Rituales



Emma trabaja en Viajes Marsans. Cada mañana abre puntualmente la agencia de la calle Mayor. No hay clientes, ni viajes, ni ofertas, ni llamadas. Durante siete horas, Emma sigue el ritual metódico de un trabajo que ya no existe. Tal vez un transeúnte despistado pueda creer, desde fuera, que la agencia es una agencia de viajes y Emma, una eficiente trabajadora. Pero todo es sólo un decorado. Tan sólo el escenario de rituales repetitivos. Marsans es una agencia de viajes sin viajes.

Hay en África una estación de tren sin trenes. El jefe de la estación, vestido con un polvoriento uniforme, señala puntualmente los pasos del ferrocarril por la estación, aunque en realidad cuando levanta la bandera roja y hace sonar su silbato por las vías herrumbrosas ya no pasan trenes. Ni vagones ni locomotoras.

¿Cuántos rituales seguimos aunque ya no recordamos porqué lo hacemos?. Como aquella chica que no pudo superar la trágica muerte de su pareja y siempre cocina para dos. Como aquellos diputados que siguen el bullicio aparente del Parlamento, pero su ausencia pasaría inadvertida. Como las salas de cine vacías que a las cuatro de la tarde emiten una película que nadie ve, una emoción que nadie siente y una lágrima que nadie derrama.

Como los posts de verano. Los bloggers desconocen que en verano ya nadie lee blogs. Y el ritual sólo crea un curioso vacío, un absurdo monólogo que ni siquiera el autor escucha porque está de vacaciones.

Comentaris

cgs ha dit…
En qualsevol cas sabem que l'autor no està fent un raid ferroviari per Àfrica contractat per Viatges Marsans.
Aposto que està meditant profundament sobre si al arribar a la majoria d'edat, és millor independitzar-se o restar a casa amb uns pares que, a més de no estimar-te, et fan aportar la major part del teu sou.
Bon estiu!
popota ha dit…
Vaya, que seguimos con el ritual de declararnos federalistas en el Reino de España, y social-demócratas a toque de corneta del IMF...

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