Grafitis
La variante de la Costa Brava abre una cicatriz que muestra las fisuras que los apartamentos han dejado en las Gavarres. Como en un juego de tetris, las casas cúbicas, destartaladas, afean el paisaje. Me duele la evidencia. De repente, al pasar bajo un puente, leo el grafiti. "Aún te quiero, mi niña". Y ahora recuerdo que he leído otro parecido no muy lejos.
Aún te quiere. Ella ojea despreocupada el Marie Claire mientras él conduce orgulloso su Mercedes clase S. Y al pasar bajo el puente, ella reconoce aquel mensaje impregnado de recuerdos. Y sin darse cuenta solloza en silencio. O quizás no. A lo mejor fue él quien se alejó furtivamente, sin una explicación. Lo dejó todo por el vértigo del futuro. Y ahora, dos años después, habita en los recuerdos. Y escribe su dolor en el cemento ante la mirada indiferente de ella.
Bien pensado, he dejado atrás el alud de cemento de las Gavarras y he llegado sin darme cuenta al oasis de l'Alou a los pies de las Cadiretes. Quizás ésta sería una buena idea. Adornar las carreteras con pequeños cuentos evocadores, tan mínimos que permitan mil lecturas como el breve de Monterroso. No puedo evitar algunas sugerencias: "Perdóname, aunque sea tarde ya" o "Ya no te echo de menos". O quizás mejor, "Hoy he soñado que me despertaba". Y ahora, la cuña electoral (ustedes me perdonarán): "Sí a l'Estatut, valga la redundancia".
Aún te quiere. Ella ojea despreocupada el Marie Claire mientras él conduce orgulloso su Mercedes clase S. Y al pasar bajo el puente, ella reconoce aquel mensaje impregnado de recuerdos. Y sin darse cuenta solloza en silencio. O quizás no. A lo mejor fue él quien se alejó furtivamente, sin una explicación. Lo dejó todo por el vértigo del futuro. Y ahora, dos años después, habita en los recuerdos. Y escribe su dolor en el cemento ante la mirada indiferente de ella.
Bien pensado, he dejado atrás el alud de cemento de las Gavarras y he llegado sin darme cuenta al oasis de l'Alou a los pies de las Cadiretes. Quizás ésta sería una buena idea. Adornar las carreteras con pequeños cuentos evocadores, tan mínimos que permitan mil lecturas como el breve de Monterroso. No puedo evitar algunas sugerencias: "Perdóname, aunque sea tarde ya" o "Ya no te echo de menos". O quizás mejor, "Hoy he soñado que me despertaba". Y ahora, la cuña electoral (ustedes me perdonarán): "Sí a l'Estatut, valga la redundancia".
Comentaris
Y muchos nuevos biopijos disfrutan de su lujo comentando que somos tercermundistas ...
El meu País és tan petit, que quan el sol se'n va a dormir mai no està prou segur d'haver-lo vist ...
La ocurrència d'un d'ells era que quan es cansi de la Trini (o viceversa), sempre ho podria arreglar afegint al tatuatge un "-dad y Tobago".
La moralina del tema deu ser que el ciment de les Gavarres no té massa remei, però un "mi niña" genèric et pot estalviar més d'un disgust i d'un "pérdoname, aunque sea tarde ya."