Banco de palabras
Llevaba semanas buscando trabajo. Tal vez por eso aceptó la oferta sin demasiadas preguntas. Tres días más tarde, encajado en un pulcro mono blanco, iniciaba su jornada guiado por un capataz tan risueño como distante. La planta del edificio se asemejaba a las espirales que diseño Gaudí. Era imposible seguir la pista de las decenas de pasillos que emergían de repente y se perdían más allá de la vista. Pronto sintió que se hundía en un laberinto de paredes curvas.
- En este complejo (recitó casi de memoria) almacenamos palabras. En estos momentos, debemos recoger casi el... 98% de todas las palabras que son pronunciadas cada día. Unos 10 billones de palabras más o menos. Las recogemos, las guardamos cuidadosamente en estas cajas y las almacenamos en estas galerías.
- En esta pequeña galería depositamos las conversaciones de ascensor. Y justo en la galería contigua, recogemos las primeras palabras, incluso los balbuceos. Aquí (dijo señalando un pasillo que se perdía en el horizonte) almacenamos todas las palabras de amor. Mientras el guía contestaba una llamada inoportuna, tuvo tiempo de curiosear entre las cajas y halló frases convencionales, torpes poemas adolescentes y monótonos yotambiéntequiero. Pero no pudo reprimir un gesto de admiración ante las palabras que encontró en una de las minúsculas cajas.
Siguieron su improvisada ruta por el eje central y el guía intentó mostrar las líneas básicas de las galerías. -Allí las discusiones acaloradas y los insultos. - En este espacio, guardamos las conversaciones intranscendentes y más allá (señaló hacia un punto impreciso del horizonte) las sentencias científicas.
- ¿Y esas cajas?. Unos operarios descargaban con extremado tino unos recipientes de madera, mucho más pesados que el resto de cajas que había visto. Un trabajador lustraba cuidadosamente cada palabra antes de depositarla en la estantería.
- Ah. Ésas son las bellas palabras, sonrió. Eufonías, juegos de palabras, versos perfectos como una fórmula matemática... Y algún oximorón, dijo mientras miraba de reojo la pericia del lustrador.
Por fin, el largo trayecto cesó. Estaban casi en el extremo opuesto del complejo. Unas máquinas mucho más toscas recogían las últimas cajas y las dejaba caer en un gran contenedor. La pila de cajas se levantaba en el centro de la gran bóveda como una gran pira.
- ¿Y esas palabras? se apresuró a preguntar. ¿Por qué no las almacenen?. ¿Por qué las tratan como si fueran desechos?.
- Sonrió levemente. Ésta es la galería de los discursos políticos. Antes guardábamos las frases, pero finalmente decidimos deshacernos de ellos. El trabajo se nos ha multiplicado estos días por culpa de las últimas elecciones. Necesitaremos varios días para limpiarlo todo.
- En este complejo (recitó casi de memoria) almacenamos palabras. En estos momentos, debemos recoger casi el... 98% de todas las palabras que son pronunciadas cada día. Unos 10 billones de palabras más o menos. Las recogemos, las guardamos cuidadosamente en estas cajas y las almacenamos en estas galerías.
- En esta pequeña galería depositamos las conversaciones de ascensor. Y justo en la galería contigua, recogemos las primeras palabras, incluso los balbuceos. Aquí (dijo señalando un pasillo que se perdía en el horizonte) almacenamos todas las palabras de amor. Mientras el guía contestaba una llamada inoportuna, tuvo tiempo de curiosear entre las cajas y halló frases convencionales, torpes poemas adolescentes y monótonos yotambiéntequiero. Pero no pudo reprimir un gesto de admiración ante las palabras que encontró en una de las minúsculas cajas.
Siguieron su improvisada ruta por el eje central y el guía intentó mostrar las líneas básicas de las galerías. -Allí las discusiones acaloradas y los insultos. - En este espacio, guardamos las conversaciones intranscendentes y más allá (señaló hacia un punto impreciso del horizonte) las sentencias científicas.
- ¿Y esas cajas?. Unos operarios descargaban con extremado tino unos recipientes de madera, mucho más pesados que el resto de cajas que había visto. Un trabajador lustraba cuidadosamente cada palabra antes de depositarla en la estantería.
- Ah. Ésas son las bellas palabras, sonrió. Eufonías, juegos de palabras, versos perfectos como una fórmula matemática... Y algún oximorón, dijo mientras miraba de reojo la pericia del lustrador.
Por fin, el largo trayecto cesó. Estaban casi en el extremo opuesto del complejo. Unas máquinas mucho más toscas recogían las últimas cajas y las dejaba caer en un gran contenedor. La pila de cajas se levantaba en el centro de la gran bóveda como una gran pira.
- ¿Y esas palabras? se apresuró a preguntar. ¿Por qué no las almacenen?. ¿Por qué las tratan como si fueran desechos?.
- Sonrió levemente. Ésta es la galería de los discursos políticos. Antes guardábamos las frases, pero finalmente decidimos deshacernos de ellos. El trabajo se nos ha multiplicado estos días por culpa de las últimas elecciones. Necesitaremos varios días para limpiarlo todo.
Comentaris
M'agrada el canvi de look, molt menys personal però molt més net, com a mínim no hem de baixar el cursor per trobar el primer text.
En la nostra realitat social, fugaç i canviant, encara hi ha accions que requereixen el seu procés lent i ben pensat, com prendre part o abandonar la política. Faci cas al Bruce Lee, be water my friend, no s'adapti a la política, sigui la política. Fins ara ho ha fet, i crec que ho ha fet bé.
Apa, salut
Llàstima que només emmagatzemin allò que els interessa ...
Bonic new look!!!
De verdad que no lo entiendo. Que el PSC de Girona no deje espacio para que suban los políticos que prometen es una frustración más. Eso que sale ganando la Universidad.
Per tant: tot controlat. I qui es mogui no surt a la foto.
Els joves, il·lusionats i vàlids com el Don, sempre quedaran fora de la foto.
Merda de sistema (perdó...)
Gràcies. M'ha costat un ronyó
Anónimo 1
dejo la política de primera línea (la política con mayúsculas), pero todos hacemos política en el día a día y yo no seré una excepción.
chat
Tots som presoners de les nostres paraules. I amos dels nostres silencis
Gemma
És cert. Els polítics parlen (parlem) massa. Com diu l'Ignasi, hem d'aprendre a escoltar. Crec que la política 2.0 ha d'escotar més que no pas parlar.
Robert
No sé quin rumb agafarà aquest blog. Crec que els blogs acaben ser quelcom que no haíem previst. Tenen vida pròpia
Agrippa
Cada vegada més, m'agrada la lentitud. com dius, la cocció lenta (també en l'àmbit de les idees) és la que dona millors plats
Doncs gràcies. Sincerament, gràcies.
Ruben
L'hemeroteca és un excel·lent dipòsit de paraules. Com tu dius, però, sovint són selectives. Només es guarda allò que lliga amb el discurs general.
Poser en el futur haurem de construir hemeroteques dissidents
Ignasi
Jo penso que semper fem política. Jo hi crec molt. Em sembla una forma civilitzada i molt avançada de resoldre els problemes col·lectius.
Anònim
He tingut una baixada de tensió. Pensava que ho havia perdut tot.
Anónimo
No sé. Una lista siempre es complicado. Le parecerá falsa modestia que yo considere que tanto Pujol (que lleva 30 años de trabajo en el partido) como Pia Bosch (una excelente delegada del gobierno) estén por delante en la lista. De hecho, también nos podríamos preguntar porqué Pepa Celaya (concejal incansable y delegada de Benestar i família), Pere Casellas (un excelente concejal de Figueres) o Miquel Palomeras están por debajo mío en la lista.