Diez consejos sobre cómo no hacer un videblog político
Imaginen que trabajan en el gabinete de comunicación de un partido político importante. Imaginen que han oido hablar de los blogs, de las redes sociales y de esas cosas. Imaginen que su líder político tiene el carisma de un calamar congelado en el fondo del frigorífico, junto con los guisantes, los helados y la escarcha. Y puestos a imaginar imaginen que deciden editar un videoblog del candidato, como si fuera una versión cañí de Ségolène Royal con barba. No seré yo quien les diga cómo deben hacer el videoblog, pues para gustos colores, pero me atrevo a sugerir diez elementos que deberían evitar a toda costa:
1. Si crea categorías, evite que sólo haya una.
Esto de las categorías no es obligatorio, pero si deciden usarlas opten por más de una. Que haya 14 vídeos y una sola etiqueta ("General") es un poco triste. Algunas sugerencias para ampliar el campo semántico pueden ser "Váyase, señor Zapatero", "Piove, porco governo", "Sastrerías" o "Soy un campechano".
2. Vigile el audio
En un videoblog hay dos cosas muy importantes: la imagen y el sonido. Si el protagonista del vídeo está hablando, es aún más importante que se entienda nítidamente lo que dice. Por eso, si el político pasea por la playa campechanamente y sopla un viento del demonio, una de dos: o incopora un protector al micrófono o espera un ratito a que amaine. Lo que no debe hacer es dejar al pobre hombre que hable como si nada y llenar el vídeo de subtítulos.
3. Alerta con las bandas sonoras
Hay muchas músicas posibles para ilustrar la frenética actividad de su líder. Pero recuerde que cada música tiene un significado. Unos violines ayudan a crear una atmósfera de misterio y una orquesta in crescendo colabora en el carácter heroico de una escena. Por eso, si usted opta por un clarinete a ritmo de fox parecerá un remake de las películas de Harold Lloyd y la escena, un fragmento de cine cómico.
4. Permita los comentarios críticos
Abrir los comentarios es un sano ejercicio de transparencia política. Pero es poco creible que en 14 vídeos no haya ni un solo comentario disonante. La censura de cualquier crítica resta credibilidad a los comentarios: O todos o ninguno. Y, por cierto, que todo un líder de la oposición tenga cinco comentarios en un vídeo es bastante pobre. Abra las compuertas del diálogo, sin miedo.
5. No ate la cámara al rabo del gato
No critico el carácter amateur de los videoblogs. Las imágenes ligeramente mal grabadas tienen un formato youtube que aporta más verosimilitud que las imágenes editadas. Ahora bien, dentro de unos límites. Si está usted en una habitación y entra la luz desde una ventana, jamás se sitúe delante de la ventana porque la conferencia del líder va a parecer un akelarre. Evite que la cámara se mueva como si se le hubiera metido una lagartija en la camisa. Y no grabe columnas, farolas, zapatos o primeros planos de un ojo, como si la cámara estuviera atada en el rabo de un gato.
6. No se duerma
Que en 31 días del mes de julio sólo suba un vídeo crea una imagen de desidia. Es como si en un mes sólo hubiera tenido tiempo para visitar un pueblo. En esto de los blogs, lo más importante es la constancia.
7. Disimule los defectos de su candidato
No se trata de poner alzas a los zapatos o de adelgazar al candidato quitándole unos píxeles. Pero tampoco es necesario que la cámara busque siempre los puntos débiles de nuestro personaje. Imaginemos que el candidato luce un principio de alopecia en la coronilla; lo más recomendable es no abusar de los planos cenitales que enseñen el campo de aterrizaje a cada momento. Pongamos por caso que el protagonista tiene tendencia a desviar la mirada hacia Cartagena; entonces mejor no utilizar siempre el primerísimo primer plano, que recoge la díscola mirada de don Mariano.
8. Limpie la cámara de pelotas
La mayor parte de los políticos de alto rango están rodeados de pelotas. En algunos líderes políticos, la cohorte de lamebotas puede tener la longitud del Orfeón Donostiarra. Por eso, es recomendable editar las imágenes y descartar todos los golpecitos en el hombro y los grumos de caspa que invaden la pantalla.
9. Relacione el título con el vídeo
Los títulos son muy útiles. Si el título es "Un elefante baila un fandango con unas copas de más" esperamos ver un paquidermo con un pedal como si fuera Melendi tras desvalijar el minibar. Y si el título es "Rajoy web 2.0" debería haber algo así como don Mariano tras un teclado o con un móvil en la mano. Si entras en tu sede, te maquillan, te sientas en un taburete, dices cuatro cosas y luego miras con cara de circunstancias un PC con el resultado, eso no es Rajoy 2.0.
10. No exagere
Ser líder de la oposición implica tener una agenda cargada, no hay duda. Pero si se da la coincidencia cósmica que un mismo día hay ejecutiva nacional, posado con Sarkozy y conferencia no podemos titular el vídeo "Un lunes con Rajoy", como si eso fuese lo habitual. -"Soraya, ¿qué tengo mañana?". - "Pues mira, Mariano, tenemos entrevista con Ban Ki Moon a las 10, charla con el Papa a las 12, almuerzo con los jugadores de Tercera División de Galicia, golf con Obama a las 5, 500 abdominales con Aznar y fiesta en Cerdeña con Silvio". Como dijo León de Aranoa, los lunes al sol.
1. Si crea categorías, evite que sólo haya una.
Esto de las categorías no es obligatorio, pero si deciden usarlas opten por más de una. Que haya 14 vídeos y una sola etiqueta ("General") es un poco triste. Algunas sugerencias para ampliar el campo semántico pueden ser "Váyase, señor Zapatero", "Piove, porco governo", "Sastrerías" o "Soy un campechano".
2. Vigile el audio
En un videoblog hay dos cosas muy importantes: la imagen y el sonido. Si el protagonista del vídeo está hablando, es aún más importante que se entienda nítidamente lo que dice. Por eso, si el político pasea por la playa campechanamente y sopla un viento del demonio, una de dos: o incopora un protector al micrófono o espera un ratito a que amaine. Lo que no debe hacer es dejar al pobre hombre que hable como si nada y llenar el vídeo de subtítulos.
3. Alerta con las bandas sonoras
Hay muchas músicas posibles para ilustrar la frenética actividad de su líder. Pero recuerde que cada música tiene un significado. Unos violines ayudan a crear una atmósfera de misterio y una orquesta in crescendo colabora en el carácter heroico de una escena. Por eso, si usted opta por un clarinete a ritmo de fox parecerá un remake de las películas de Harold Lloyd y la escena, un fragmento de cine cómico.
4. Permita los comentarios críticos
Abrir los comentarios es un sano ejercicio de transparencia política. Pero es poco creible que en 14 vídeos no haya ni un solo comentario disonante. La censura de cualquier crítica resta credibilidad a los comentarios: O todos o ninguno. Y, por cierto, que todo un líder de la oposición tenga cinco comentarios en un vídeo es bastante pobre. Abra las compuertas del diálogo, sin miedo.
5. No ate la cámara al rabo del gato
No critico el carácter amateur de los videoblogs. Las imágenes ligeramente mal grabadas tienen un formato youtube que aporta más verosimilitud que las imágenes editadas. Ahora bien, dentro de unos límites. Si está usted en una habitación y entra la luz desde una ventana, jamás se sitúe delante de la ventana porque la conferencia del líder va a parecer un akelarre. Evite que la cámara se mueva como si se le hubiera metido una lagartija en la camisa. Y no grabe columnas, farolas, zapatos o primeros planos de un ojo, como si la cámara estuviera atada en el rabo de un gato.
6. No se duerma
Que en 31 días del mes de julio sólo suba un vídeo crea una imagen de desidia. Es como si en un mes sólo hubiera tenido tiempo para visitar un pueblo. En esto de los blogs, lo más importante es la constancia.
7. Disimule los defectos de su candidato
No se trata de poner alzas a los zapatos o de adelgazar al candidato quitándole unos píxeles. Pero tampoco es necesario que la cámara busque siempre los puntos débiles de nuestro personaje. Imaginemos que el candidato luce un principio de alopecia en la coronilla; lo más recomendable es no abusar de los planos cenitales que enseñen el campo de aterrizaje a cada momento. Pongamos por caso que el protagonista tiene tendencia a desviar la mirada hacia Cartagena; entonces mejor no utilizar siempre el primerísimo primer plano, que recoge la díscola mirada de don Mariano.
8. Limpie la cámara de pelotas
La mayor parte de los políticos de alto rango están rodeados de pelotas. En algunos líderes políticos, la cohorte de lamebotas puede tener la longitud del Orfeón Donostiarra. Por eso, es recomendable editar las imágenes y descartar todos los golpecitos en el hombro y los grumos de caspa que invaden la pantalla.
9. Relacione el título con el vídeo
Los títulos son muy útiles. Si el título es "Un elefante baila un fandango con unas copas de más" esperamos ver un paquidermo con un pedal como si fuera Melendi tras desvalijar el minibar. Y si el título es "Rajoy web 2.0" debería haber algo así como don Mariano tras un teclado o con un móvil en la mano. Si entras en tu sede, te maquillan, te sientas en un taburete, dices cuatro cosas y luego miras con cara de circunstancias un PC con el resultado, eso no es Rajoy 2.0.
10. No exagere
Ser líder de la oposición implica tener una agenda cargada, no hay duda. Pero si se da la coincidencia cósmica que un mismo día hay ejecutiva nacional, posado con Sarkozy y conferencia no podemos titular el vídeo "Un lunes con Rajoy", como si eso fuese lo habitual. -"Soraya, ¿qué tengo mañana?". - "Pues mira, Mariano, tenemos entrevista con Ban Ki Moon a las 10, charla con el Papa a las 12, almuerzo con los jugadores de Tercera División de Galicia, golf con Obama a las 5, 500 abdominales con Aznar y fiesta en Cerdeña con Silvio". Como dijo León de Aranoa, los lunes al sol.
Comentaris
Un saludo Donaire
David (ex aecid)
... la cohorte de lamebotas puede tener la longitud del Orfeón Donostiarra... jjjjj
Boníssim!!!!
Excelente. No se leen muchos así.
PD: Lo del carisma de calamar congelado... no creo que sea óbice.