10 consejos para su primera conferencia
¿Qué da más pavor que enfrentarse por primera vez al dentista, a la familia política o al urólogo?. ¿Qué hace que te suden las manos como si tuvieras un aspersor en cada falange?. La primera vez que debes pronunciar una conferencia en público. Ese momento en que la lengua te va a quedar como si te hubieran introducido un calamar disecado en la boca y el corazón bailará al compás de We well rock you. Éstos son algunos consejos para saltar al ruedo con un poco de dignidad. ¿Quién dijo miedo?.
1. Pruébelo todo. Algo fallará
Lo más normal es que falle algo. Puede que la versión del powerpoint con el que hizo la presentación sea incompatible con la del ordenador. O que no dispongan del tipo de letra que usó y los textos bailen al compás 2/3. Casi en la mitad de los casos, las animaciones no funcionan o lo hacen mal. Y probablemente el micrófono inalámbrico convertirá su voz en un simpático pitufo. Mientras los asistentes prueban los canapés, usted dedíquese a probarlo todo.
2. Hable a la audiencia
Cada auditorio es un mundo. Es muy útil acudir antes y estudiar a la audiencia. Si alguien interviene antes que usted, siéntese en las filas de atrás y observe las reacciones. No se trata de decir a los asistentes lo que quieren oir, sino de modular el tono, el contenido y el mensaje al público. No es lo mismo una convención de ufólogos que unas jornadas culturales organizadas por un colectivo alternativo. Esto es lo más difícil y a la vez lo más importante: Saber dónde te has metido.
Hace unos años, me llamaron para sustituir con urgencia a un político que debía realizar un discurso en francés. Yo iba en coche y disponía de poco más de 30 minutos para llegar al hotel; llegué in extremis meintras dos personas me esperaban azorados a la puerta: "Monsieur Donaire?. Allez, allez". Me condujeron rápidamente por un pasillo que daba a la puerta desde donde accedí a una tribuna compartida con cuatro desconocidos. El presentador dio la bienvenida a los presentes en un francés muy cerrado y anunció la primera persona que diría unas palabras... Yo mismo. Todos aplaudieron y subí al atril sin saber si me dirigía a un grupo de taxidermistas, a una reunión de alcohólicos anónimos o a escritores noveles. No hace falta que les diga que fue uno de los instantes más surrealistas de mi vida. Y las caras de los asistentes, que resultaron ser agentes inmobiliarios, un auténtico poema.
3. Cuente una historia
¿Qué tienen en común las buenas novelas, las películas de éxito o los chistes que atraen la atención?. Que en todos ellos se construye un relato, lo que crea la necesidad de escuchar más. Lost funciona porque deseamos saber cómo acabará todo y cada capítulo es a la vez una respuesta y un nuevo interrogante. Las conferencias deben ser un relato y no una sucesión de ideas como un aspersor enloquecido. La estructura narrativa, la forma de decir las cosas, es casi tan importante como las cosas que se dicen. Como en las buenas películas, y en el apareamiento de las yeguas, necesitamos un buen montador.
4. Rompa el relato
Quizás uno de los mejores recursos para captar la atención sea el de romper por un momento el relato. Imaginemos que estoy escribiendo un post sobre cómo hacer una conferencia y que he decidido basarme en un esqueleto muy simple de diez ideas esenciales. ¿Cómo puedo alterar la monotonía de esta estructura?. Introduciendo por ejemplo una anécdota personal sobre un discurso surrealista a unos promotores inmobiliarios franceses. Abrir un paréntesis un instante es una forma de mantener la atención. Explique un caso personal o, mejor, explique alguna cosa con la que el auditorio pueda sentirse identificado. Hábleles por ejemplo del horror ante una cena de antiguos compañeros, de la sensación de ridículo cuando se descalzan en un aeropuerto o de las colecciones que se inician en septiembre y se abandonan en octubre. La complicidad es la mejor estrategia de empatía.
5. Muévase
La mayoría de las personas que hablan a un auditorio parecen haber sido unidas con loctite a una determinada baldosa. Uno se imagina que cuando acabe, vendrán unos obreros con un percursor y le arrancarán del escenario con los pies pegados a un trozo de suelo. No hay nada más tedioso que el inmovilismo. Por eso, rehúya las mesas alargadas y también los atriles. Úsese a sí mismo como agente de comunicación: la sonrisa, la mirada, las manos, los paseos también hablan. Y si es posible, rompa las fronteras invisibles que separan orador y auditorio y penetre en el territorio enemigo.
6. Limpie el lenguaje
A pesar de las imágenes y de su expresión corporal, el principal medio de relación entre usted y el auditorio es su voz. Sea muy consciente de que lo relevante no es lo que piensa, sino lo que dice. A veces las ideas van más deprisa que su voz y otras veces la mente se encalla. En el primer caso, empezará a cortar palabras y a farfullar como si estuviera comiendo polvorones; en el segundo, su discurso se llenará de interminables "eehhh" mientras que el público pensará: "Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo".
Ejercite la purga de todos estos ruidos. Hablar claro quiere decir cortar por lo sano con las dudas, las muletillas, las palabras amontonadas como un tres de nou, las introducciones interminables y las enumeraciones que (como ésta) no se acaban nunca.
7. Pregunte. Pregunte siempre
¿Cuál es la mejor forma de implicar a un auditorio?. ¿Cómo podemos conseguir que un oyente pase de una posición pasiva a una actitud activa?. ¿Cómo llamar la atención cuando ésta tiende a decaer?. ¿Por qué las preguntas siempre estimulan?. ¿Por qué preguntamos si no queremos que no respondan?. ¿Hay vida más allá de la muerte?. ¿Por qué cuesta tanto abrir un abrefácil?. ¿Por qué llevan cascos los pilotos kamikazes?.
8. Haga pensar
La cosa es más o menos así. Estás en la fila siete, más bien hacia el pasillo. Estás tomando notas con un cierto interés, un poco cansado después de tres horas de bla bla bla. De repente, el conferenciante dibuja una matriz. Y entonces, pasa. La sala se oscurece y aparece una especie de foco desde el techo que ilumina la matriz como si fuera la ganadora del Óscar a la actriz secundaria. Esa matriz. Y sientes en ese momento que esa matriz, modificada, adaptada, es la respuesta a esa pregunta que rondaba desde hacía meses. Las buenas conferencias son como las ventanillas de los trenes: Permiten descorchar el tapón de las ideas.
9. Diseñe un buen final
Prepare el final. Hay muchas formas de acabar bien. Todo depende de su imaginación y su talento. Pero permítame que le detalle cómo no debe acabar: "Y esto es todo lo que les quería decir" (excusatio non petita); "tenía más cosas que decirles pero ya no tenemos tiempo" (pues otro día, prepare mejor la intervención); "gracias" (¿por ?); "y ahora si tienen alguna pregunta" (aparte de ser un pésimo final, quedará como un tonto si nadie le pregunta nada); "no sé si es lo que esperaban que les explicase" (excusatio...); [silencio] (¿y ahora qué?).
10. Conéctese
Cuando finalice, piense que esto es sólo el principio. Deje su correo electrónico, su dirección de twitter, su blog o su facebook. Permita que los asistentes estiren del hilo de lo que sabe y no ha tenido tiempo de explicar. Pero sobre todo, no pierda la oportunidad de ser juzgado. Abra las compuertas del intercambio de ideas. Descubra lo que no ha tenido tiempo de conocer mientras hablaba: el talento colectivo.
1. Pruébelo todo. Algo fallará
Lo más normal es que falle algo. Puede que la versión del powerpoint con el que hizo la presentación sea incompatible con la del ordenador. O que no dispongan del tipo de letra que usó y los textos bailen al compás 2/3. Casi en la mitad de los casos, las animaciones no funcionan o lo hacen mal. Y probablemente el micrófono inalámbrico convertirá su voz en un simpático pitufo. Mientras los asistentes prueban los canapés, usted dedíquese a probarlo todo.
2. Hable a la audiencia
Cada auditorio es un mundo. Es muy útil acudir antes y estudiar a la audiencia. Si alguien interviene antes que usted, siéntese en las filas de atrás y observe las reacciones. No se trata de decir a los asistentes lo que quieren oir, sino de modular el tono, el contenido y el mensaje al público. No es lo mismo una convención de ufólogos que unas jornadas culturales organizadas por un colectivo alternativo. Esto es lo más difícil y a la vez lo más importante: Saber dónde te has metido.
Hace unos años, me llamaron para sustituir con urgencia a un político que debía realizar un discurso en francés. Yo iba en coche y disponía de poco más de 30 minutos para llegar al hotel; llegué in extremis meintras dos personas me esperaban azorados a la puerta: "Monsieur Donaire?. Allez, allez". Me condujeron rápidamente por un pasillo que daba a la puerta desde donde accedí a una tribuna compartida con cuatro desconocidos. El presentador dio la bienvenida a los presentes en un francés muy cerrado y anunció la primera persona que diría unas palabras... Yo mismo. Todos aplaudieron y subí al atril sin saber si me dirigía a un grupo de taxidermistas, a una reunión de alcohólicos anónimos o a escritores noveles. No hace falta que les diga que fue uno de los instantes más surrealistas de mi vida. Y las caras de los asistentes, que resultaron ser agentes inmobiliarios, un auténtico poema.
3. Cuente una historia
¿Qué tienen en común las buenas novelas, las películas de éxito o los chistes que atraen la atención?. Que en todos ellos se construye un relato, lo que crea la necesidad de escuchar más. Lost funciona porque deseamos saber cómo acabará todo y cada capítulo es a la vez una respuesta y un nuevo interrogante. Las conferencias deben ser un relato y no una sucesión de ideas como un aspersor enloquecido. La estructura narrativa, la forma de decir las cosas, es casi tan importante como las cosas que se dicen. Como en las buenas películas, y en el apareamiento de las yeguas, necesitamos un buen montador.
4. Rompa el relato
Quizás uno de los mejores recursos para captar la atención sea el de romper por un momento el relato. Imaginemos que estoy escribiendo un post sobre cómo hacer una conferencia y que he decidido basarme en un esqueleto muy simple de diez ideas esenciales. ¿Cómo puedo alterar la monotonía de esta estructura?. Introduciendo por ejemplo una anécdota personal sobre un discurso surrealista a unos promotores inmobiliarios franceses. Abrir un paréntesis un instante es una forma de mantener la atención. Explique un caso personal o, mejor, explique alguna cosa con la que el auditorio pueda sentirse identificado. Hábleles por ejemplo del horror ante una cena de antiguos compañeros, de la sensación de ridículo cuando se descalzan en un aeropuerto o de las colecciones que se inician en septiembre y se abandonan en octubre. La complicidad es la mejor estrategia de empatía.
5. Muévase
La mayoría de las personas que hablan a un auditorio parecen haber sido unidas con loctite a una determinada baldosa. Uno se imagina que cuando acabe, vendrán unos obreros con un percursor y le arrancarán del escenario con los pies pegados a un trozo de suelo. No hay nada más tedioso que el inmovilismo. Por eso, rehúya las mesas alargadas y también los atriles. Úsese a sí mismo como agente de comunicación: la sonrisa, la mirada, las manos, los paseos también hablan. Y si es posible, rompa las fronteras invisibles que separan orador y auditorio y penetre en el territorio enemigo.
6. Limpie el lenguaje
A pesar de las imágenes y de su expresión corporal, el principal medio de relación entre usted y el auditorio es su voz. Sea muy consciente de que lo relevante no es lo que piensa, sino lo que dice. A veces las ideas van más deprisa que su voz y otras veces la mente se encalla. En el primer caso, empezará a cortar palabras y a farfullar como si estuviera comiendo polvorones; en el segundo, su discurso se llenará de interminables "eehhh" mientras que el público pensará: "Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo".
Ejercite la purga de todos estos ruidos. Hablar claro quiere decir cortar por lo sano con las dudas, las muletillas, las palabras amontonadas como un tres de nou, las introducciones interminables y las enumeraciones que (como ésta) no se acaban nunca.
7. Pregunte. Pregunte siempre
¿Cuál es la mejor forma de implicar a un auditorio?. ¿Cómo podemos conseguir que un oyente pase de una posición pasiva a una actitud activa?. ¿Cómo llamar la atención cuando ésta tiende a decaer?. ¿Por qué las preguntas siempre estimulan?. ¿Por qué preguntamos si no queremos que no respondan?. ¿Hay vida más allá de la muerte?. ¿Por qué cuesta tanto abrir un abrefácil?. ¿Por qué llevan cascos los pilotos kamikazes?.
8. Haga pensar
La cosa es más o menos así. Estás en la fila siete, más bien hacia el pasillo. Estás tomando notas con un cierto interés, un poco cansado después de tres horas de bla bla bla. De repente, el conferenciante dibuja una matriz. Y entonces, pasa. La sala se oscurece y aparece una especie de foco desde el techo que ilumina la matriz como si fuera la ganadora del Óscar a la actriz secundaria. Esa matriz. Y sientes en ese momento que esa matriz, modificada, adaptada, es la respuesta a esa pregunta que rondaba desde hacía meses. Las buenas conferencias son como las ventanillas de los trenes: Permiten descorchar el tapón de las ideas.
9. Diseñe un buen final
Prepare el final. Hay muchas formas de acabar bien. Todo depende de su imaginación y su talento. Pero permítame que le detalle cómo no debe acabar: "Y esto es todo lo que les quería decir" (excusatio non petita); "tenía más cosas que decirles pero ya no tenemos tiempo" (pues otro día, prepare mejor la intervención); "gracias" (¿por ?); "y ahora si tienen alguna pregunta" (aparte de ser un pésimo final, quedará como un tonto si nadie le pregunta nada); "no sé si es lo que esperaban que les explicase" (excusatio...); [silencio] (¿y ahora qué?).
10. Conéctese
Cuando finalice, piense que esto es sólo el principio. Deje su correo electrónico, su dirección de twitter, su blog o su facebook. Permita que los asistentes estiren del hilo de lo que sabe y no ha tenido tiempo de explicar. Pero sobre todo, no pierda la oportunidad de ser juzgado. Abra las compuertas del intercambio de ideas. Descubra lo que no ha tenido tiempo de conocer mientras hablaba: el talento colectivo.
Comentaris
Com proposaries acabar la intervenció?
A mi el gràcies em sembla una bona opció. Sí, això és agrair al públic d'entrada l'assistència, i segon haver estat atent o haver escoltat fins al final que, a vegades, ja és molt.
Conforme se acerca el día y voy preparando la intervención se me incrementa el temblor de piernas. Muchas gracias por estos 10 consejos, creo que nos van a venir muy bien.
(Por cierto el libro se titula "Historia de las Juventudes Socialistas en Aragón. Abanderados del Socialismo" escrito por Gabriela Sierra y un servidor.)
:-)
És molt difícil marcar una pauta genèrica per a un final. En general, és un bon moment per recuperar l'atenció i per deixar un bon regust de boca. Jo sempre em reservo una anècdota / metàfora que actuï com a traca final i la lligo amb una sentència lapidària, cuidant molt els silencis.
Narcís
I tant. La millor escola per parlar en públic és una aula.
Paul
Estoy totalmente de acuerdo. Hay que transmitir confianza y energía. El auditorio tiene que percibir que estás encantado de estar con ellos.
Paco Gracia
Pues mucha suerte. Enhorabuena por el libro.
Anónimos
Gracias mamá
Per la pau
La matriz fue la respuesta. Era una conferencia sobre Bolonia y aproveché una idea para plantear una matriz 2.0 que resolvía la tensión entre utensilios 2.0 y conceptos 2.0. Las buenas ideas surgen muchas veces a partir de la adaptación de otras ideas. Es importante sugerir, porque eso abre las puertas a la imaginación.
jo només hi afegiria una cosa ( si és que puc afegir algo a un expert conferenciant i professor com tu):
- Estar preparat.
Crec que és clau. Saber de què parles. Tenir el tema molt interioritzat d'haver-lo treballat. Si saps de què parles, si estàs preparat en el tema, s'et veu més segur i si et perds, tornes a trobar el fil ràpidament.
El éxito de una conferencia o charla es el dinamismo que le pongas y esto es que los asistentes no pasen haciendo lo mismo todo el tiempo ni el mismo estado. Te daré algunas sugerencias guiadas por mi experiencia que son casi de 200 seminarios.
1. Debes dar motivos para que lo asistentes te presten atención. El primero que debe venderse es el que esta enla exposicion. cn su vestimenta, cn su snrisa, con su experiencia con su vocabulario etc
2. utiliza un buen sentido del humos que haga que las personas mentenga un buen animo.
3. Utiliza un vocabulario profesional, pero en el caso de ser tecnico no te olvides de expicar su significado.
4. No Cometas el error de basar tu conferecnia exclusivamente en tu presentacion de power point sin en tu experiencia y dominio del tema asi como de las experiencias de los asistente
Sigueme en www.trainingandservice.webs.tl
2º ¿Porqué usar catalán? algún catalán no sabe castellano? yo quiero aprender de todo, pero al igual que el inglés o francés todavía no los entiendo y me limitan.
3º Animo a que todos seamos profesores y alumnos. Atrévanse a enseñar: cada conferenciante tiene q prepararse su nueva charla.
está bastante bien el post y útil. Con vuestro permiso, acabo de publicar en mi blog un post Los 25 mejores consejos para impartir una conferencia donde amplío la información que dáis y que puede resultar interesante para vuestros lectores.
Me anoto para un update de mi post lo de la preguntar a tu audiencia, que no había caído pero es cierto!
Javier