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La principal virtud de los modelos de superposición es la convivencia y, por tanto, el incremento de las posibilidades de interacción. Cuando rentas, culturas, edades y actividades diferentes comparten un mismo escenario es más fácil que nazcan relaciones binarias entre individuos, empresas, iniciativas o sistemas culturales. La ciudad es más fértil porque existe un constante encuentro entre diferentes. Los barrios uniformes (usos, rentas, culturas) reducen la interacción. Y esta es esencialmente la principal virtud de las ciudades contemporáneas: La oportunidad de enlazar sistemas diversos. Por eso, el problema de la gentrificación es la creación de un espacio uniforme que expulsa el resto de niveles de renta, y probablemente también, el resto de sistemas culturales y actividades económicas. Podíamos aceptar la siguiente sentencia: La ciudad tendría que tender a la maximización de la mezcla entre (a) usos, (b) actividades, (c) niveles de renta y (d) perfiles sociodemográficos. </div>
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<b>El espacio turístico</b></div>
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El espacio turístico tiende a crear áreas de concentración, bien en torno a los elementos de atracción bien en las áreas donde se sitúan los servicios. Primero es un hotel cerca del Palacio; luego es un restaurante, y otro hotel, y los primeros comercios, y la oficina de turismo o los primeros apartamentos. Poco a poco, se crea lo que McCannell llamó el frente turístico (<i>front</i>), en el que tiene lugar la actividad de los turistas; fuera de ese perímetro, el dorso (<i>back</i>) se mantiene lejos de la mirada <i>voyeurista</i> de turista. La tendencia más habitual en la construcción de los espacios turísticos es la creación de un espacio dual, que diferencia el espacio de los turistas y el espacio de los residentes. Hay zonas que incluso se planificaron en esta lógica: El plan que dio lugar a la actual Cancún diferenciaba la línea de costa para uso turístico y la zona reservada para la creación de una nueva ciudad, solo para residentes. </div>
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El problema del espacio dual no es la "tematización" de una parte de la ciudad. Tampoco es (como se repite hasta la saciedad) la gentrificación de los barrios; en otro post intentaré rebatir el argumento de que el turismo crea gentrificación. El principal problema de la concentración turística es que atenta contra el principio básico de la ciudad mediterránea, que es la mezcla y la interacción. Llevado a su extremo, la ciudad dual crea dos universos paralelos que no están conectados por ningún enlace, de manera que en la práctica son dos ciudades independientes. No hay nada de lo que ocurre en una parte que afecte a la otra. Este es el principal combate que deben librar las ciudades contemporáneas: La eliminación de las fronteras invisibles entre la ciudad turística y la ciudad no turística.</div>
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<b>Bus turístico y HUTs</b></div>
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Como esto está quedando muy teórico, déjenme bajar a la arena de la vida cotidiana. Les voy a poner dos ejemplos de sistemas duales, que deberíamos replantearnos si queremos favorecer los conectores entre los diversos de la ciudad: El autobús turístico y la legislación sobre '<i>habitatges d'ús turístic</i>'. </div>
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El autobús turístico parece una gran idea y, en cierta manera, lo es. Permite optimizar los desplazamientos de los turistas desde un nodo hasta otro sin necesidad de recorrer espacios neutros. Los turistas pueden ir del Park Güell al Gòtic y de allí hasta el Anillo Olímpico, sin entrar apenas en contacto con la 'otra Barcelona'. Lo que hemos hecho es crear un sistema dual, en el que los 'locales' se desplazan por una red de transporte y los turistas por otra. En realidad tendríamos que tener una sola red de transporte, por dos razones bastante obvias. La más lógica es que si incrementamos los usuarios podemos mejorar la eficiencia: Cuanta mayor masa crítica, más posibilidades de nuevos trenes, nuevas estaciones, o nuevos autobuses. La ciudad desaprovecha los más de 100 millones de desplazamientos anuales internos que realizan los turistas. La segunda es que el uso del sistema de transporte local exige al turista entrar en el escenario de la vida cotidiana de la ciudad. Hagestrand llamó a estos lugares de encuentro 'estaciones' en su modelo espacio - temporal. Y esa es la idea: La ciudad necesita estaciones.</div>
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Ocurre algo similar con la legislación actual de las HUT en Cataluña. La normativa no permite que se ofrezca una habitación, porque solo puede ser rentada la vivienda en su totalidad. Que turistas y residentes convivan durante unos días en el mismo techo tendría que ser una forma de eliminar el sistema dual del turismo. De igual forma, parece un error que la normativa obligue a que el conjunto del edificio en que se ofrecen un HUT se especialice en ese uso. Lo mejor sería que en la vivienda conviviesen usos diferentes. ¿Que crea conflictos?. Sí, es el peaje de la superposición. Pero la zonificación es (creo) una alternativa no deseable. </div>
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<b>Contra el sistema dual del turismo</b></div>
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La segunda estrategia de las ciudades globales es la creación de un escenario de convivencia entre usos, actividades, niveles de renta y perfiles sociodemográficos. Y no se trata solo de justicia social y equilibrio territorial, que también. Es una forma de fomentar la interacción entre diferentes, de propiciar de forma constante contrastes entre modelos. La ciudad global funciona más como una <i>jam session</i> que como un acorde que se repite de forma monótona. Traducido al turismo, la ciudad debería combatir la especialización funcional y la tendencia del turismo a crear frentes que desalojan el resto de las actividades. Las ciudades globales deben librar la batalla contra la ciudad dual. </div>
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Si operamos en la escala micro, el objetivo es la creación de múltiples 'estaciones' en el sentido que le da Hägerstrand. Son lugares en los que coinciden los diversos usuarios de la ciudad. Son algunas plazas, las manifestaciones a favor de los refugiados, los festivales de música, los skaters del MACBA (que ha estudiado Paolo Russo), la playa, los centros comerciales, el aeropuerto, algunos restaurantes, el Liceu, el zoo, el metro... Y hay que evitar los espacios que disocian la experiencia de los locales (diversos y plurales, recordemos) y la experiencia de los turistas. Cuando un museo como el Picasso es usado de forma casi exclusiva por turistas, se convierte en un mecanismo del sistema dual y pasa a ser un elemento externo a la propia ciudad. Por eso tenía razón su antiguo director cuando proponía horarios y actividades de uso preferente por los locales. Y bajo esta perspectiva se entiende mucho mejor el celo que tienen en el Celler de Can Roca por garantizar que una parte de los comensales de cada servicio sean 'locales', a pesar del alud de demandas que le llegan de todos los rincones del mundo. El Celler no podría existir sin turismo; pero los hermanos Roca no quieren crear un espacio turístico. </div>
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Si operamos en la escala macro, el objetivo es una planificación urbana que fomente la diversidad de usos en los barrios, que ataque la especialización turística, que fomente usos secundarios en todas las capas de la ciudad, que fije usos residenciales de niveles de renta diversos (que no es lo mismo que fijar residentes) y en definitiva, que mantenga una lógica de mixtura de usos y umbrales máximos. Se trata de crear un cierto equilibrio entre fuerzas, para lograr que los diversos usuarios de la ciudad (inmigrantes, estudiantes, turistas, emprendedores) se repitan en los diversos escenarios de la ciudad. Si lo reducimos todo a la planificación urbana (como los planes de usos), el resultado será desastroso. Debe existir una cultura urbana de interacción, que fomente el encuentro entre individuos diversos en un mismo espacio. Eso afecta desde la programación cultural a las iniciativas empresariales o la localización de los equipamients públicos. </div>
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<b>Contra la ciudad de los residentes</b></div>
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No hay nada más tóxico para una ciudad que la creación de un espacio de monocultivo turístico. Cuando las actividades turísticas invaden la práctica totalidad de un espacio urbano lo anulan. Lo convierte en un frente turístico en el que tiene lugar una experiencia solo para turistas. Evitan que residentes y turistas coincidan en un mismo espacio. Anula la creación de 'estaciones'. Impide el aprovechamiento de la presencia de turistas para mejorar la ciudad y ganar densidades. Y, en definitiva, desprovee a la ciudad de su materia prima esencial que es el residente.</div>
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Pero al otro lado de la balanza, que las actividades turísticas sean expulsadas del espacio urbano no es combatir el espacio dual. Que los turistas coincidan en los espacios de los no turistas es necesario. Es uno de los grandes retos de las ciudades globales: la interacción entre estudiantes, residentes, residentes temporales, inmigrantes, emprendedores... y turistas . Que haya turistas en la Boquería e, incluso, que algunas paradas ofrezcan productos para turistas es mejor que peor. El problema nace si la turistificación del Mercado lo anula y lo convierte en una atracción. Pero la solución no es la desturistificación del mercado, sino la gestión inteligente. Lo turistas en el Park Güell, en las Ramblas, en el Picasso o en la playa de la Barceloneta pueden ser la anulación de la vida local o una oportunidad para la interacción. Eso son las ciudades de superposición: Una tensión entre perjuicios y beneficios, basada en la gestión del espacio.</div>
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En resumen, las ciudades globales combaten la especialización turística. Evitan que proliferen los barrios turísticos, escenarios vacíos de residentes, que viven lejos, en el <i>back</i>. Pero eso no quiere decir que las ciudades globales combatan el turismo. Al contrario, las ciudades de superposición (usos, actividades, rentas y perfiles) propician el encuentro entre los diferentes usuarios del espacio urbano. Crean y mantienen 'estaciones' de relación entre diferentes e incentivan una cultura de intercambio. Es un terreno inestable y frágil. Y seguramente por ello, fértil y creativo. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-71777981513740729762017-08-10T18:26:00.000+02:002017-08-10T18:40:28.443+02:00Estrategia I. La dimensión metropolitana<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLbtKj2MN2g96DitEWCY28EqfgKUwKmcTaIbN61jrL9Wl3Y9tLni24oTc0R4yGMKM-ti2VCrzQ_YrjerOVMhxO58X5tlKyv36peJr-UbkzApE_J7YsiIYp_C8pt1W9PKlfu22L/s1600/Captura+de+pantalla+2017-08-10+a+las+18.25.20.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="961" data-original-width="1558" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLbtKj2MN2g96DitEWCY28EqfgKUwKmcTaIbN61jrL9Wl3Y9tLni24oTc0R4yGMKM-ti2VCrzQ_YrjerOVMhxO58X5tlKyv36peJr-UbkzApE_J7YsiIYp_C8pt1W9PKlfu22L/s400/Captura+de+pantalla+2017-08-10+a+las+18.25.20.png" width="400" /></a></div>
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Si entran en el portal turístico de Londres verán que además de glosar las excelencias de la capital inglesa, nos proponen excursiones de un día: Nos sugieren Bath, Oxford, Stonehenge... y París. Si después de unos días en la ciudad del Támesis, la visita se les queda pequeña, pueden visitar un bonito pueblo del extrarradio de Londres, donde comen croisants y mucho queso. En el momento en el que Londres 'vende' París como parte de su oferta, los límites clásicos de los destinos turísticos se dinamitan.</div>
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Planteemos nuevamente el problema de inicio: Crece la demanda de usuarios sobre la ciudad (inmigrantes, emprendedores, estudiantes o turistas), una ciudad que tiene unas dimensiones muy reducidas. El desequilibrio entre una demanda creciente y una oferta estable genera una presión con efectos ya conocidos: expulsión de los residentes, gentrificación, congestión... Si planteamos la hipótesis de una ciudad global, la demanda tenderá a crecer y, por lo tanto, si no hacemos nada, los problemas se agudizarán. La primera solución parece bastante evidente. Si cambiamos de escala e incorporamos el Área Metropolitana en el terreno de juego del turismo, la tensión sobre los espacios turísticos actuales (en esencia, Ciutat Vella, Eixample y una parte de Sant Martí) se reducirá.</div>
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<b>El escenario pesimista</b></div>
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Integrar el área metropolitana en el escenario turístico parece una buena respuesta. Además es consecuente con el proceso histórico de la ciudad, que ha ido expulsando de forma progresiva determinados usos al espacio metropolitano: las explotaciones agrícolas, la industria pesada, una parte de la industria ligera, la logística y el puerto, y una parte de los servicios (hospitales, universidades...). TV3 está en Sant Joan Despí, el Circuit en Montmeló, el Archivo de Cataluña en Sant Cugat, la Fira en L'Hospitalet y el campo del Espanyol en Cornellà.</div>
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Pero proclamar la metropolinización del turismo es mas fácil que llevarla a cabo. El escenario más probable si no hacemos nada será más o menos este: Una parte de la nueva planta hotelera y de los nuevos HUTs se desplazarán hacia la corona metropolitana, que compensarán la distancia con la política de precios. Se dispersará solo la oferta de bajo precio. La localización preferente de estos esblecimientos será perirubana, cerca de los ejes de transporte que conecten rápidamente con el centro de Barcelona. La relación entre los turistas y las ciudades metropolitanas será nula. Por su parte, la ciudad habrá expulsado una parte de la oferta de alojamiento, pero los desplazamientos diarios atraerán a todos los turistas diseminados por el espacio metropolitano hacia los nodos de la ciudad. Barcelona sufrirá los mismos efectos que Venecia: El Lido concentra una parte significativa del alojamiento, pero el flujo de turistas diario satura inevitablemente la ciudad durante todo el día. En la ciudad, el PEUAT eliminará el efecto de la competencia. Los hoteles saben que tendrán clientes porque no hay nuevos hoteles que puedan castigar sus puntos débiles. La tendencia natural será un progresivo encarecimiento del precio de los hoteles en el centro y una disminución de la calidad de la oferta (menor en los hoteles de cadena, que no querrán comprometer la imagen de marca). </div>
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Este escenario se puede resumir en dos ideas fuerza: Primero, la expansión hacia el Área Metropolitana ocurrirá de forma inevitable; de hecho, ya está ocurriendo ahora mientras miramos los turistas de la Barceloneta. Segundo, si la desconcentración se lleva a cabo sin ningún tipo de intervención, el resultado no mejorará necesariamente la situación actual. Por eso, más que abogar por la metropolinización del turismo en Barcelona, deberíamos planificar el cambio de escala. Deberíamos contemplar al menos cinco estrategias: la redacción de un plan turístico metropolitano, la creación de densidades turísticas, la especialización funcional, la potenciación de experiencias turísticas metropolitanas y la re-localización periférica.</div>
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<b>Plan metropolitano</b></div>
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Ningún plan va a funcionar si no opera a escala metropolitana. Si los flujos, la red de transporte, las dinámicas inmobiliarias y la misma logística turística tiene una dimensión metropolitana, los planes no pueden ser solo municipales. Esta es la mayor debilidad del reciente PEUAT: Decide qué hacer en Barcelona, pero no interviene (porque no puede hacerlo) en la primera y la segunda corona. El AMB necesita con urgencia un plan turístico metropolitano, que fije dinámicas, procesos y reequilibrios a corto, medio y largo plazo.</div>
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<b>Densidades</b></div>
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Una de las necesidades del plan es crear concentraciones de oferta. Primero, oferta de alojamiento y después, el resto de la oferta. Si la planta hotelera se dispersa en el conjunto del área, no existirán densidades que creen ofertas de soporte. Es bueno que algunas ciudades concentren muchos hoteles y otras no tengan ninguna actividad turística. Solo cuando el número de hoteles es suficientemente amplio, cobra sentido la creación de otras ofertas (restauración, ocio y, al final, oferta cultural y recreativa) dirigida a los turistas. Y ese es el principal antídoto contra la fuerza de atracción de Barcelona. Sin densidades, los hoteles diseminados por todo el territorio, serán hoteles dormitorio que potenciarán la congestión del centro de Barcelona.</div>
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<b>Especialización funcional</b></div>
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La apuesta metropolitana es (como casi todas las apuestas de los destinos) una apuesta a medio y largo plazo. El objetivo es construir identidades complementarias a la imagen de Barcelona, que tengan capacidad de atracción de una parte de la actividad turística. Hay que saber que la fuerza centrípeta de la capital será inevitable y que estas medidas actúan como mecanismos de compensación parcial, pero nunca como sustitutos.</div>
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Las estrategias de especialización funcional son una de las prioridades del plan, pero me atrevo a sugerir cuatro ejes: La especialización litoral (Viladecans - Gavà - Castelldefels al sur y Bajo Maresme en el norte), las polaridades urbanas secundarias (L'Hospitalet, Sabadell y Badalona), los núcleos históricos (Sant Boi de Llobregat / Colònia Güell y Sant Cugat) y el eje natural y balneario. No todas van a funcionar, pero es importante que las estrategias de desconcentración tengan personalidad y construyan alternativas viables a medio plazo a la atracción de Barcelona.</div>
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<b>Experiencias turisticas</b></div>
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Además de atractores de nuevos hoteles, de apartamentos o de restauración, el gran objetivo es que el área metropolitana consiga también ofrecer experiencias turísticas que descongestionen la presión sobre el centro de Barcelona. Recorridos en bicicleta por el parque agrario, conciertos alternativos, turismo creativo, birdwatching en el delta, cursos de vela, senderismo en el Garraf... Solo cuando en el Área Metropolitana "pasen cosas" la redistribución turística cobrará sentido. La demanda creciente de experiencias juega a favor de este proceso, pero no será fácil compensar la atracción del escenario Barcelona.</div>
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<b>Re-localización</b></div>
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Finalmente, se trata de impregnar la dimensión metropolitana en todas las decisiones futuras sobre el turismo de la ciudad. El objetivo es asumir que el nuevo escenario de la actividad turística es el conjunto del área, no como una alternativa (un plan B) a la mixomatosis de Barcelona, sino como una verdadera lógica territorial. Eso se entiende mejor con algunos ejemplos: El Sónar en Sabadell, el Picasso en Sant Cugat, el Godó en Badalona, l'Hermitage en Terrassa, el Primavera Sound en Sant Boi de Llobregat...</div>
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El cambio de escala es la apuesta más solvente a la congestión del centro en un escenario de nuevas movilidades, cuando Barcelona se ha incorporado a la liga de las ciudades globales. Integrar el área metropolitana asegura rebajar la presión en el centro y permite diversificar la imagen de la ciudad, con muchos más acentos que los que ofrece actualmente. Pero solo con acciones inteligentes de valorización de las coronas que rodean la ciudad, será posible que este proceso supere el escenario de la descentralización de la oferta mediocre. Y lógicamente, algunas de estas dinámicas ayudarían también a reforzar ciudades intermedias del Área Metropolitana no solo en su estrategia turística, sino en la propia estrategia de ciudad. Si Londres ya vende París, la Barcelona turística no puede quedar encerrada en el perímetro del Ensanche de Cerdà. </div>
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Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-38623239772199315592017-08-08T11:15:00.002+02:002017-08-08T11:20:07.884+02:00It's mobility, stupid (and It is not tourism)<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfVv-kWLUGGghWxMKlTSfQ5cuRjGDEGBuuLpv_lnMpgI2uXbKeQM0_Lk6Xw7lNTL1qg3ibTrLFFmFvk-8clkB6cr2k9cQVC6znpEXz13gHW-XMvELEAyuhFRwba3uobu7kBnlB/s1600/relojes-calibres-movimientos-relojes-suizos-mecanismos-de-relojeria-suiza1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfVv-kWLUGGghWxMKlTSfQ5cuRjGDEGBuuLpv_lnMpgI2uXbKeQM0_Lk6Xw7lNTL1qg3ibTrLFFmFvk-8clkB6cr2k9cQVC6znpEXz13gHW-XMvELEAyuhFRwba3uobu7kBnlB/s400/relojes-calibres-movimientos-relojes-suizos-mecanismos-de-relojeria-suiza1.jpg" width="400" /></a></div>
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Imaginemos un relojero que mira el sistema de ruedecillas que hacen girar las manecillas. Con su inmensa lupa en uno de sus ojos, comprueba que cada elemento del engranaje funcione, y si hay alguno deteriorado lo sustituye por otro. Pero todos los relojeros saben que, finalmente, la magia del reloj reside en la relación entre las piezas. Siempre debe ver el sistema en su conjunto.</div>
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Me temo que en el debate sobre el turismo, estamos mirando una de las ruedecillas del mecanismo. Por eso, la mejor forma de entender el turismo en las grandes ciudades es dejar de hablar de turismo y ver el sistema en su conjunto. La tesis que intentaré defender es la siguiente: La tensión de las ciudades contemporáneas no es la presión que genera el turismo, sino el cambio de escala de su área de atracción. Lo cual no resuelve el problema, pero sí lo traslada de campo de juego.</div>
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<b>Ciudades</b></div>
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Una ciudad es la tensión entre dos sistemas: Por un lado, el sistema local, integrado por los ciudadanos, que la diseñan, la viven, la sufren, la construyen y la sueñan. Por otro, una ciudad es un sistema de relaciones entre un nodo y su espacio de atracción (el <i>hinterland</i>). Las ciudades existen porque atraen y concentran. De manera que <a href="http://don-aire.blogspot.com.es/2016/06/la-ciutat-dels-residents-es-un-oximoron.html" target="_blank">no hay ciudad sin ciudadanos</a>, pero tampoco hay ciudad sin movimiento. Esta tensión es inestable, pero como muchos de los sistemas frágiles, seguramente esta inestabilidad es la que permite su dinamismo. Es en la resolución del conflicto entre <i>intra muros</i> y <i>extra muros</i> que se definen las ciudades a lo largo de la historia. También ahora. </div>
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La historia de las ciudades ha sido la historia del crecimiento de su hinterland. A medida que ha avanzado la historia, las ciudades han pasado de relacionarse con su espacio más inmediato a ser la sede de condados y reinos, para después conectarse con el proyecto de estado - nación y más tarde ser los centros neurálgicos de regiones transnacionales. Hoy, con más intensidad que en ningún otro momento de la historia, algunas de las ciudades han creado un <i>hinterland</i> intercontinental. Son ciudades globales, cuya capacidad de atracción se extiende a todos los rincones del Planeta. La mayor parte de ellas llevan siglos instaladas en la parte más alta del sistema mundial de ciudades: Londres, París, Nueva York, Moscú, Tokio... Otras han surgido del anonimato de forma casi espontánea, como setas tras un aguacero. Y eso es, más o menos, Barcelona hoy.</div>
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<b>Movilidad</b></div>
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La principal característica de las ciudades globales contemporáneas no es su dimensión global. Probablemente. el Londres del XIX, el París del XVIII, la Venecia del XIV o la Constantinopla del XII también tenían una lógica universal. El segundo elemento que las caracteriza es la capacidad efectiva de los individuos de desplazarse físicamente hasta estos centros de gravedad. No se trata solo de polos de atracción (y de difusión) de mercancías y de ideas: Son también grandes 'hubs' de personas. Y eso es así porque estamos inmersos en <a href="https://books.google.es/books?id=uVwNYJlBxvgC&printsec=frontcover&dq=mobilities&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjbh4TdksfVAhUELVAKHSNzCGYQ6AEIJzAA#v=onepage&q=mobilities&f=false" target="_blank">la era de la movilidad</a>, como describe con acierto Urry.</div>
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Las ciudades no solo adquieren una dimensión global, sino que su capacidad de atracción incluye de forma masiva también a las personas. Las ciudades globales son ciudades imanes de millones desplazamientos individuales. Como explica Urry, 'desplazarse a' se ha convertido en una forma contemporánea de definirnos: Somos donde estamos (y donde no estamos). La geografía define nuestra biografía. Dónde vivimos, dónde trabajamos, dónde estudian nuestros hijos, dónde asistimos a un congreso o dónde pasamos un fin de semana son decisiones capitales en la configuración de las identidades personales contemporáneas. Por eso las ciudades globales se tensionan más que nunca ante la absorción de flujos permanentes (los menos) y efímeros (la mayoría) de personas. </div>
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¿Quiénes son los <a href="http://don-aire.blogspot.com.es/2016/02/turistes-bcn-nous-debats-ii.html" target="_blank">nuevos usuarios de las ciudades globales</a>?. En primer lugar, son los <span style="color: #cc0000;">inmigrantes</span>, que acuden al reclamo del éxito de la ciudad para proyectar el sueño de una vida mejor. Nada nuevo en la historia de las ciudades. En segundo lugar, y esto sí es inédito, son los <span style="color: #cc0000;">residentes temporales</span>, personas que se desplazan para trabajar (o no) durante una estancia prolongada, aunque no permanente. La ciudad no es un proyecto de futuro, sino una experiencia vital presente. Investigadores que hacen una estancia, jóvenes que quieren vivir la intensidad de una ciudad cosmopolita, jubilados atraídos por la luz urbana... Son residentes, pero no tienen la intención de residir. Aunque tal vez lo hagan. En tercer lugar, son los <span style="color: #cc0000;">emprendedores</span>, aquellos que vienen atraídos por la capacidad económica de la ciudad y que podrían iniciar su negocio en cualquier otro lugar, pero presienten que este es el espacio ideal. En cuarto lugar, son los <span style="color: #cc0000;">estudiantes</span> que vinculan el prestigio de la ciudad con el prestigio de los centros educativos. Nunca antes se conoció un sistema de formación tan abierto y conectado. En quinto lugar, son las personas que asisten a <span style="color: #cc0000;">congresos, exhibiciones</span>, ferias o eventos que se realizan en la ciudad, precisamente en esa ciudad porque su prestigio impregna el éxito del propio congreso o del evento. También, por supuesto, los turistas, diversos, complejos y divididos en clústers o grupos muy diferenciados entre sí; de hecho, algunos de los colectivos anteriores son <i>de facto </i>turistas. Están los que usan la ciudad porque sus dimensiones permiten acceder a servicios centrales, como los sanitarios, los comerciales o los culturales. Y finalmente, usan la ciudad los residentes en la isocrona de las dos horas, que se desplazan por unas horas para vivir alguna de las dimensiones de la ciudad.</div>
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Como he explicado en otras ocasiones, la dicotomía entre ciudad turística y ciudad productiva es falsa. En la constelación de ciudades contemporáneas, el éxito de las ciudades depende de su capacidad de atracción no solo de mercancías y de ideas: También de personas. La dicotomía real es ciudades atractivas versus ciudades invisibles. Y no es muy fácil discriminar qué tipo de flujo queremos, como por ejemplo sí al World Mobile Congress, la Agencia Europea del Medicamento o los estudiantes de másters internacionales pero no a los turistas que fotografían la Sagrada Familia. No se trata solo de un problema operativo. A menudo, es una estancia breve en un destino urbano lo que activa nuestro deseo de una estancia prolongada: Es un short break el que determina la selección del máster que estudiaremos o el lugar en el que invertiremos. En sistema de ruedecillas interconectadas, cada pieza que sustraemos al mecanismo altera el resultado global. </div>
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<b>El destino de las ciudades</b></div>
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El debate sobre la turismofobia es estéril. Centra la atención en una parte minúscula del proceso, que es la presencia de un determinado tipo de turistas en la ciudad. Por eso debemos dejar de hablar de turismo y fijar el debate en otro escenario, que es el de la movilidad contemporánea y la capacidad de atracción de la ciudad. El problema es simple: En las ciudades atractivas, la presencia masiva y creciente de personas (inmigrantes, estudiantes, emprendedores, turistas) en un espacio que no puede crecer al mismo ritmo, y que está encerrado en unos límites físicos, crea efectos secundarios no deseados: incremento del precio de las viviendas, gentrificación, expulsión de una parte de los residentes. pérdida de determinados tejidos tradicionales, congestión... No es un paisaje apocalíptico inapelable, sino los efectos que proliferarán en la ciudad global si no se gestiona con inteligencia. Es el debate contemporáneo en ciudades globales con muchos turistas (Londres, Nueva York y París), pero también en ciudades globales con muy pocos turistas (Sidney, Sao Paulo o México DF). </div>
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En este punto, conviene separar el debate político y el debate técnico. Las ciudades deben decidir su destino. Pueden decidir colectivamente que no aspiran a convertirse en espacios globales, porque no quieren asumir una parte de los costes que se derivan. Pueden recuperar su papel de centros de decisión regionales. En el caso de Barcelona, un nodo central de la Euroregión mediterránea. O incluso, pueden aspirar a ser meramente la capital de una nación, que no es poca cosa. Cada decisión implica un juego de oportunidades y renuncias impreciso, inestable, que solo es patrimonio de sus ciudadanos. Ellos deciden la dimensión <i>extra muros</i> de la ciudad. </div>
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Hay luego un debate técnico, que intenta minimizar los costes y aprovechar las oportunidades. En este punto, hay que saber que ningún modelo está exento de tensiones, que no hay ningún escenario ideal. En los próximos posts, les propongo que asumamos (aunque sea temporalmente) la hipótesis de la ciudad global. Me propongo plantear tres grandes debates sobre la gestión técnica de este modelo de ciudad. Se trata de lograr el equilibrio que permita mantener una ciudad con ciudadanos sin comprometer las posibilidades de una dimensión global de la ciudad de Barcelona. No en términos turísticos, sino en el contexto de la nueva movilidad. Y mi propuesta se centra en tres estrategias: la dimensión metropolitana, el combate contra los sistemas duales y la redefinición de la identidad de la ciudad. Mientras tanto, espero sus comentarios. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-91194899737510501912017-06-30T11:31:00.000+02:002017-06-30T11:45:56.274+02:00No eres padre hasta que no estás en el whatsapp del AMPA de la escuela<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj1wTyroHjV3poxPf-AAA6CN6ftDlXu8U9w27cds8UTfrlsHdKxz1Ges-aBwZh-OO6DbMLDwmokqsWiuJcgT3zf3UVH7B8m4xH2LUQRSDxISZbBkFbeQCf7C6-i6mKjy0xexwE/s1600/fondo-whatsapps-kbFC--450x253%2540abc.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj1wTyroHjV3poxPf-AAA6CN6ftDlXu8U9w27cds8UTfrlsHdKxz1Ges-aBwZh-OO6DbMLDwmokqsWiuJcgT3zf3UVH7B8m4xH2LUQRSDxISZbBkFbeQCf7C6-i6mKjy0xexwE/s320/fondo-whatsapps-kbFC--450x253%2540abc.jpg" width="320" /></a></div>
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Hay frases que los padres de hijos adoptados tememos. La primera es 'Qué suerte ha tenido'. No, los hijos adoptados no tienen más suerte ni menos que los hijos no adoptados. Es la misma fortuna que tiene un niño que viene a este mundo en esa familia con cinco apellidos que le garantiza un futuro de por vida y una villa en Ciutadella. Nacer en Uganda o en Viena es una lotería y la mejor definición de un mundo mejor sería esa: Que el nacimiento no condicione tu existencia. La segunda es 'Qué bueno eres'. Ser padre no es un gesto altruista ni una oenegé. Yo tiendo a pensar que el afortunado soy yo. En todo caso, estoy seguro que no pensarían lo mismo si me hubieran visto el día que puse al niño en el coche y le dejé la llave para ir a mi asiento, justo en el momento en que el niño cerró el coche por dentro. Y luego viene la peor de todas: 'Pues no lo parece'. Se llama Francesco, es moreno, muy pequeño y extraordinariamente ágil. No hace falta ser Poirot para constatar al instante que no nos parecemos en nada; excepto en que nos encantan los vídeos de caídas fortuitas. Ese 'no lo parece' es una especie de indulgencia, como cuando a un cojo le dicen 'pues no se nota'. Se nota, se nota. Ser adoptado no es ni estigma ni una condición que hay que ocultar para que no se note. </div>
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Ya ni comento aquello de 'Se les quiere igual, ¿verdad?'. Que te vienen ganas de responder: 'Pues no exactamente. En realidad a los hijos adoptados se les quiere solo de lunes a miércoles y en los días festivos, pero los jueves, la verdad es que no, no se les quiere nada de nada'. ¿Cuál sería la mejor frase con la que hacer referencia a un hijo adoptado?. Pues exactamente la misma que dirías de uno no adoptado: Qué preciosidad, se le ve muy despierto, no lo he visto hace dos meses y casi no lo reconozco, este antes de que te des cuenta te está pidiendo la moto, antes le compro un traje que le invito a comer, la pena es que crecen muy deprisa... Son las típicas frases a un euro, conversaciones de ascensor, que funcionan porque evitan ser sincero. Porque en realidad esa es la diferencia entre un hijo adoptado y uno no adoptado: Ninguna. </div>
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La paternidad no tiene nada que ver con la biología ni con la genética. La paternidad es como la mili. Te pasas el día cambiando pañales, preparando biberones, soportando berrinches, contando cuentos y saltándote cenas de amigos y cuando pasa todo, te dedicas el tiempo a explicar batallitas de lo maravilloso que ha sido ser padre. Un padre es una persona que le enseña a su hijo a ser una persona. Le exige, le abraza, le riñe, le acaricia, le da ejemplo, le alecciona, le lleva al chiquiparque, le compra una bicicleta y un día le ayuda a montar los muebles de Ikea de su nuevo piso. Ser padre es evitar morirse de risa cuando ha llenado de espuma de afeitar todo el salón o consolar a tu hijo portero el día que le han clavado 12 goles. En resumen: Ser padre es un acto cultural, si quieren social o antropológico, pero no biológico.</div>
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Este largo preámbulo tiene que ver con el debate sobre la maternidad subrogada. Yo escucho a los unos y a los otros, a los del sí y a los del no, y aunque se presentan como antagónicos, tienen en común esa visión biológica de la maternidad y de la paternidad. Empiezo por los defensores. Hablamos de una pareja que por la circunstancia que sea no pueden tener hijos. Y en vez adoptar un hijo y malcriarlo, llevarlo a Disneyland París y enseñarles a jugar a ajedrez deciden tener un hijo con su código genético. Y uno se pregunta qué nivel de autoestima tiene uno que tener para suponer que sus genes merecen ser perpetuados. No hay para tanto. Lo que hay que perpetuar es el sentido cívico, las obras de la Generación del 27, los Rollings y el amor al prójimo. Que los ojos sean verde oliva o que puede lamerse el codo es bastante accesorio. Yo no tendría ningún orgullo paterno si alguien me comentase que mi hijo mayor 'es clavadito a ti'; tendría más bien, un punto de compasión. Si me tengo que sentir orgulloso de él (que tampoco va de eso de la paternidad, déjenme decirlo), sería de su comportamiento, de sus convicciones o de su ética. No de su altura. </div>
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Pero lo siento, tampoco me gustan los argumentos del no. De entrada, me van a perdonar, el embarazo está sobrevalorado. Si no nos decimos la verdad, luego todo llega por sorpresa: El embarazo es un coñazo. Sobre todo para ella, que se pasa nueve meses con las hormonas como un pachinko y los pies inflados como dos zeppelines. También para todos los que les rodean, porque las conversaciones se reducen a palabras con diminutivos (pataditas, barriguita, cabecita). Dedicar quince minutos (bien, de acuerdo, treinta) a poner la semillita no te confiere de repente la condición de papá. Pero soportar los nueve meses de náuseas, tampoco de mamá. El padre o la madre es el que sabe que le dan miedo los disfraces de bruja, que le entienden perfectamente cuando con dos años y medio emiten sonidos guturales, que conocen el nombre de la maestra en prácticas y que han asistido a una audición interminable con números musicales que podría utilizar el Mosad como instrumento de tortura. No eres padre hasta que no te dan de alta en el grupo de whats app del AMPA. Estar embarazada no quiere decir que seas madre, ni que vayas a serlo. Y considerar eso sí es tratar a una mujer como una vasija. </div>
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Yo no votaría a favor de una ley de maternidad subrogada, porque está teñida de biologismo: "No privemos a una pareja de la posibilidad de ser padres", nos dicen. Si nadie les priva. Que adopten tantos niños como quieran. Esa necesidad de ser padre "biológico" es un anacronismo neanderthal. Ser padre es levantarse a las tres de la mañana a buscar a tu hijo adolescente de la fiesta del instituto. Que padre e hijo tengan una mancha en el omoplato es lo de menos, francamente. Pero no comparto el biologismo de los del no, que subliman el valor del embarazo. De hecho, tendríamos que empezar a desterrar del lenguaje el concepto de 'padre biológico' y de 'madre biológica'. Madre no hay más que una: La que cura el dolor más doloroso con solo un beso. Como la madre de David; o la madre de Francesco. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-57225056978267969872017-05-23T20:00:00.002+02:002017-05-23T20:02:07.336+02:00Sense nens<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqmwYPWTIFzegLmhKeVRgWgzK6kBSUpV_KpY5VWqWBxw-RSihXQ5ZaMkMEBIRRqr5Cau0U9o_IvDzc5HncjDQCdLijlWUkCNWkKt31xtoaPi34ER62zUzy06fZaz1ZAAm9a0j9/s1600/Hoteles-sin-nin%25CC%2583os-225x300.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqmwYPWTIFzegLmhKeVRgWgzK6kBSUpV_KpY5VWqWBxw-RSihXQ5ZaMkMEBIRRqr5Cau0U9o_IvDzc5HncjDQCdLijlWUkCNWkKt31xtoaPi34ER62zUzy06fZaz1ZAAm9a0j9/s1600/Hoteles-sin-nin%25CC%2583os-225x300.jpg" /></a></div>
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El que més m'agradava d'aquella casa era el so del pati. Al costat d'una escola, cada matí arribava el brogit infantil de la cridòria del nens. No hi ha CD de mindulness que superi l'esclat de vida i de joia en aquell pati del xiprer infinit. </div>
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Pot ser a l'AVE o l'avió o qualsevol restaurant. El nadó xiscla per la gana, o pel son, o simplement perquè és la seva forma de comunicar-se, i automàticament s'alcen tres o quatre caps amb la cara desencaixada. Per què jo, per què avui?, es lamenten. Un dia que surto i sec al costat d'un nen, pensen. Abans, el broker de la quatre ha estat escridassant la seva secretària pel mòbil durant vint minuts, i les amigues han explicat les seves aventures de llit amb més decibelis dels qui permet la discreció, i aquell solitari de l'onze ha xuclat nou caps de gamba amb un estrèpit tan alt que les Walkiries semblarien una cançó de bressol. Han passat tres ambulàncies i han sonat vint-i-quatre clàxons, perquè els conductors no poden ser-hi un segon i mig amb el cotxe davant d'un semàfor en verd. Tots els sorolls del segon país més sorollós del món són inaudibles. Però si un nen plora, mig restaurant aixecarà el cap i bombardejarà els pares amb aquella mirada assassina. 'Fes alguna cosa, imbècil', pensen. </div>
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Avui el trending topic a twitter és #HotelesSinNiños. Hi ha, sembla ser, milers de persones que consideren que topar-se amb un nen pels passadissos de l'hotel és convertir <i>Resacón en Las Vegas</i> en <i>El resplandor</i>. I apel·lant una versió del liberalisme que escandalitzaria el mateix Hayek, reclamen i celebren els hotels sense nens. Hi va haver una època en què els hotels eren <i>friendlys</i>. Tot era gay friendly, peet friendly, backpacker friendly, celíacs friendly,... Ara anem cap als hotels sense: Es comença pels hotels sense nens i s'acaba amb un hotels sense lletjos, sense vells, sense tolits, sense escaquistes... Sempre podem trobar un argument: Els vells deprimeixen, els tolits apenen, els escaquistes avorreixen. Jo suggereixo un hotel sense: Hotel sense persones que volen anar a "hotels sense". Que em sembla un bonic oximoron.</div>
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El problema no és si aquests hotels discriminen o seleccionen targets. El problema no és normatiu, ni legal, ni ètic. El problema més greu és la quantitat de persones a les que els hi molesta els nens. Una societat pedofòbica és una societat malalta. He intentat explicar moltes vegades que el major avenç de la societat contemporània és la descoberta de la paternitat. He tingut la immensa sort de viure en una època que m'ha permès fer de pare i gaudir-ne, i fruir amb tota la intensitat un munt d'instants que no es poden comparar amb res més, que són l'essència mateixa de la meva existència. No hi ha portes de Tanhauser més altes que les tardes amb en David i amb en Francesco. I és clar que qui no vol ser pare no ho és; i que la maternitat no és cap deure, sinó un preciós dret, que prens o no. I que hi ha milers de vides plenes sense fills. No, la paternitat no és obligatòria. Ni tan sols recomanable. </div>
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Me'l miro al Francesco. Amb els seus quatre anys, tan divertits. Amb la seva mirada neta i la seva curiositat lluminosa i la seva energia desbordant. Me'l miro amb aquell somriure de murri, agafat al seu osset de pelfa, amb el seu cap desproporcionat i les seves manetes fosques, i la seva pell de prèssec, i l'olor de camp de blat. Me'l miro. I intento comprendre que el món és ple de persones a les que els hi molesta. I Francesco té son i està cansat de jugar, i s'apropa a quatre grapes perquè és un gatet, i llavors es deixa acaronar. I seu al teu costat, per a què l'abracis, i badalla. I fins i tot els badalls són divertits. I es deixa tocar aquells peuets bruns; i et demana una vegada més que l'expliquis aquell conte al que mai arribem al final. I me'l miro. I penso que hi ha persones a les que els hi molesta. Que se'l trobarien en un hotel i canviarien d'allotjament. I jo que sempre intento posar-me del costat de l'altre, i entendre'ls una mica, me'l miro del dret i del revés. I com sempre, acabo dormit en el sofà, abraçat al seu osset.</div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-1080348821744332882017-05-10T14:31:00.000+02:002017-05-11T10:15:27.041+02:00Pérez Reverte y nosotras<div style="text-align: justify;">
La culpa es de Lucía. Nos había hecho notar que los camareros de Madrid cada vez están más macizos. Y además de esos torsos inmensos y esos culos prietos, empezaban a proliferar los uniformes ajustados, tanto que no solo puedes conocer el calibre sino incluso la forma del glande. Lucía, que siempre tiene que buscar un sentido oculto a todo, consideraba que el nivel del personal era una estrategia para esconder la baja calidad del producto. Y por eso nos propuso ir a un restaurante de camareros rechonchos, Casa Ucilo. Como allí los rabos van cortos, nos podríamos centrar en el rabo de toro. O en el capón en pepitoria, que tanto monta, monta tanto.
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Estábamos las de siempre. Mi amiga Lucía, Ana del Río, Carmen Figueroa y yo misma. En realidad, me lo invento. Puede que no fuera Carmen, sino Mariona. Pero el quién no es relevante, sino el qué. Eso sí, todas lamentamos que Ana no hubiera venido acompañada de su nuevo becario, un cubano de casi dos metros. Me refiero a la estatura, aunque Ana nos había explicado que Diego calzaba un XXL. Y Ana nunca exagera. Lucía nos estaba explicando cómo se había engordado su secretario desde que le dejó su mujer, que le habían salido como dos tetas gigantes, y que la silla empezaba a ceder por el sobrepeso. Justo cuando nos estábamos desternillando, aparecieron ellos.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigctvRYQ5E2gtaGQwvlrXyRND9spCZoup-45YaIQJL2fV2g5_arKSfKzlERSmWrHsHHsQjEi0H7setFsCGA5oXGdGIBHrcmITuaVVtkeatXLAVOBOVDgabcJ1jgWOSk7uae5N8/s1600/4f2eb47e-9276-4914-9255-c1b73f8b0050.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="291" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigctvRYQ5E2gtaGQwvlrXyRND9spCZoup-45YaIQJL2fV2g5_arKSfKzlERSmWrHsHHsQjEi0H7setFsCGA5oXGdGIBHrcmITuaVVtkeatXLAVOBOVDgabcJ1jgWOSk7uae5N8/s400/4f2eb47e-9276-4914-9255-c1b73f8b0050.jpg" width="400" /></a></div>
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Primero entró Pérez Reverte, el de Alatriste. El escritor culo caído, ya saben. Puede que algún lector mojigato me acusará de usar un término despectivo, pero me limito a describir su anatomía. Si digo el escritor que tiene un culo que le llega a los tobillos ya saben de quién estoy hablando. También estaban el barriga de sandía y el pene corto. Ese que había salido en las revistas con un bañador ajustado y marcaba un paquete tan pequeño que no sabías si le estabas mirando por delante o por detrás. Ya lo dice mi amiga Lucía: Aléjate de los hombres que la tengan más pequeña que su meñique. Ana dijo que había tantos hombres feos en el local que ya no había jarrete de ternera que lo compensase. </div>
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No habían llegado al segundo plato y el culo caído y sus amigos ya iban más beodos que una despedida de soltero en Magaluf. Uno de ellos se levantó tambaleando e intentó fotografiarse junto a la comensal de la mesa de al lado, mientras se apoyaba en su hombro con sus manazas de oso. En la mesa, el pene corto reía con gruñidos desagradables y aplaudía con sus minúsculos brazuelos. Antes de que el acompañante de la comensal le diera un puñetazo en la barbilla, el maitre calvo con pelos en las orejas lo apartó de la escena y le acompañó hasta la mesa. "Por Dios, compórtense, caballeros. Los clientes se están quejando...". "Que le den por culo a los clientes", masculló el culo caído mientras disparaba perdigones "a ver si no vamos a poder fotografiarnos con quien nos sale de los cojones". "Y tú no tienes ni media hostia", amenazaba el pene corto.</div>
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Tras el quinto Protos, cambiaron de tercio y vaciaron tres botellas de licores de esos que nadie había probado en años. Ya estábamos tentadas de abandonar el restaurante, cuando cansado de las brabuconerías del pene corto, el acompañante levantó su metro noventa largo y su espalda de waterpolista. Le bastó con dirigirse hacia los beodos para que estos salieran corriendo como alma que lleva el diablo; y aunque el barriga de sandía taponó la salida por un instante, yo temí un efecto ventosa, finalmente salieron despedidos del local. Todos celebramos su marcha con un aplauso espontáneo. </div>
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Ese día decidimos recuperar nuestra ruta de restaurantes de camareros macizos. Y amplíamos la promesa. Lucía tenía que despedir al zampabollos de las tetas gordas. A partir de aquel momento, solo contrataríamos becarios que tuvieran el culo duro y los bíceps como pelotas de baloncesto. Y que no se pusieran histéricos si un día les pellizcas el trasero. Como dicen los manuales de la empresa, no hay eficiencia sin control de calidad. </div>
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Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-91123420269824400802017-05-07T01:39:00.000+02:002017-05-07T08:34:39.683+02:00I si eliminem el turisme?<div style="text-align: justify;">
L'economista Miquel Puig és el portaveu de la turismofòbia al diari Ara. <a href="http://don-aire.blogspot.com.es/2013/09/topics-turismofobics.html" target="_blank">Ens ha explicat</a> que el turisme es basa en la immigració, no crea riquesa, només funciona per les subvencions, paga salaris baixos, genera molèsties als veïns i mitja dotzena de catàstrofes més. Ara fa uns dies, defensà en un plató que el turisme es ven per sota de cost. I <a href="http://www.ara.cat/opinio/Miquel-Puig-vendre-sota-cost_0_1790820926.html" target="_blank">ha publicat un article</a> per explicar aquesta curiositat econòmica.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCjPr7G__3XOZpaQTZNVnY3SAISfZ-rE_xWf1kEKsWbyItAbCKp-eD4_7moKqoBCHT_KC7iudC2YIKKFXtFQgDI9E1x7M_joPMWVMg_kUoeOoRKY9IFBemsvMOE4eGooYzHywc/s1600/Captura+de+pantalla+2017-05-07+a+les+1.34.29.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCjPr7G__3XOZpaQTZNVnY3SAISfZ-rE_xWf1kEKsWbyItAbCKp-eD4_7moKqoBCHT_KC7iudC2YIKKFXtFQgDI9E1x7M_joPMWVMg_kUoeOoRKY9IFBemsvMOE4eGooYzHywc/s400/Captura+de+pantalla+2017-05-07+a+les+1.34.29.png" width="400" /></a></div>
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<b>La relació entre riquesa i turisme</b></div>
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El primer que ens intenta demostrar Puig és que el turisme implica no prosperitat. I selecciona una sèrie de comarques "a l'atzar" que li permeten constatar que comarques molt turístiques tenen PIB per càpita més baixos que comarques molt poc turístiques. I entre aquestes, hi inclou la Cerdanya o el Ripollès, perquè és clar, a Camprodon i a Alp no han vist mai un turista. Ens diu, per exemple, que l'Alt Penedès té més PIB per càpita que el Baix. Aquesta selecció no és aleatòria. Podria haver dit, per contra, que la Vall d'Aran duplica el PIB per càpita del Montsià o que La Selva està molt per sobre del Priorat. De fet, sobta que l'article neixi d'una valoració sobre Barcelona (que és el principal pol turístic del país) i obviï el PIB per càpita del Barcelonès, que és el més elevat del país. </div>
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En economia, no podem usar dos o tres exemples, perquè encara que s'escullin aleatòriament (que no és el cas) no són representatius. Per tant, si volem establir una veritable correlació entre PIB comarcal i activitat turística, hauríem d'estudiar-les totes. I això és el que podem veure en el gràfic següent, que relaciona el PIB per càpita i la recaptació de l'impost d'estades turístiques, que és un bon indicador de l'activitat turística comarcal. Ja intuiran que el coeficient de correlació (que mesura la relació entre les dues variables) és molt proper a zero. En altres paraules: no hi ha cap relació entre turisme i riquesa per càpita a escala comarcal. Cap ni una. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic5vxBELgCbzpSA9bJaAKBKHZbpf4ABug5WsXL9LVZYx4RASG9uLwIuk1tmmmk8VpvNMrjFAf8glTHK3tAPpH8zZw8Lua-dHCylE37cxLx8DOnN32g7pmajM7Vkj2t5FyOdz4N/s1600/Captura+de+pantalla+2017-05-07+a+les+1.38.28.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic5vxBELgCbzpSA9bJaAKBKHZbpf4ABug5WsXL9LVZYx4RASG9uLwIuk1tmmmk8VpvNMrjFAf8glTHK3tAPpH8zZw8Lua-dHCylE37cxLx8DOnN32g7pmajM7Vkj2t5FyOdz4N/s400/Captura+de+pantalla+2017-05-07+a+les+1.38.28.png" width="400" /></a></div>
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I això s'explica per dos motius bastant obvis. El primer és que hi ha molts models turísitics que generen escenaris d'acumulació de riquesa molt diferents. I no és només una diferència tipològica (urbà, mice, neu, rural...), sinó també de nivells de qualitat, de rendibilitat o d'amortització i obsolescència. La segona raó és que el turisme és una part de l'activitat econòmica i la riquesa comarcal també està relacionada amb la salut variable de la resta de sectors. I convé començar a trencar tòpics. El Baix Llobregat recapta més en estades turístiques que el Baix Camp, el Tarragonès més que La Selva i el Gironès més que el Baix Penedès. El turisme ja no és una activitat situada en uns pocs municipis del litoral, sinó un fenomen que s'ha escampat per la major part de la geografia del país. </div>
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És el mateix procés que s'ha originat a escala mundial, en el que el turisme demostra la seva viralitat arreu. Ja no ens preguntem quin país és turístic, sinó quin país no ho és pas. Per cert, recordem quins són els països situats en el Top 10: França, USA, Espanya, la Xina, Itàlia, Turquia, Alemanya, Gran Bretanya, Rússia i Tailàndia. O el Top Ten del turisme urbà: Hong Kong, Bangkok, Londres, Singapur, París, Macao, Dubai, Istambul, Nova York, Kuala Lumpur. En algun moment, el discurs turismofòbic s'ha de plantejar com és que essent el turisme tan negatiu, les principals economies del món i les principals ciutats del món són també les principals destinacions internacionals. </div>
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<b>L'impacte del turisme</b></div>
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La línia argumental de Puig s'ha centrat en el baix nivell dels salaris. Però és aquesta la forma en la que els economistes mesuren l'impacte econòmic?. La literatura clàssica considera que l'impacte econòmic d'una activitat és la suma de tres tipus d'impacte: directe, indirecte i induït. Després veurem que això s'ha complicat una mica més. Però repasem breument aquesta triada clàssica.</div>
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Per algun motiu que desconec, Puig sempre infravalora l'impacte directe, que és el més senzill de calcular. Si només considerem el turisme internacional, Catalunya rep uns 18 milions de turistes internacionals, amb una despesa mitjana propera a 1.000 euros, de manera que el volum d'ingressos és de 18.000 milions. A Espanya, el turisme internacional supera els 50.000 milions d'ingressos directes. I estem parlant només de les entrades internacionals, ignorant els fluxos interns, que són molt importants. Es tracta, en definitiva, dels ingressos que obtenen els empresaris o autònoms que ofereixen serveis o béns turístics. Són els ingressos de la companyia hotelera AC, però també del taxista que porta a un congressista de l'aeroport a la Fira 2 o del propietari de la cafeteria on es pren l'esmorzar de mig matí. A banda de la seva contribució al PIB, el turisme internacional és una forma d'exportació i, per tant, un mecanisme per equilibrar la balança de pagaments. I, per cert, també és una forma de millorar les arques públiques (amb impostos indirectes i directes), que és un altre problema de l'argument de Puig. </div>
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L'empresari hoteler renova els mobles, compra ampolles de refresc pel mini-bar o actualitza el vestuari dels treballadors. Hi ha un segon impacte, que anomenem indirecte, que és el consum que realitza l'empresa turística als seus proveïdors. Si tanca un hotel, no només patiran les conseqüències els seus treballadors, sinó també tots aquells que li subministren béns i serveis. Estem esperant els resultats del compte satèl·lit del turisme català seguint les recomanacions de l'OMT, que està bastant avançat. Però dels resultats precedents, podem destacar alguns resultats poc divulgats. El primer és que la despesa (directa i indirecta) en allotjament és inferior a la indústria alimentària o al comerç. És a dir, es beneficia molt més la indústria agroalimentària del turisme (un 8,44%) que tot el sector de l'allotjament (un 7,83%). És curiós perquè Puig contraposa la vitalitat del sector agroalimentari de Lleida a la inoperància del turisme a Mallorca; Puig hauria de saber que si demà tanquem el turisme, tanquem al mateix una part del nostre sector agroalimentari, que se'n beneficia directament. </div>
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I hi ha un tercer impacte, que és l'induït, relacionat amb el salaris dels treballadors. Aquest és el cavall de batalla de Puig. I m'agradaria saber per què ignora els dos anteriors. Però centrem-nos només en els salaris per un moment. L'argument de Puig és més o menys aquest: El turisme no ens convé perquè si restem el que ens costa del que guanyem amb ell sortim perdent. Està per sota de cost. Els empresaris sí es guanyen la vida (perquè si no, lògicament, tancarien). El problema, ens diu, és que una part dels costos del turisme els paguem entre tots. I utilitza com a argument que els empresaris paguen els treballadors per sota del seu cost social. D'això em diem externalitat negativa. </div>
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Puig diu que els salaris són molt baixos perquè ha trobat una oferta a infojobs sobre cambrera de pisos per sota dels 800 euros mensuals. Novament, fa de l'anècdota categoria. Hi ha milers de llocs de treball en el país per sota dels mil euros, en tots els sectors. Ja he explicat moltes vegades que és gairebé impossible saber quin és el salari mig dels treballadors turístics. Això passa perquè no existeix el 'sector turístic', sinó un ús turístic de sectors econòmics. Són turístics un taxi, un restaurant, un vol, un museu o una botiga de roba?. Poden ser-ho o no. Si només un 8% de la despesa total del turisme es realitza en el sector de l'allotjament, fins a quin punt podem inferir que les condicions de les cambreres d'habitacions (certament molt deficients) són el termòmetre de la salut salarial del sector?. Quan cobra un pilot d'avió?. I un taxista? I el depenent d'una botiga de roba?. I el director del museu?.</div>
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<b>Els altres impactes</b></div>
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Si una cosa ens costa més del que guanyem amb ella, l'hauríem d'eliminar. No és socialment rendible. Imaginem que demà tanquem el sector turístic del país. Quins efectes tindria?</div>
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<li style="text-align: justify;">Desequilibri de la balança de pagaments. Els ingressos del turisme internacional són exportacions, de manera que la desaparició de 18.000 milions d'euros d'ingressos directes implicaria un evident desequilibri en el fràgil sistema de pagaments internacionals. Per cert, l'absència de turisme també domèstic expulsaria els turistes catalans a l'estranger, el que hauríem de registrar com una importació. No només caurien les exportacions turístiques, sinó que incrementaríem exponencialment les importacions, via estades a l'estrangers dels catalans.</li>
<li style="text-align: justify;">Caiguda dels sectors associats al turisme. No només es perderien els 18.000 milions d'euros de despesa directa. Hem vist que una part dels ingressos turístics van destinats a sectors com el comercial, l'agroalimentari, el tèxtil o el financer. Ells són els proveïdors del sector turístic directe. L'absència de turisme (nacional i internacional) afectaria de manera molt clara algunes marques agroalimentàries estratègiques de país. I tindria un efecte molt negatiu en una part del teixit comercial urbà. </li>
<li style="text-align: justify;">Pèrdua de connectivitat. El sector turístic és una eina estratègica per a consolidar la connectivitat especialment aèria. El turisme crea la massa crítica suficient com per justificar connexions aèries, que són emprades per altres sectors. La connectivitat és una peça clau d'atracció de talent, estudiants, noves empreses o esdeveniments. Això ho sabem molt bé a la Universitat de Girona, que tenim una bona projecció internacional perquè estem en situats en un espai ben connectat.</li>
<li style="text-align: justify;">Manca d'atracció empresarial. Imaginem una ciutat sense hotels ni vols. Ni restaurants per a forasters ni oferta complementària. Quina seria la seva capacitat d'atracció econòmica?. Com es podrien programar reunions, tancar acords d'exportació, organitzar seminaris o atraure fires internacionals?. De fet, tècnicament, l'absència de turisme implica també l'absència de congressos i fires, del World Mobile Congress a Alimentària, perquè tots els assistents a aquests esdeveniments són, en sentit estricte, turistes. Seria possible competir per l'Agència Europea del Medicament sense oferta hotelera, sense estructura turística?. </li>
<li style="text-align: justify;">Invisibilitat. La imatge turística implica reputació. Crea marques poderoses amb capacitat d'atracció, de turistes i molts altres actors. Les grans destinacions turístiques són imants capaços d'atraure estudiants universitaris, congressistes, creatius, talent o nous residents. Quan el congrès internacional de cardiòlegs es planteja mitja dotzena de ciutats candidats, té en compte els factors tècnics que hem comentat en el punt anterior; però també hi influeix la imatge de marca que projecta la ciutat.</li>
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L'alternativa a la turismofòbia no és la turismofília. Hem de planificar molt millor l'impacte territorial del turisme, hem d'incorporar sistemes de desconcentració, hem d'apujar salaris, millorar els recursos humans i incorporar més talent, hem de decidir que hi ha espais on no es pot créixer més, hem d'innovar més i millor i afrontar l'obsolescència d'una part del sector, hem de castigar les males pràctiques i combatre les ofertes no legalitzades, hem d'avançar en responsabilitat social corporativa i hem de fer una aposta real per un turisme més sostenible. Sí, hem de corregir problemes greus com els de les cambreres de pis. No puc estar-hi més d'acord. </div>
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Però una cosa és proposar mecanismes de millora del sector i una altra és considerar que estaríem més bé sense turisme. Que en la resta guanys - costos, hi sortim perdent. Per més que estirem l'argument turismofòbic, el no turisme tindria uns efectes devastadors en el model ecoòmic del país. L'economia contemporània no està formada per capsetes estanques que podem afegir o extreure quan ens vingui de gust; és un mecanisme de rodes dentades, on cada moviment afecta el conjunt. Ho expresaré de la forma més clara que se m'acut: No ens podem permetre un país sense turisme. O, en tot cas, no és un país on en vindria de gust viure-hi. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-58365922954169084652017-03-01T18:15:00.002+01:002017-03-01T18:15:51.244+01:00Sis peces dels RCR a Girona<div style="text-align: justify;">
Jo ho sabeu. Els RCR, els Aranda, Pigem i Vilalta, ja tenen el Pritzer, el Premi Nobel d'arquitectura. D'Olot al món. Els garrotxins han creat un nou univers arquitectònic, basat en l'audàcia, en la creació d'atmosferes i en una nova interpretació de les línies clàssiques. Per això, han treballat a França, a Bèlgica, a Dubai. Però també a casa nostra. Aquestes són les meves sis peces preferides a Girona.</div>
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<b>Llar d'infants de Besalú</b><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiac8HODZCljLhEwsDdKDpJyLer6LdVVzV619kG_lQkxUYg3u4mkcrTz8UKknsVxP3gw9pqWJsqBp9R-6P_cviNumm-uDSWogDElnwSzih2W3sPrc8c0okUYI-xmSUbYj-hYBO0/s1600/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.48.01.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiac8HODZCljLhEwsDdKDpJyLer6LdVVzV619kG_lQkxUYg3u4mkcrTz8UKknsVxP3gw9pqWJsqBp9R-6P_cviNumm-uDSWogDElnwSzih2W3sPrc8c0okUYI-xmSUbYj-hYBO0/s400/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.48.01.png" width="400" /></a></div>
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A Besalú tenen una llar d'infants que sembla fet per llapissos de colors. Tota la geometria de l'espai gravita a l'entorn d'un gran pati central, que és l'eix que articula la vida del centre. Les columnes de colors primaris creen una atmosfera infantil, riallera i alhora extrordinàriament funcional. Molt inspirada en la guarderia de Manlleu, que és també una obra mestra, la llar d'infants va obtenir el Premi FAD. </div>
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<b>IES Vilartagues de Sant Feliu de Guíxols</b><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh2GXz-RuGOHrMaDhX7VkYgolYWzCu5q1eUpiB-j1ImyNLfh-HPfdX7LR2uVaG_Le3npwoI5s01cefka14qs280TB5WqSKuD-5E_isJ5KfMmC7RzakNAOmxjs2LBH5IGkOiktR/s1600/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.51.04.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh2GXz-RuGOHrMaDhX7VkYgolYWzCu5q1eUpiB-j1ImyNLfh-HPfdX7LR2uVaG_Le3npwoI5s01cefka14qs280TB5WqSKuD-5E_isJ5KfMmC7RzakNAOmxjs2LBH5IGkOiktR/s400/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.51.04.png" width="400" /></a></div>
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En un barri perifèric, situat a la part alta quan la ciutat pràcticament s'acaba, s'enlaira un institut bellíssim. D'un classicisme molt pur, les formes del centre creen una façana gairebé cega, que dona tot el protagonisme als tres patis interiors. Com una mena de temple clàssic, el contundent volum dota de dignitat un barri trencat per un urbanisme improvisat i maldestre. </div>
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<b>Parc de la Pedra Tosca a Les Preses</b><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSKnSWrf5NdKPzl-wZhyphenhyphenkk2n962zDf57nH4UnAwxnuAjPJ6eOjCIq0SdIUn3TbSofae2btlVzdXSNzsBGbowlxi-ZKAuadgNSruBVfijpGVoOk26VhhPpdymxWcuIgfnmiSGd6/s1600/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.55.49.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="162" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSKnSWrf5NdKPzl-wZhyphenhyphenkk2n962zDf57nH4UnAwxnuAjPJ6eOjCIq0SdIUn3TbSofae2btlVzdXSNzsBGbowlxi-ZKAuadgNSruBVfijpGVoOk26VhhPpdymxWcuIgfnmiSGd6/s320/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.55.49.png" width="320" /></a></div>
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Aquest extraordinari exercici de paisatgisme crea un recorregut de valles de corten, on les pedres amuntegades semblen a punt de caure. Jugant amb les cotes del parc, els RCR van crear un laberint artificial de pedra seca amuntegada, que posava en valor l'art mil·lenari de cercar els camps amb pedres sense morter. El resultat és una mena d'atmosfera irreal, un espai gairebé màgic. Ideal per a fabricar noves idees. </div>
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<b>Hotel Les Cols d'Olot</b><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ1zdj5cQ-vurVR7Iofdr3SwY4yN6XtTDhXeqtxZ1FXTnj5KduDHGizC3vO25R1PfCYgVUS1HpE7ehhXAJdLFsM8pqjqXfehmDB60kvtAXO-tb33ki7ujl1kmUCE05qeO8n3fk/s1600/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.59.11.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ1zdj5cQ-vurVR7Iofdr3SwY4yN6XtTDhXeqtxZ1FXTnj5KduDHGizC3vO25R1PfCYgVUS1HpE7ehhXAJdLFsM8pqjqXfehmDB60kvtAXO-tb33ki7ujl1kmUCE05qeO8n3fk/s400/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+17.59.11.png" width="400" /></a></div>
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Tot el projecte arquitectònic de Les Cols és obra dels RCR, del restaurant, a l'hotel o la carpa. M'encanta la carpa per a banquets creada pels arquitectes olotins, perquè trenca per fi amb el kistch de les construccions exteriors per a banquets. Però segurament la peça més singular és el propi hotel. Situat en un polígon impersonal, els RCR prenen la decisió correcta: Si no podem mirar fora, mirem amunt, i obren les habitacions al cel de la Garrotxa. Els patis zen de roca volcànica i el joc de miralls d'imitació basàltica són una interpretació genial de la geografia dels volcans. </div>
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<b>Casa per un fuster a Olot</b><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8guVoJhxl74itw2YC0uC_-tEKq3Nd6p9dJvknZj7Yv_UDLCHDSL_ZyfnFZIN6bqstuJhlyeWvwoIc6eXjNv2R1QXgWxd7kypZi3N3gGsiz8o3soXEAQM5r0mcXk-jrGalDzvn/s1600/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+18.07.04.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8guVoJhxl74itw2YC0uC_-tEKq3Nd6p9dJvknZj7Yv_UDLCHDSL_ZyfnFZIN6bqstuJhlyeWvwoIc6eXjNv2R1QXgWxd7kypZi3N3gGsiz8o3soXEAQM5r0mcXk-jrGalDzvn/s400/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+18.07.04.png" width="400" /></a></div>
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De cases RCR n'hi ha moltes a Girona. Potser la que més m'agrada és aquest joc de volums, que creen una mena de quarta dimensió. L'objectiu és trencar la lògica de l'espai (dins - fora, sobre - sota), però també reforçar les visuals i integrar la casa amb el pendent de la muntanya. És la casa dels meus somnis. </div>
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<b>Espai teatre La Lira de Ripoll</b><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOTJd9592f3WZaHsKCa880WuSb1m8Dw367JpXqg4lLnlFP9jG91Vh6_dxDApTIdebm5Hc8DfBvYCnnoquE1iP98xsJB7gYpnOUAKFx2VhOQJs2KcHUIAVc_OM-NfdLDJj23bDT/s1600/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+18.12.19.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOTJd9592f3WZaHsKCa880WuSb1m8Dw367JpXqg4lLnlFP9jG91Vh6_dxDApTIdebm5Hc8DfBvYCnnoquE1iP98xsJB7gYpnOUAKFx2VhOQJs2KcHUIAVc_OM-NfdLDJj23bDT/s400/Captura+de+pantalla+2017-03-01+a+las+18.12.19.png" width="400" /></a></div>
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I acabo amb l'obra que més em fascina, una veritable obra mestra. L'espai aconsegueix crear un volum en un buit. És una mena de geometria inversa en la que el forat és l'estructura. No em canso d'admirar aquesta solució excepcional per a un espai tan complicat en el seu disseny inicial. Si els Roca crearen menjar del fum, els RCR han creat espai del buit. </div>
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Potser ha arribat el moment de fer la ruta arquitectònica dels RCR per Girona. I si hi afegim Ruiz-Geli i altres genis locals, Girona dona per un itinerari excepcional en nova arquitectura. Potser ha arribat el moment de reivindicar els nous edificis, que superen el rigor modernista del turisme dels 80. Enhorabona, Aranda, Pigem i Vilalta. I gràcies. </div>
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<br />Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-71045900670536237512017-01-20T16:05:00.000+01:002017-01-20T16:07:42.392+01:00Barcelona fora de Barcelona<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIeDJ05yAOhy29HuXk5iycT-llnrIrX5BY0VqjduNRaUDCU8dhjt1L9OLdj-vbAxNLz4zk4gR-L2QIxdCQpUXVXaxB7BoKcLRv1r_Cj7u2KVkySlBbmTXf5opf06Uij2r2RSbB/s1600/Captura+de+pantalla+2017-01-20+a+las+16.04.31.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIeDJ05yAOhy29HuXk5iycT-llnrIrX5BY0VqjduNRaUDCU8dhjt1L9OLdj-vbAxNLz4zk4gR-L2QIxdCQpUXVXaxB7BoKcLRv1r_Cj7u2KVkySlBbmTXf5opf06Uij2r2RSbB/s400/Captura+de+pantalla+2017-01-20+a+las+16.04.31.png" width="400" /></a></div>
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A poc a poc, el debat sobre el turisme a Barcelona pren una altra dimensió. Hi ajuda un nou convidat a l'àgora dels debats de la ciutat, que és el del boom del preus del lloguer. N'hi ha qui connecta automàticament els dos debats i estableix una relació causa - efecte directa entre turistes i preus de lloguer. Les dades no semblen dir el mateix. El turisme pressiona parcialment el mercat de lloguer, amb més intensitat en uns barris i amb nul·la incidència en uns altres; però no explica el salt. Ha d'haver-hi un altre perquè. La Generalitat creu que és l'asimetria en la informació i per això ha activat un sistema de càlcul del preu de lloguer ideal. Em sembla una bona idea, però no identifica bé el problema. De vegades, tot és una mica més simple.</div>
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Els preus del lloguer de Barcelona es disparen bàsicament perquè Barcelona és una ciutat atractiva a escala mundial. I això genera un desequilibri progressiu entre una oferta finita i reduïda i una demanda creixent. Demanda de qui?. Doncs de tres grans col·lectius. El primer, és veritat, els turistes, que són tant la família de Marsella que vol visitar la Sagrada Família com els assistents coreans a una fira d'alimentació. El segon és el dels catalans que es desplacen a viure a Barcelona com a projecte vital, perquè creuen que aquesta ciutat els dotarà de majors oportunitats o, tan sols, d'una forma de vida metropolitana que desitgen. Barcelona s'omple de catalans. I el tercer és una nova generació de residents internacionals, que venen a la ciutat a gaudir de l'espectacle de la ciutat. N'hi ha de tot. Músics que treballen de cambrers per les tardes, pintors, programadors, aspirants a Leo Messi i comediants sense massa gràcia. </div>
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Ens serà molt difícil entendre la Barcelona contemporània si no consensuem el diagnòstic. I els proposo la següent idea: La causa que genera les tensions en la ciutat contemporània de Barcelona és la seva atracció. Una atracció que ha saltat d'escala i s'ha projectat a nivell internacional. Barcelona és una de les ciutats del món on la gent vol ser-hi. No només ser-hi per fer alguna cosa (fotografiar monuments, veure un partit de futbol o cursar un màster), que també. Ser-hi a seques. A moltes persones del món els agradaria ser-hi a París, a Londres, a Nova York, a Sidney, a Berlin o a Barcelona. Per això es tensiona el turisme; per això pugen els preus de lloguer; per això costa tant un metre quadrat d'establiment comercial. He defensat en diverses ocasions que el turisme a Barcelona no és més que una derivada d'un procés més ampli, que és l'atracció de Barcelona. El que ha esdevingut en els darrers 20 anys és una situació inèdita, perquè Barcelona s'ha integrat en el mapa de ciutats on la gent gaudeix sent-hi. Estudiants. Turistes. Empresaris. Investigadors. Inversors. Especuladors. Malalts. Jubilats. </div>
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No hi ha ciutat sense ciutadans. No hi ha Barcelona sense residents. No hi tinc cap dubte. La matèria primera de les ciutats són els seus habitants i es necessita fixar població permanent i dissenyar la ciutat per a aquestes persones. Seria més difícil posar-se d'acord en què és un resident i sobretot què no és un resident, més enllà dels criteris administratius. Però això és només la meitat del projecte de ciutat. L'altra meitat és que no hi ha ciutat sense atracció. Les ciutats no són només els contenidors de residents, sinó també són l'espai de barreja, d'intercanvi, de compra - venda, d'estades breus, de becanvis culturals i atracció de talent. La ciutat contemporània neix quan cauen les muralles i s'inicia una nova era de ciutats obertes, que són ciutats perquè són obertes. Som, però, en un moment de la història en què les grans ciutats han canviat l'escala de la seva capacitat d'atracció. Ja no són només la referència del seu hinterland, o del seu país, o la seva regió, són ciutats obertes al món. </div>
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El disseny de les ciutats del futur no pot ser un laissez faire en el que la capacitat d'atracció arraconi la població local fins el punt de buidar barris sencers. Sabem que no és possible una ciutat sense ciutadans. Però les accions tampoc poden provocar l'efecte contrari: Si la defensa de l'espai residencial acaba limitant la interacció i obrint unes noves muralles, la ciutat morirà també. I, per tant, la gestió és el joc dialèctic entre dues forces aparentment oposades, o en tot cas, que estiren des de costats diferents. No és fàcil. Però és el que probablement hem de fer. </div>
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Crec que una de les vies de solució és el canvi d'escala també en l'oferta. Si la ciutat s'ha fet atractiva a escala mundial, si des del costat de la demanda l'increment ha estat molt elevat, des del costat de l'oferta la resposta no pot ser només local. De fet, aquest és un problema que la ciutat ja ha tingut en altres ocasions: Primer, quan les onades migratòries atretes per la ciutat feien inviable l'expansió de la trama urbana municipal i s'escamparen per les ciutats veïnes. Segon, quan el creixement de la nova indústria exigia sòl i accessibilitat que només podien oferir espais metropolitans cada vegada més allunyats del core. Ara som a les portes d'una tercera onada expansiva, que és el turisme a Barcelona fora de Barcelona. Necessitem un canvi d'escala i resoldre les tensions del turisme a la ciutat tot integrant l'Àrea Metropolitana en la resposta a la pressió. I potser cal un pla turístic metropolità i un ens de promoció turístic metropolità. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-31403913969897148892016-11-18T18:51:00.002+01:002016-11-18T19:20:06.652+01:00Defensa de les classes no magistrals<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqw6kOZ2z0SnOZgbIjEEPKRs4bgdPhYuXDggu8NSc96G4dHhXKEy60bboNn9wx2em_iOM2dVmNMeVFh2XmoZOB6dh0N5dvVSnLrjXuTyBoTOllmi8yErfJ4e4Opu1TnX2OUb5s/s1600/Captura+de+pantalla+2016-11-18+a+las+18.51.14.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqw6kOZ2z0SnOZgbIjEEPKRs4bgdPhYuXDggu8NSc96G4dHhXKEy60bboNn9wx2em_iOM2dVmNMeVFh2XmoZOB6dh0N5dvVSnLrjXuTyBoTOllmi8yErfJ4e4Opu1TnX2OUb5s/s400/Captura+de+pantalla+2016-11-18+a+las+18.51.14.png" width="400" /></a></div>
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Escric això després de llegir <a href="http://www.nuvol.com/noticies/defensa-de-les-classes-magistrals/" target="_blank">l'article d'Antoni Dalmases</a> sobre el valor de les classes magistrals. Però reconec que és un post que volia escriure des de fa temps i aquesta és una excel·lent oportunitat. M'estalvio de ressumir l'article, sobretot perquè podria ser que fes una lectura biaxiada de la seva aportació i per això, els hi convido a llegir-lo i a què facin vostès les seves pròpies valoracions. La meva crítica al seu article es fonamenta en quatre punts: (a) Les classes no magistrals no van contra les classes magistrals, (b) només es pot ser crític des de la curiositat per l'altre, (c) les classes no magistrals sun catàleg experimental, ple de llums i d'ombres i (d) els temps han canviat i, potser (ep, potser) algunes coses sí les hem de canviar.</div>
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<b>Elogi de la diversitat</b></div>
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Diu l'Antoni Dalmases que se sent agredit. Diu que se sent acorralat per una mena de cohorts irracionals que ataquen sense pietat els professors que fan les classes magistrals. I ens posa un exemple sembla ser que esfereïdor: Una professora que feia una classe va ser interpel·lada per una estudiant. Si jo començo una classe el primer dia i als 15 minuts un estudiant es qüestiona el que dic de forma pública li demano un autògraf. </div>
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És curiós com canvien les percepcions segons qui mira. Més aviat, la meva sensació és la contrària, que els qui tenen una voluntat de canviar l'educació estan bastant sols i reben la incomprensió (si no l'escarni o el rebuig) dels seus companys. Sí que estic segur d'una cosa: El mecanisme que avui, novembre de 2016, predomina a les aules del país és el de la classe magistral, amb power point o sense. Si un thailandès o un coreà es llegís l'article, podria pensar que vivim en un país on tothom fa piruetes a classe, excepte un irreductible poblat de professors magistrals que defensen el valor de la paraula. I passa exactament el contrari. </div>
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De fet, en Dalmases cau en l'error d'allò que critica. La seva descripció de les classes no magistrals és aquesta: 'mots encreuats', 'forexpan', 'estafa', 'no saber escoltar', 'no cal pensar abans de parlar', 'no són mestres de debò', 'acostumar-se a pensar és una barbaritat perillosa', 'passar l'estona', 'professors que es limiten a complaure i entretenir', 'vocabulari limitat', 'dicció patètica', 'festivals de serpentines'... El seu article no és una defensa de les classes magistrals, sinó una crítica a les classes no magistrals. No he trobat arguments a favor de la seva tesi, sinó un atac contra els qui no fan allò que ell fa. És a dir, escriu un article per desenvolupar la idea 'Deixeu-me fer les classes com jo vull' i acaba fent l'article 'Deixeu de fer les classes d'una altra manera que no sigui la meva'. </div>
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Jo defenso la necessitat d'explorar vies alternatives d'ensenyar. No perquè vulgui imposar-les, sinó perquè l'educació precisa d'un cert esperit d'innovació. Està bé que es facin classes de maneres diferents. I per això, en sistemes tan complexos i delicats com és l'educatiu, està bé que uns explorin i assagin i uns altres mantinguin les formes més clàssiques. La meva defensa de les classes no magistrals no és un atac a les classes magistrals. Ans al contrari: Crec que són necessàries. </div>
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<b>Elogi de la curiositat</b></div>
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Un professor ha de ser, abans que res, curiós. I em sembla que en aquest debat hi ha un punt d'asimetria. Tots els professors que exploren noves vies coneixen, practiquen i experimenten amb el model clàssic, amb les sessions magistrals. Alhora, coneixen, practiquen i experimenten amb nous models. Tenen la visió de les dues realitats. Per ser exactes, tenen moltes altres perquè, com intentaré explicar, l'educació no es divideix entre magistral i no magistral, sinó en sistemes múltiples, en molts casos híbrids, que utilitzen recursos diferents. </div>
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Jo entenc els adlàters de les classes magistrals que han après i testat formes diferents i que arriben a la conclusió que la millor opció és la disertació oral unidireccional. Fins i tot, entenc els qui llegeixen informes, estudis o resultats de propostes innovadores en docència i, després d'avaluar-los, manifesten un sà escepticisme o, fins i tot, demostren la poca consistència d'aquestes anàlisis. M'és molt més difícil entendre la crítica des d'un costat del mirall, quan no han fet l'esforç de passar-se a l'altra banda. No dic que sigui el cas de l'Antoni Dalmases, però de vegades la crítica a les classes no magistrals es fa des de l'immobilisme. Són professors mancats de la curiositat necessària per a explorar noves vies. I que es veuen amb l'autoritat de desqualificar allò que ni tan sols han conegut. I llavors, toquen d'oïda, i parlen de forexpans i serpentines i fan una mica el ridícul.</div>
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<b>Elogi del dubte</b></div>
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Això no és un combat de boxa entre mestres i <i>clowns</i>. No hi ha una pastilla vermella i una de blava. Hi ha moltes formes clàssiques de transmissió, moltes de noves, adaptacions de les unes i les altres, híbrids. Si alguna cosa té de fascinant l'ofici de mestre contemporani és la possibilitat d'emprar noves eines, de construir-ne de pròpies i d'adaptar les antigues. No existeix la classe 'no magistral' com a categoria. Tenim tota mena de recursos, de materials, de tecnologies, de sistemes, de formes de compartir la informació, de sistemes de transmissió... Fer una esmena a la totalitat de tot allò que no és la transmissió oral, absolutament tot el que no sigui una disertació erudita, s'hauria de raonar amb molta menys frivolitat.</div>
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Les noves formes de docència són essencialment experimentals. No sabem si funcionen prou bé, perquè tenen un recorregut curt, perquè les hem assajat massa poc i perquè s'han de depurar amb estratègies assaig - error. I en els fòrums oberts sobre aquests temes, he vist moltes energies i entusiasme, una intuïció i capacitat creativa fascinants, però també grans dosis d'autocrítica. Si en Dalmases s'apropés una mica més a aquestes iniciatives veuria dubtes, debats, reflexions i rectificacions. Tot el contrari del que ell dibuixa i, també, tot el contrari del que ell practica. I constataria quelcom bastant interessant: Una voluntat de compartir la informació molt estimulant, una exposició pública constant dels resultats. </div>
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<b>Elogi de l'adaptació</b></div>
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Dalmases recorda els mestres que li van marcar i reclama una docència basada en aquest patró. Però sabem que el món de la seva infantesa no té res a veure amb el món contemporani. I no podem fer veure que no existeixen els ted, ni els moocs, ni el núvol, ni els entorns adaptatius, ni els continguts digitals, ni la cultura audiovisual, ni l'exemple de khan academy, ni les dades en obert, ni les biblioteques digitals, ni slideshare, ni Adobe, ni google maps, ni itunes u, ni google art project, ni els tweets de @migueldelpozo, ni el programari obert, ni els tutorials, ni netflix, ni les sessions de David Harvey a la xarxa, ni miriadax, ni els enllaços, ni el whats app, ni el diccio.cat ni el parla.cat, ni entrelectores, ni storify, ni els tablets, ni la rae.es, ni el GIS, ni lletrA, ni el crossbooking, ni el moodle, ni els mapes de l'ICC en obert, ni la música digital, ni el tdx, ni el google scholar, ni la nasa.gov,... podem fer veure que som a l'any 1980. I no canviar absolutament res.</div>
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O podem pensar que si el món ha canviat, si som en una altra galàxia cultural, social i econòmica, potser (ep, potser) algunes coses les hauríem de repensar. I sí, aquest procés de repensar l'educació crea un cert vertigen, perquè dubtem, perquè fem proves, perquè no en sabem prou. I potser al final del camí arribem a la conclusió que <i>in verbo veritas</i>, i que res no pot substituir la disertació erudita. Per això m'agrada que l'aventura de nous sistemes d'educació convisqui amb la defensa dels vells sistemes. Per això, a diferència d'en Dalmases, la meva defensa de les classes no magistrals és també una defensa de les classes magistrals. </div>
<br />Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-47248793742399220292016-11-12T09:30:00.001+01:002016-11-12T09:30:29.958+01:00Contra la turismofòbia<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4z29uT8nGcCvQ18k5eON_asCgohNgcIxbNDtErmYcNN5xAQ2IfiTZ9XEe23onlshpDlquq6aclS0UXuTGJt52ZE-rTXd1oNd0yg0L8YSCZI2DaU_5iOKojEEtHeBkeRebJHlT/s1600/PAM2014030G01843.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4z29uT8nGcCvQ18k5eON_asCgohNgcIxbNDtErmYcNN5xAQ2IfiTZ9XEe23onlshpDlquq6aclS0UXuTGJt52ZE-rTXd1oNd0yg0L8YSCZI2DaU_5iOKojEEtHeBkeRebJHlT/s400/PAM2014030G01843.jpg" width="400" /></a></div>
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Avui he tornat a sentir amb tota la seva contundència el discurs turismofòbic que a poc a poc s’ha instal·lat en el país. I amb la seva rotunditat, amb la seva elaborada argumentació, constato la seva bel·ligerància activa. Ja és un relat consensuat que s’ha acomodat en el catàleg dels argumentaris del país. </div>
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Vull combatre la turismofòbia. Però abans deixeu-me delimitar el terreny de joc. El discurs turismofóbic és una construcció social elaborada, àmpliament consensuada, que es caracteritza per una denúncia dels efectes del turisme sobre l’economia, la cultura i la societat locals, i que al mateix temps menysté la figura del turista i l’acte mateix de fer turisme. És una reacció anti-turística, que combat l’oferta turística (els qui es beneficien directament), però també la pròpia demanda (l’idiota que viatja). </div>
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<b>1. El viatge extra-ordinari </b></div>
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Els turistes fotografien els instants turístics. Ho fan perquè els doten d’una elevada càrrega simbòlica. L’acte social de capturar un instant (i sovint de compartir-lo) és una forma de destacar els actes heroics de la nostra biografia, allò que en certa manera ens fa una mica nosaltres. Fem àlbums de fotografies de molt pocs instants, d’un casament, del primer fill (més que no pas el segon), d’una celebració i també dels viatges. No podem apropar-nos al fenomen turístic si no entenem el valor extra-ordinari (per sobre de l’ordinari) que li atorguen els seus usuaris. </div>
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Vist a vol d’ocell (o a vol de dron), els turistes semblen seguir una coreografia buida, mancada de sentit o de profunditat. Però no podem traslladar la mirada etnogràfica des de fora a la percepció individual dels observats. Tots els estudis són unànimes en aquest sentit: Els turistes són feliços quan són turistes. Són persones sobre-estimulades, que senten una vivència profunda, que els hi generarà records perpetus, com un tattoo. És clar que hi ha qui no. Hi ha experiències buides, decebedores o, fins i tot, traumàtiques. Però en el seu conjunt, els turistes gaudeixen de la seva condició de turistes d’una forma radical. Creen una fita en el seu relat biogràfic.
Negar el turisme com a procés social és imposar unilateralment una prohibició sobre aquests instants extra-ordinaris. </div>
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<b>2. L’ètica del sightseeing </b></div>
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És fàcil escarnir els turistes que fotografia Martin Parr davant de la Torre de Pisa o l’Acròpoli d’Atenes, aquells qui intenten crear el trompe-oeil del turista que sosté amb esforç la torre inclinada. Aquesta coreografia és, certament, un punt ridícula, un acte kistch i banal que deteriora la relació entre l’objecte i el subjecte, entre el lloc i el turista.
Però sabem des del deliciós assaig de McCannell que el sightseeing, aquesta forma superficial de relacionar-se amb els llocs conté un principi molt poderós: El reconeixement de l’altre. La història de la humanitat està traçada per un constant rebuig a l’altre, per la creació de la identitat pròpia a partir de la negació dels estranys, dels estrangers. El contacte entre civilitzacions ha estat històricament una col·lisió violenta. Visitar l’altre és una forma moderna de donar-li valor, de connectar dos mons, des de la valoració d’un sobre l’altre. El turisme és una negació de l’alterofòbia. Ser visitat és una forma de ser reconegut i de ser valorat. </div>
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<b>3. Learning from Las Vegas </b></div>
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Hi ha molts rituals turístics que dissolen qualsevol forma de profunditat. Són actes superficials, que estan mancats de diàlegs profunds. Hi ha, de vegades (sovint), un rastre de banalitat en els itineraris turístics. De fet, una part de la meva feina en la gestió de les destinacions se centra en aquest punt: La cerca de mecanismes per a dotar de major profunditat l’experiència epidèrmica entre un turista i un monument. Però la densitat ha de ser suggerida, no imposada. I suggerida des del respecte per l’absència d’ella. </div>
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És preferible començar el dia amb Bach que amb Shakira?. Probablement, sí. Com també llegir García Márquez més que no pas un diari esportiu; i estudiar les formes geomètriques de la natura i rellegir la resposta dels clàssics a les preguntes essencials. Però la versió elevada dels instants és una decisió que mai pot ser imposada, perquè la literatura forçada es buida. Ha d’existir el dret a viure banalment un instant, a llegir un còmic, a seguir el vol d’una mosca, a gaudir d’un programa pla de la televisió o parlar de no-res amb un amic. La crítica radical a la banalitat del turisme em recorda alguns coneguts que han optat per viure la seva existència de forma sempre elevada. I els veus allà patint al fons del passadís en una festa d’aniversari del seu fill, amb cara de ‘que-faig-jo-aquí’ o incapaç de ballar en aquell casament, que considera tan decadent que no pot sentir els riures de la parella. Viure elevadament és una opció no només legítima sinó probablement terapèutica; però el dret a la profunditat d’uns no pot imposar-se sobre el conjunt. </div>
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I aquest vell pols entre cultura elevada i vida quotidiana acaba sovint vorejant el classisme més ortodox. I potser hem de tornar a llegir l’Eco per recordar l’extraordinària capacitat creativa de les creacions considerades banals. En la frontera de la literatura, de la pintura o de la música, els guions de sèries, els còmics, el rap, l’art urbà, la publicitat o l’animació han tingut molta més influència en la construcció de la cultura contemporània que algunes de les formes més elevades de la cultura. Per això, l’arquitecte Venturi va escriure aquell polèmic assaig, Learning from Las Vegas, en el que explorava la capacitat creativa i innovadora de la ciutat més kistch del planeta. </div>
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<b>4. Contra el mainstream </b></div>
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Algunes de les formes que pren la turismofòbia són simplement versions contemporànies d’un classisme de manual. Un relat que dibuixa els turistes com éssers sense criteri que segueixen alienats el paraigües elevat d’un guia que explica banalitats a persones sense interès. Curiosament, molts pocs turismofòbics renuncien a viatjar. Jo sempre he reconegut la coherència de Pessoa, un bel·ligerant turismofòbic que no viatjava perquè detestava l’acte del viatge.
Però si seguiu el rastre vital dels adlàters de l’anti-turisme, veureu que viatgen molt, molt més que la resta. Tenen la síndrome ‘You Are a Tourist. I am Traveler’. Els turistes sempre són els altres. I ells, tot i que es desplacen fora de l’entorn habitual per una activitat d’oci, no es consideren a sí mateixos com a turistes. No fan el turista, ens diuen. I és que el relat turismofòbic necessita crear una alternativa al no-viatge i, per això, construeixen el mite del viatger, el qui es desplaça de forma no turística. </div>
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Si us pregunteu com és possible fer de turista no-turista, i seguiu el seu rastre i us n’adonareu que es basa en un principi bàsic: Evitar sempre els llocs amb turistes. De manera que un turismofòbic és el qui rebutja el <i>mainstream</i>. ‘Perú era meravellós, però ara s’ha omplert de turistes’. ‘Enyoro aquella època en la que no havies de fer cua per entrar als museus de Riga’. ‘Hem deixat d’anar a Zimbazwe, perquè semblen les Rambles de Barcelona’. Els turistes no-turistes van als llocs on no van els turistes turistes. I si per atzar o obligació acaben en un lloc amb turistes turistes, la seva mirada, la seva percepció i naturalment la seva narració (en un article en una revista que llegeixen els turistes no-turistes) seran hipercrítics.
Hi ha un fons snob en aquesta pràctica col·lectiva. La mateixa que renega de l’autor de novel·les, de la discografia, del pintor, de les sèries o del restaurador que abans idolatraven perquè ‘s’ha fet comercial’, és a dir, perquè ara ja no és un acte de reivindicació de la meva singularitat (i excel·lència), sinó una forma ritual de forma part d’un col·lectiu. </div>
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<b>5. ‘Abajo las murallas’ </b></div>
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La Barcelona contemporània va néixer amb un moviment urbà, ‘abajo las murallas’, que obria simbòlicament les portes de la ciutat a no importa qui. Això són en essència les ciutats: Espais oberts. Oberts a les idees revolucionàries i també a les tropes repressores; al talent i al crim; als visitants del World Mobile Congress i als refugiats. L’atracció genera al mateix temps oportunitats i riscos.
El nou món neocon (Brexit – Trump) ens proposa aixecar de nou les muralles i tancar les portes als altres. Els nostres mals provenen, ens diuen, dels qui venen. I ens proposem un país sense refugiats, sense immigrants, sense productes foranis. Hi ha sense voler-ho en el discurs turismofòbic un xic d’això. Aquesta mena de proposta ‘la ciutat per als ciutadans que hi vivim’ és anacrònica, és nociva per a la ciutat i és, també, alterofòbica. </div>
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<b>El turismo es un gran invento </b></div>
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L’alternativa a la turismofòbia no és la turismofília. L’alternativa a l’esmena a la totalitat no és el campi qui pugui. El turisme és un fenomen social, complex, polièdric, i a més viu i mutant. És un procés que crea tensions, contradiccions i de vegades efectes secundaris molt negatius. És, com tots els fenòmens socials, un procés que precisa de planificació i control. No tot sortirà bé. I tampoc ens posarem d’acord en els diagnòstics ni els tractaments.
Però la millor manera de millorar el turisme és desmuntant la turismofòbia. Combatent-la. Perquè és, potser sense voler-ho, un relat classista, un puc alterofòbic, una imposició sobre el que han de fer i sentir els altres i una certa por a admetre la nostra pròpia banalitat. Només és possible gestionar el turisme amb una mirada més respectuosa, capaç de celebrar (ni que sigui per un instant) el que té de prodigiós la trobada curiosa, pacífica, feliç i estimulant entre dos civilitzacions. </div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-11320101851705865392016-11-03T00:00:00.002+01:002016-11-03T00:00:58.118+01:00Mi hotel ideal<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWnzVwSxKUSU_QXe5OVyi92RMcnuCBPhziB9sjhPULrDl59YFRtZIypG19bFySZRY1j_TKimGwc65N_wVmduCGw392a6pq6QQaDZkaJQooozEUgUYxu9CBSUW6ZsqHoezS02nc/s1600/do+not+disturb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWnzVwSxKUSU_QXe5OVyi92RMcnuCBPhziB9sjhPULrDl59YFRtZIypG19bFySZRY1j_TKimGwc65N_wVmduCGw392a6pq6QQaDZkaJQooozEUgUYxu9CBSUW6ZsqHoezS02nc/s320/do+not+disturb.jpg" width="273" /></a></div>
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Los hoteles son los átomos de la experiencia turística. Y aunque hemos aprendido que un destino no son sus hoteles, tener una buena red de alojamiento es casi indispensable para competir en el mercado turístico. Diseñar un hotel es muy complejo porque debe tener personalidad, pero debe también conectar con las necesidades (cambiantes, diversas) de los clientes. Y en el turismo contemporáneo, las necesidades pueden ser casi infinitas.
Las redes sociales permiten ir ajustando intereses de la demanda con la gestión de la oferta. Por eso, podría ser una iniciativa interesante recomendar mejoras en los hoteles (#mihotelideal), que permitan compartir, proponer o recoger propuestas de esos habitantes de habitaciones de hotel. Estas son mis 15 propuestas. ¿Cuáles son las suyas?</div>
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1. Trabajo en las habitaciones y me deprime que (casi) siempre las mesas estén orientadas a la pared. Mientras sea posible, deberían estar mirando a la ventana.</div>
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2. Y ya que hablamos de mesas, si mide 30 x 30 y además tiene la televisión encima, solo puedo escribir en un post-it. No pido una mesa king size, pero sería un detalle que se pudiera trabajar con una cierta holgura.</div>
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3. Ya sé que se limpian fácilmente, pero las moquetas me producen una tendencia casi suicida. Y creo que es un sentimiento muy compartido. No pido pizarra, ni madera (bien pensado, ¿por qué no?), pero por favor descataloguen las moquetas.</div>
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4. El control de la luz suele ser más críptico que el prospecto de un medicamento contra las hemorroides: 20 interruptores, algunos escondidos, diseminados por toda la habitación. Estoy seguro que se puede simplificar el mecanismo.</div>
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5. Si no me alojo en una 23a. planta, puedo usar las escaleras y, de hecho, me gusta hacerlo. ¿Por qué la mayoría de escaleras de los hoteles parecen el decorado de una película de serie B, donde está a punto de pasar algo muy malo?. </div>
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6. Llevo 35 minutos desde el aeropuerto hasta el hotel cargando la maleta. De hecho, llevo con ella desde las 6 de la mañana. ¿Qué les hace suponer que soy incapaz de llevarla hasta la habitación?. </div>
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7. Me gustan las plantas. Me gustan mucho las habitaciones con plantas. </div>
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8. Creo que el criterio debería ser éste: Si dudamos entre colgar un cuadro o no hacerlo, claramente no hay que no hacerlo. De hecho, casi mejor no colgar jamás un cuadro. He pasado noches enteras sin dormir por culpa de cacerías de ciervos o atardeceres en el bosque de las ninfas. </div>
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9. La mayoría de hoteles abusan de los olores artificiales: detergentes, ambientadores, aerosoles…, que intentan disimular el tránsito humano de un hotel. Personalmente, me molestan muchísimo. Ventilar un poco y combinar con olores naturales (un poco de espliego o de lavanda, por ejemplo) es una alternativa mucho más agradable. </div>
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10. Parece ser que en la mayoría de hoteles, el presupuesto se les agotó antes de llegar al armario. Encontrar perchas de madera es tan complicado como encontrar un libro en la casa de Gran Hermano. </div>
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11. No sé quién diseña los “salones” de algunos hoteles. Las conferencias en algunos salones con tapizados, mesas minúsculas, una iluminación clandestina y una tarima con faldón en las mesas parecen sacadas de una boda búlgara de los años 80. </div>
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12. Y ya que hablamos de conferencias, he visto batallas por un enchufe más violentas que las Termópilas. El criterio podría ser: Nunca habrá suficientes, de manera que multipliquen por dos la previsión. </div>
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13. Esto sé que es difícil, pero me haría feliz. Es casi imposible leer un periódico y desayunar a la vez, porque las mesas (casi siempre circulares) son demasiado pequeñas. En mi mesa ideal caben el café, el plato, el periódico e incluso, el bol de frutas. </div>
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14. Y ya que hablamos de desayunos, me gustaría reivindicar el valor del café. Esas máquinas que proporcionan un líquido oscuro precedido de un ruido atronador deberían ser precintadas por sus efectos contra la salud pública. </div>
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15. En mi hotel ideal, dejo la maleta después del check out en un espacio seguro y además no me siento como un delincuente que deja un alijo en un piso franco. </div>
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16. Y en mi hotel ideal, la recepción tiene un perfil de twitter y me puedo dirigir a ellos en cualquier momento y en cualquier punto de la ciudad. </div>
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17. Lo importante no es que el hotel tenga wi-fi. Lo verdaderamente importante es que el wi-fi funcione. </div>
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18. Olviden en los kits de bienvenida los gorros de baño, las pantuflas y esos horribles albornoces. Me conformo con un champú digno.</div>
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19. Dejo para el final algo que parece simple: ¿Y si el mando a distancia de verdad funcionase como un mando a distancia?</div>
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20. Y la última: llaves con coordenadas gps (ideal para taxistas novatos).</div>
Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-40792100082390103682016-10-23T18:05:00.001+02:002016-10-23T18:10:18.854+02:00Abstención<div style="text-align: justify;">
Ya es oficial: El PSOE se abstiene, lo que según la RAE quiere decir 'no participar en algo a lo que se tiene derecho'. Si alguna vez fui aprendiz de politólogo, lo dejé porque nunca acerté nada. Todo lo que escribí que tenía que pasar sucedió exactamente en sentido contrario, como si fuera una especie de anti-oráculo. De manera que no voy a predecir ningún futuro al PSOE. Doctores tiene la iglesia. Eso sí: No les libro de mi opinión. No solo porque si no lo digo, reviento, sino porque creo que hay que dejar algunas cosas por escrito a efectos de inventario. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBKjIu-FHRyuyJjk5nV-CiMaJixHEV_PWKtQXs0GnZt-28lPfdGNpFrOghkkfq6vO1LneyuoIYBvxBX_MB6ngMfUzqdwR6KTV0wky5gTU2momdvmrsaYcKu_LhjIxUs_i0YXmb/s1600/forges.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBKjIu-FHRyuyJjk5nV-CiMaJixHEV_PWKtQXs0GnZt-28lPfdGNpFrOghkkfq6vO1LneyuoIYBvxBX_MB6ngMfUzqdwR6KTV0wky5gTU2momdvmrsaYcKu_LhjIxUs_i0YXmb/s320/forges.jpg" width="262" /></a></div>
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Dicen los barones y muchos varones del PSOE que unas terceras elecciones darían una mayoría absoluta incuestionable al PP. No se me ocurre un argumento más cutre: Como me da miedo el resultado, como lo que piensa la gente no me gusta, voy a hacer todo lo posible para que no se expresen. Como en unas terceras elecciones voy a perder hasta los armarios empotrados, no hay elecciones. Muerto el perro se acabó la rabia. Defender ese argumento es equivalente a defender su opuesto: Si hubiera opciones de mejorar el resultado, forzaríamos la situación e iríamos a unas terceras elecciones. Algunos creen que esto es 'real politik', pero en realidad es hiperreal politik. O política de realismo mágico, si les gusta más.</div>
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La segunda excusa, perdón, quiero decir argumento, es que Europa no tolera más esta situación y que el PSOE actúa por responsabilidad. Corre el rumor de que la ausencia de gobierno es incompatible con una serie de medidas que se ve que hay que tomar aunque nadie nos lo ha explicado. Y que en Europa han puesto un ultimátum: O hay gobierno o apretamos el botón rojo. Este argumento puede resumirse de la siguiente manera. Mientras que lo que realmente va a pasar (el ajuste draconiano) era convenientemente borrado de los programas electorales, los partidos escenificaron una puesta en escena falsa, en la que se crearon programas falsos, promesas falsas, debates falsos y mítines falsos. Según esta tesis, llevamos un año de guiñol, discutiendo cosas que no van a pasar porque lo que realmente tiene que pasar (gobierne quien gobierne) no aparece en la cosa política. De manera que los españoles votamos no de acuerdo a un programa de futuro real, sino a un guiñol.</div>
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A casi nadie le escandaliza esto. El cambio de siglo ha coincidido con un auge de un neo-depotismo ilustrado. Los nuevos gobernantes consideran que hay temas de los que no hay que hablar en público, que son exactamente los temas esenciales. Yo no sé si hay una troika alojada en un hotel de Perpiñán, llamando cada día a la puerta del país, como si fueran los acreedores del ático del Rue del Percebe, 13. Si es así, si esto era así desde el principio, ¿por qué no se puede plantear en abierto?: 'Mirad, Europa nos hace comer un sapo'. Y en vez de unas votaciones sobre los Juegos Florales, votamos sobre lo que es nuclear. ¿Nos comemos el sapo o no?.</div>
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Y si tenemos que hablar claro, hablemos, porque el muerto está en la mesa y ya no podemos disimular. Los hilos invisibles trabajaron para forzar una abstención desde el inicio. Pero lo que precipitó la puñalada de Bruto en las escaleras de la Curia fue la propuesta de un pacto del PSOE con Podemos y los nacionalistas. Eso desencadenó una de las mayores ofensivas mediáticas del país contra los dos principales enemigos del status-quo: Los anti-sistema y los separatistas. Ese 'pacto frankenstein', como se ha denominado hasta aburrir en El País, nos llevaba (decían) a una galaxia lejana, al lado de Grecia, entre Corea del Norte y Venezuela. Y ante este escenario apocalíptico, un ejército de blades runners del partido activaron todos los mecanismos a su alcance para neutralizar el pacto, llegando incluso a vetar una consulta a las bases. El PSOE lleva más de un mes trabajando para que el PSOE no gobierne el país, y lo haga el PP. Esto es como si el Correcaminos pagase con su VISA los inventos de la casa ACME que usa el coyote. O como si en las vísperas de un derby, el Barça cediera a Messi y a Iniesta al Madrid hasta final de temporada. </div>
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Y si tenemos que hablar claro, hablemos. El mundo tal y como lo conocemos se acaba y empieza otro. Y eso llena la agenda de debates de futuro. El debate sobre el modelo energético; el debate sobre la mecanización y el trabajo; el debate sobre el estado del bienestar; sobre la nueva democracia deliberativa; sobre el sistema educativo en su conjunto... Y de entre todas las cosas pendientes, hay dos que son urgentes. La primera es una segunda transición, no porque la primera fuera muy mala (soy de los que aún sostiene que fue un gran acuerdo colectivo), sino porque fue pensada para un país que ya no es. La segunda es un debate territorial, que abra el melón de la 'cosa catalana', pero también del modelo de estado. El PSOE podía abanderar la reforma del país, proponer cambios estructurales y presentar un plan B al inmovilismo rajoyista. Y en vez de eso, inmovilizados por el vértigo, los barones y algunos varones optaron por un 'No es lo que yo te diga que es no'. </div>
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Y ahí quedará para la historia la imagen de los diputados socialistas tocando la campana antes de que cayera en el ring el dinosaurio, herido por la corrupción y por su miopia. Por la mañana, cuando nos despertemos el dinosaurio aún estará allá; y, a su lado, un nuevo dinosaurio vestido de cortefiel y de vergüenza ajena. </div>
<br />Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-18204584.post-73658310096849067052016-09-25T12:22:00.000+02:002016-09-25T12:22:38.647+02:00No al pàrquing del Passeig<div style="text-align: justify;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuPUfk-vwBI9-q6h9bwaYhFIEPSGk7jp8teQOcGm9M52HtXtIhPoQT5xl4zUKipm-ULs6PH22AEkDYacvkgunma1zw1GmAz_BLbZKU5ZQ0tzlRTo3G_-wDrgOFEASL4ZKMGthe/s1600/amat.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuPUfk-vwBI9-q6h9bwaYhFIEPSGk7jp8teQOcGm9M52HtXtIhPoQT5xl4zUKipm-ULs6PH22AEkDYacvkgunma1zw1GmAz_BLbZKU5ZQ0tzlRTo3G_-wDrgOFEASL4ZKMGthe/s400/amat.jpg" width="400" /></a></div>
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La ciutat de Sant Feliu de Guíxols <a href="http://www.elpuntavui.cat/politica/article/17-politica/1004389-ciu-recull-firmes-a-sant-feliu-pel-parquing-al-passeig.html" target="_blank">ha obert un vell debat</a>, un debat que ha envellit amb el temps: Crear un aparcament soterrani en el Passeig del Mar de la ciutat. I ja que hi som pel tros, deixeu-me dir la meva. Breument: No. M'explicaré una mica més. </div>
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<b>Els cotxes no creen ciutat</b></div>
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El cotxe és, juntament amb la televisió, el principal element que ha definit la classe mitjana occidental durant el segle XX. Ha democratitzat els desplaçaments, el turisme, la mobilitat i ha ampliat la geografia vital. I els cotxes continuaran essent el principal mitjà de transport de la humanitat en les properes dècades. Sí, seran cotxes probablement elèctrics i tal vegada auto-conduïts, però cotxes en definitiva. </div>
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El cotxe ja ha perdut la batalla dels grans desplaçaments, perquè els mitjans de transport alternatius (tren i avió) són molt més eficients. Però ara s'ha iniciat una segona batalla, que és la dels petits desplaçaments (menys d'un kilòmetre) i els recorreguts mitjans (entre 1 i 3). En aquest cas, el problema no és l'eficiència individual, sinó la col·lectiva. Les ciutats estan analitzant costos i beneficis dels desplaçaments interns en cotxe i han arribat a una conclusió: La ciutat hi perd més que hi guanya.</div>
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A banda dels problemes ambientals, l'ocupació de l'espai públic per l'automòbil ha desplaçat la vida urbana. Els cotxes destrueixen la convivència en el carrer i la plaça: Els cotxes no creen ciutat, sinó que la destrueixen. Per això, en aquells espais en què es recupera l'espai per als vianants, la vida urbana floreix com un jardí. I per això, les ciutats que expulsen el trànsit milloren de forma instantània. Mireu per exemple el cas de Pontevedra. La ciutat gallega ha creat un sistema d'aparcaments perimetrals, ha creat una enorme superfície d'espais per a vianants, ha imposat la limitació a 30 en tot el casc urbà i ha potenciat l'ús dels vehicles elèctrics. El resultat? En 10 anys, la ciutat ha expulsat del centre un 90% del trànsit, s'han disparat tots els indicadors de qualitat de l'aire, s'ha reduït en un 78% el temps perdut en congestió i el número d'accidents mortals a la ciutat ha baixat fins a zero. Pontevedra és una ciutat model, que ha guanyat diversos premis internacionals, amb una qualitat de vida urbana extraordinària.</div>
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<b>El debat s'ha fet mundial</b></div>
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L'opció d'Oslo és molt més radical. El 2019, el centre de la capital de Noruega serà un espai sense cotxes. París també ha iniciat un ambiciós pla que té com a objectiu la reducció del trànsit de vehicles. A Londres o a Nova York funcionen des de fa temps sistemes fiscals de dissuassió, de manera que accedir amb vehicle a la capital britànica implica pagar una astronòmica taxa de congestió. O, per exemple, el pla Green Network d'Hamburg, que literalment esborrarà els cotxes del centre de la ciutat en 20 anys. El debat sobre la necessitat de recuperar l'espai públic s'ha fet universal. Les principals ciutats del món han arribat a la conclusió que en el pols entre cotxe i vida urbana, la balança s'ha de decantar del costat de la qualitat de vida. </div>
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No és només un procés d'unes poques ciutats europees escandinaves. He tingut l'oportunitat de veure personalment els efectes de la ciclovia de Bogotà. Cada diumenge més de 100 kilòmetres de carreteres urbanes són ocupades per venedors, ciclistes i runners, en un immensa onada de vida social al carrer. És colpidor contrastar aquest ambient viu, alegre i creatiu amb la congestió infinita dels principals carrers la resta de la setmana. La ciclovia de Bogotà opera des de fa més de 40 anys i el seu exemple s'ha extès per moltes de les ciutats del món, especialment a Sud-Amèrica. Vies ciclistes, tramvies, telefèrics, carrers de vianants, recuperació dels parcs urbans... De Sao Paulo a Montreal, de Lima a Jaca, el món es planteja una pregunta universal: Com expulsem (o en el millor dels casos, reduïm) la pressió dels cotxes en les ciutats.</div>
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<b>Models centrípets o centrífugs</b></div>
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Les ciutats han estat dissenyades per a ser centrípetes, és a dir, per a atraure els fluxos fins al mateix centre de gravetat urbà. Tots els camins porten a Roma i tots els carrers de Roma, porten al Fòrum. El magnetisme dels centres ha creat un sistema de mobilitat en el que els fluxos et condueixen fins al kilòmetre zero de les ciutats, fins el centre de la circumferència.</div>
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En les darreres dècades, les ciutats occidentals han creat dos mecanismes per a corregir parcialment els efectes no desitjats de l'extrema congestió en els centres. El primer ha estat la creació de rondes, que permeten crear circumval·lacions que eviten les ciutats. Les rondes tenen com a objectiu expulsar de les ciutats els fluxos que no tenen com a objectiu arribar a la ciutat. Només cal comparar l'itinerari actual entre Sant Feliu de Guíxols i Girona i el periple que s'havia de fer fa només 25 anys, entrant i sortint de ciutat en ciutat. La creació de les rondes es va portar a terme amb una notable oposició ciutadana, que denunciava que l'absència de trànsit pels centres de la ciutat afectaria l'economia d'aquestes ciutats. </div>
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El segon mecanisme va ser la creació d'espais de vianants, zones en el centre de les ciutats en les que es limita o directament es prohibeix el trànsit. Totes aquestes operacions (recorden la Rambla?) es van portar a terme amb la indignació d'una part de la ciutat, que considerava que l'expulsió del trànsit afectaria la vida econòmica de la ciutat. No ha estat així. I avui les zones més dinàmiques de les ciutats són aquelles que han expulsat el trànsit de vehicles i permeten la convivència urbana. No conec cap cas de reversió, és a dir, una àrea de vianants que hagi tornat a ser oberta al trànsit per pressió popular.</div>
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Rondes i espais de vianants no són suficients. Com el model de mobilitat és centrípet, els cotxes tendeixen de forma natural a arribar fins al centre mateix de la ciutat, al costat de les zones alliberades al trànsit. És un model que crea congestió al costat dels espais de descongestió. És el col·lapse permanent del Passeig de Mar durant tot l'estiu, just al costat de la Rambla de vianants. Com aquelles ciutats brasilenyes en les que els gratacels convien al costat de les fabeles. </div>
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La tercera revolució urbana és la creació de sistemes centrífugs. Hem de cercar els mecanismes per a què ningú no es plantegi accedir fins el centre mateix i opti per un pla b més eficient. Totes les ciutats del món s'estan plantejant com expulsar els cotxes del centre i no com atraure'ls, que és exactament el que provocaria un aparcament en el Passeig del Mar. L'alternativa no té cap misteri: Crear una xarxa d'aparcaments perimetrals, àmplia i de qualitat, des d'on accedir a peu (o amb transport públic si la distància és massa gran) al centre urbà. El que reclamen els usuaris del vehicle és una ràpida connexió entre un punt A i un punt B, i una forma molt ràpida de desprendre's del cotxe un cop arribat al punt B. El que reclamen, no ja els residents de les ciutats, sinó els propis usuaris del transport privat, és un model de ciutat centrífug, no pas centrípet. </div>
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<b>Turisme a peu</b></div>
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Penseu en els grans parcs temàtics del món. O en els parcs mitjans, com ara Port Aventura. Calculeu cronòmetre en mà, el temps que hi dediqueu des de que aparqueu el vostre vehicle fins que arribeu a la porta mateixa del recinte. I fixeu-vos en una obvietat: Totes les persones que accedeixen a aquest recinte caminen durant tot un dia, pugen, baixen, entren i surten. La immensa majoria dels usuaris del parc recorren més de 10 kilòmetres. A Port Aventura, no hi ha discussió possible. Tot el recinte és un espai per a vianants, on l'absència de trànsit crea un espai d'interacció social. </div>
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El turisme que ve no serà un turisme sense cotxes, és cert. Continua essent un sistema de transport capital en el model turístic de la Costa Brava. Però el que reclamaran els turistes seran sistemes àgils per a sortir de la ciutat i accedir a altres ofertes culturals i naturals, si bé sospito que a llarg termini els sistemes públics de transport acabaran imposant-se. Mentre arriba (o no) aquest escenari, hem de dissenyar ciutats on els centres estan alliberats del trànsit, ni que sigui perquè els nostres turistes provindran de centres sense cotxes. S'imaginen fer turisme en un espai amb pitjor qualitat de vida que el teu lloc de residència?. </div>
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<b>Un nou model urbà</b></div>
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Comencem de zero. Imaginem un sistema dens d'aparcaments perimetrals, molt dens. Imaginem un sistema de transport gratuït que permeti desplaçar els visitants des de l'entrada de la ciutat (i la seva amplíssima oferta d'aparcaments) fins al centre mateix. Imaginem una progressiva reducció de la zona blava en el centre fins la seva virtual eliminació. Imaginem un Passeig sense cotxes. </div>
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La ciutat podria plantejar-se la creació de connectors urbans d'alta qualitat. Per exemple, el carrer Colom hauria de ser la connexió de vianants (sense cotxes, és clar) entre ciutat i port. La carretera de Girona i, probablement, el carrer Sant Domènech haurien de ser connectors de vianants, i s'hauria de pacificar encara més el moviment de vehicles en aquests dos connectors alt - baix. L'Avinguda Juli Garreta hauria de ser la tercera Rambla (a banda del Portalet i la Rambla Vidal), que connectés els dos orígens de la ciutat, el monestir i la plaça. Sí, la Juli Garreta hauria de ser una avinguda sense cotxes. Imaginem una ciutat on les zones de vianants no són només un reducte aïllat per a botigues i restaurants, sinó una lògica urbanística que impregna tot el centre. Com farà el conjunt d'Europa.</div>
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I el Passeig?. El Passeig de Mar ha de ser el kilòmetre zero de dos dels camins de ronda més bells del país, el que connecta amb Sant Pol i Sa Conca i el que hauria de permetre recórrer les Cadiretes, entre els pins i les cales. El Passeig del Mar s'ha de connectar amb el seu escenari natural, que és la línia litoral a nord i sud. I això vol dir, lògicament, allliberar a poc a poc el Passeig del trànsit rodat. I vol dir, lògicament, aturar l'aparcament soterrani. No és un un no-fer-res: És un fer-ho-tot-de-nou. És pensar en clau de futur i no de passat. És un no que és un sí. </div>
<br />Donairehttp://www.blogger.com/profile/14362084459326029139noreply@blogger.com7